Pensar en el otro, hacer política: algo que las mujeres hacen por naturaleza

  • Marcelina Romero
La participación de las mujeres en la política se impone como una necesidad

El mundo está experimentando profundas transformaciones sociales y culturales de las cuales la inserción de las mujeres en el mundo político es una de las más notorias. Naturalmente, si observamos los datos revelados por la ONU este año sobre la participación de las mujeres, el índice se encuentra muy por debajo del ideal. Sin embargo, estamos rompiendo el techo de cristal - a veces, de hormigón- de a poco, pero sin pausa. La participación de las mujeres en la política se impone como una necesidad por y para el bien de todos.

Sin duda, tarde o temprano los partidos políticos deberán incluir la paridad de género en sus estructuras orgánicas internas; solo resta esperar que ese momento llegue pronto, que ese cambio encuentre cause, que no se dilate.

"El 90% de los jefes de estado y de gobierno son hombres, al igual que el 76% de los parlamentarios. Aunque ha habido un pequeño aumento en la representación femenina en la política, en algunos países más que en otros, para llegar a la paridad se necesitan unos 107 años”, dijo María Fernanda Espinosa, presidenta de la Asamblea General  de la ONU, y pidió una acción más consistente de los países en este ámbito.

La presencia de las mujeres en las listas de los partidos políticos es compleja, algunos partidos aún se resisten a darles espacio, otros colocan nombres en cargos que, una vez ganados, terminan cubiertos por hombres. Es indiscutible que la representación insuficiente de las mujeres en todos los niveles de gobierno genera un déficit democrático.

En los niveles más altos de los partidos políticos, y a pesar de la masiva presencia de las mujeres desde las bases -tanto en los barrios como en las movilizaciones-, sigue existiendo un notable desequilibrio.

Las mujeres jefas de estado, a fines de 2005, solo representaban el 5% a nivel mundial. Si bien hay que señalar que hubo un momento crucial en Latinoamérica, región donde la coincidencia de Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile), Dilma Rouseff (Brasil) y Laura Chinchilla (Costa Rica) marcó un hecho inédito, demostrando una transformación política en la que las mujeres significan nuevas propuestas, nuevas estrategias y renovados pensamientos. Pero este hecho no tuvo correlato, terminadas sus gestiones, los sillones presidenciales fueron ocupados nuevamente por hombres.

La ausencia de mujeres en las esferas de decisión y liderazgo es un indicador clave y visible de la desigualdad de género que aún prevalece. Sin embargo, en las últimas elecciones llevadas a cabo en diferentes países hemos tenido grandes logros en cuanto a la ocupación de bancas. Las cifras son alentadoras ya que demuestran que el electorado aprecia la participación de las mujeres como estrategia troncal en la profundización de la democracia.

En el relevamiento presentado por ONU Mujeres -2019- se puede observar cómo Bolivia y Cuba se encuentran entre los primeros países que presentan bancas ocupadas por mujeres con un porcentaje que va de 50% a 65%; le siguen México, Costa Rica y Nicaragua con un porcentaje que oscila entre los 40% y 49,9%; y ya por debajo del 40% están entre otros,  Argentina y Ecuador. En cuanto a la ocupación de altos cargos en la esfera pública – tales como jefas de estado o jefas de gobierno, presidentas o vicepresidentas de parlamento- los porcentajes aún son menores: no sobrepasan el 28%.

Fuente: ONU Mujeres.

Las elecciones de medio término en Estados Unidos -2018- nos han otorgado una grata sorpresa en cuanto al triunfo de candidatas mujeres, por ejemplo Laura Kelly, gobernadora demócrata en Kansas;  Marsha Blackburn, senadora en Tennessee; Ilhan Omar, primera mujer americano somalí miembro del Congreso; Rashida Tlaib, primera mujer musulmana en el Congreso, quien representa a Michigan en la Cámara de Representantes; Alexandria Ocasio-Cortez, quien representa a Nueva York en la Cámara de Representantes. Este es el antecedente que quizás delata el perfume de mujer en las próximas elecciones 2020. Y a esta altura, ya aparecen nombres de mujeres que aspiran a llegar a ser las primeras en ocupar el salón oval.

Por otro lado, el triunfo de la demócrata Lori Lightfoot como alcaldesa de Chicago hace un par de semanas atrás refuerza la necesidad del electorado de encontrar otra retórica y propuestas distintas. Lightfoot ha convencido al 74% de los votantes, y en su camino hacia la alcaldía, tomaba valor al  recordar las palabras que en su juventud escuchó en voz de Martin Luther King: “Da el primer paso con fe, aunque no veas toda la escalera”.

Y si hay algo que sabemos las mujeres es dar el paso a oscuras, a tientas, caernos y levantarnos las veces que sean necesarias para alcanzar metas que van más allá de lo personal, metas colectivas, en pos del bien común; porque de eso se trata la política,  de pensar en el otro; por eso, más allá de la profunda invisibilidad en la que hemos transitado la historia, hemos sostenido siempre el valor de la existencia del otro como un todo, y eso es lo que cada vez hace más falta.

A partir de ahora, debemos enseñar y difundir las historias de mujeres reales, las gobernantes, las  que revolucionan el establishment con sus luchas, las que irrumpen para ser escuchadas cuando no les dejan otra alternativa; y dejar atrás ese otro rol que tanto machacan -sobre todo los medios masivos-, el de frívolas e irreales, en busca de una belleza lejana e idealizada, imitando arquetipos que nos distancian de nuestros valores y saberes. Que se hable ahora de nosotras como mujeres que proyectan futuros colectivos y a quienes nada las detiene.

*Master en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington University; miembro de la Red de Politólogas -mujeres dedicadas a la Ciencia Política Latinoamericanista- y del National Association of Hispanic Journalists (EEUU).

Síguela en Twitter: @lmarcelinaromer

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Marcelina Romero

Politóloga y Comunicadora feminista reside en U.S, corresponsal medios nacionales e internacionales. 

Master en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington University, miembro de la Red de Politólogas. Fundadora Radio Radar