Política: errar es humano, ronronear, divino

  • Marcelina Romero
Las relaciones amorosas entre los animales y los humanos datan de mucho tiempo atrás.

Por Marcelina Romero (*)

Las mascotas. Esos seres que deambulan por la casa como un miembro más de la familia. ¡Y así debe ser!

Varios estudios revelan que es positivo tener mascotas, siempre y cuando se comparta con ellas momentos del día. Peces, tortugas, conejos, pájaros, arañas, hámsters, perros, gatos, caballos… La lista sigue hasta el infinito, y más allá. Sin embargo, me detengo en las mascotas preferidas, perro y gato, ambos comparten el podio de los animales que los humanos prefieren en el momento de elegir compañía.

Existe cierta rivalidad entre quienes prefieren los gatos y quienes prefieren los perros; los distraídos hablan de ambas especies como si fuera lo mismo, pero no es así. Yo tengo preferencia por los gatos, no me he detenido a pensar el motivo por el cual tener un felino cerca me parece algo “divino”. Claro que no soy la primera ni la única que adora los gatos: los humanos y los gatos han tenido relaciones afectivas desde hace mucho tiempo atrás. Los egipcios -fascinados con estas criaturas- las consideraban deidades. El arte en sus distintas disciplinas nos ha demostrado el lugar que ocupaban los gatos en la historia egipcia. Los felinos como protagonistas de leyendas, o de historias de terror en la literatura, responsable en muchos casos de la orfandad de las criaturas de color negro sólo porque la leyenda popular los maldijo por y para siempre. La mitología egipcia con “Bastet”, la diosa con aspecto de un felino domesticado, aunque en las ilustraciones se ve una mujer con cabeza de gato. Los gatos son amados u odiados, hay quienes dicen que la fidelidad del gato depende de quien lo alimente. Aquellos que disfrutamos de su elegante y refinada compañía sabemos muy bien que no es así.

El gato, este animal que provoca admiración o miedo según la persona que lo contempla, es la mascota preferida por los artistas: escritores, actores, artistas plásticos… y hasta presidentes y primeros ministros, todos fueron capturados por el ronroneo de algún gato. Por ejemplo, Andy Warhol y sus 25 gatos; Cortázar y su gato Teodoro W. Adorno; Herman Hesse y su gato Lowe; Murakami y sus 10 gatos; el artista chino Ai Wei y su interminable capacidad creativa quizás sea enriquecida por la convivencia con ¡40 gatos! Muchos reconocidos artistas en algún momento se fotografían con su mascota preferida: los gatos.

Quizás lo alarmante es la independencia de los gatos, su naturaleza cazadora. Claro que, como muchos humanos, sus acciones están basadas en beneficios: podemos estar seguros que, ante el aburrimiento, un gato desaparecerá algunos días. Los gatos siguen sus propias reglas, a diferencia de los perros que siguen a sus amos como si fueran dioses. La relación se invierte. Los gatos reinan la casa. Los perros, sólo la custodian.

Por su parte, los perros tienen sus admiradores, sus protectores. Una bandera bien alta llevan quienes protegen estos animales… En este caso, los gatos quizás aparezcan de  manera secundaria. Por ejemplo, carteles “Protección de perros y …. ¡gatos! Los perros son los primeros. Quizás porque los gatos saben andar por los tejados.

¿Quién sabe?

Las relaciones amorosas entre los animales y los humanos datan de mucho tiempo atrás. Según un estudio científico, esta relación tiene 9000 años de antigüedad. Los antiguos egipcios acostumbraban momificar y enterrar a los perros junto a la tumba de sus amos. Los egipcios valoraban la lealtad de los canes. Ellos, ahí firmes, al lado de los emperadores, reyes, personajes de la aristocracia que adoraban mostrarse con sus perros de raza.

Aún hoy se insiste: el perro es el mejor amigo del hombre. Claro que no siempre el hombre es el mejor amigo del perro.

Los políticos también sienten debilidad por las mascotas: Winston Churchill adoraba los gatos, tuvo seis en su vida, aunque su preferido fue Jock. La gata de George Bush, llamada “India”, fue parte de la familia por dos décadas. Felina famosa por la controversia que provocó su nombre: protestas en un pueblo de la India que lo consideró un insulto nacional. Naturalmente, los Bush no cambiaron el nombre de la gata.

Los periodistas buscan la nota de color. Los relatos sobre las mascotas de los presidentes son variados y difundidos por revistas de alto voltaje político, a la vez, las más frívolas. Por ejemplo el de Bill Clinton y Socks, el gato que solía presenciar las reuniones en el salón presidencial y bendecía los discursos de su humano –casualmente, el presidente de los Estados Unidos- encaramado al estrado desde el cual dirigiría sus palabras. El 20 de febrero se celebra en su conmemoración, el “Día Internacional del Gato” junto a “National Love Your Pet Day” (Día de Amar a tu Mascota). ¡Y hasta se imprimieron estampillas en su honor!

En el año 2008, un año electivo histórico, la organizaron de protección de felinos, la primera en celebrar la feria de gatos: “Cat Fanciers Association” cuenta con el reconocimiento mundial por ser la primera desde 1906. Este evento es muy exigente con los participantes, convoca a los entrenadores del todo mundo “Campeonato del Gato CFA-lams” realizado en New York en el famosísimo Madison Square Garden. Allí, se presentan gatos de distintas especies y los visitantes votan por la especie que mejor representa a los distintos personajes. Ese año, los elegidos fueron el felino “Bombay” quien representaba al republicano John McCain, y un “British Short Hair”, a Barack Obama. Fue justamente ese año en el que se hizo historia. Siglo y medio después de la abolición de la esclavitud, Barack Obama fue elegido el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, venció a su contrincante John McCain. Y allí, con ese triunfo, todo el mundo conoció a “Bo”, el perro de agua portugués que llegó a la Casa Blanca como parte de la familia Obama. Desde ese momento, participó en las celebraciones, en los actos protocolares y en programas de televisión.

Aquí, en Estados Unidos, para adoptar un gato debes “aplicar”. Se trata de una especie de consulta sobre la casa en donde vivís; si alquilás, debes presentar los papeles necesarios y la institución se comunica por teléfono para ver si contás con el permiso de los propietarios. Te entregan al nuevo miembro de la familia con las vacunas necesarias, desinfectado y castrado. Te toman una foto y te vas, con regalillos para quien por fin se va a su nuevo hogar. ¡Tu casa!

Tenés un periodo de adaptación entre el felino adoptado y la vida familiar; si las cosas no marchan bien, estás en todo tu derecho de devolver al animalito al lugar de
adopción. En EEUU, las mascotas son tan importantes que tienen sus propios shopping donde encontrás desde medias hasta camisetas del equipo preferido y, como si fuera poco, en las fiestas conmemorativas podés disfrazar a tu mascota con ropa hecha para la ocasión, a la venta en lugares especializados o en las grandes cadenas de supermercados.

Aquí, en Estados Unidos, existe el Museo de las Mascotas Presidenciales. Se encuentra en Annapolis, cerca de Washington, y allí uno puede ver el registro de los animales que fueron mascotas presidenciales.

De todo y para todos, luego de los debates en esta carrera hacia la Casa Blanca, aparecieron unos muñecos del por aquel entonces precandidato Donald Trump. Una empresa de New York famosa por especializarse en juguetes para mascotas creó los muñecos. Las ventas fueron elevadas ya que los perros adoraban masticar al ahora candidato. El slogans para la venta fue “Tu perro amará el Dognald con costuras reforzadas, ideal para los debates difíciles”.

Perros y gatos famosos según quién sea el humano que comparte con ellos la vida.

Muchos animales domesticados pasaron a la historia, entre otros, Nevado, el perro de raza mucuchíes que acompañó a Bolivar en su lucha independentista; Blonda, la perra pastor de Adolf Hitler a la cual, mataron con cianuro para que no la capturaran los rusos y según dicen, es la única muerte que produjo congoja y desazón al mismísimo Hitler.

Sin dudas, cada uno de nosotros tiene preferencias y las mascotas no son una excepción. Yo me incliné hacia los felinos hace rato, aunque me agrada ver cómo las personas depositan su cariño en cualquier ser que no habla!

Para cerrar mi columna cuadrúpeda, aunque queden muchas anécdotas y detalles para contar, cito las palabras de Churchill: “los perros nos ven como sus dioses; los caballos, como sus iguales; pero los gatos nos miran como si fuéramos sus súbditos”.

Por un mundo con más animales mimados y menos animales en los sillones presidenciales. ¡Amén!

Socks, el carismático gato de los Clinton, el aniversario de su muerte, sea el Día Internacional del Gato. (Foto: The U.S. National Archives)

(*) Master en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington
University; miembro de la Red de Politólogas -mujeres dedicadas a la Ciencia Política
Latinoamericanista- y del National Association of Hispanic Journalists (EEUU). Síguela
en Twitter: @lmarcelinaromer

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Marcelina Romero

Politóloga y Comunicadora feminista reside en U.S, corresponsal medios nacionales e internacionales. 

Master en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington University, miembro de la Red de Politólogas. Fundadora Radio Radar