Cuando conoces a los padres, comprendes a los hijos

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Se requiere conciencia para entender y asumir la realidad que se vive en la familia

La mayoría de las expectativas en un ambiente escolar están enfocadas al desarrollo óptimo de los estudiantes, se pretende que haya una evolución acorde a su edad y se premia cuando se supera al promedio del grupo, también es notorio cuando el alumno tiene características específicas que lo definen, si es temeroso, inseguro, agresivo, enérgico, demandante, berrinchudo, pasivo, reservado, entre otros aspectos a considerar; la labor docente se encarga de premiar  o castigar dichas conductas, sin embargo, no se toma en cuenta que la principal respuesta de la actitud de un estudiante está estrechamente relacionada con lo que ha aprendido en su casa, es decir, de sus padres, ya que ellos no solo moldean la educación académica de sus hijos, si no que sin darse cuenta y de manera implícita contribuyen a una formación integral, están enseñando (o no) a amar, a valorarse, a sentirse seguros, a ser personas confiables, a decidir, a defender una postura, a crear expectativas, etc. Los miedos que tienen los padres no deberían ser los mismos que proyecten los hijos, la aprensividad con la que se educa no garantiza una formación sana, al contrario, se busca proteger a los hijos de cualquier situación que esta fuera del alcance, al grado de generar inseguridad para relacionarse, para tomar decisiones y limitar su crecimiento.

Se requiere conciencia para entender y asumir la realidad que se vive en la familia y de este modo brindar seguridad y romper con patrones que no deberían repetirse, las carencias de los padres son expectativas de ellos, ser un buen padre se logra a pesar de las equivocaciones, siempre y cuando haya un propósito favorable, vivir en una familia ya no es garantía de que se formen personas adecuadas, al contrario, si se vive en un ambiente familiar que no favorece al desarrollo, opaca y limita para ser una persona apropiada, se está condicionando a formar personas sumisas, inconformes, víctimas de agresión (física o mental), dependientes, culpables.., los modelos familiares conservan una modalidad tradicional que se enfoca en hacer una relación duradera más que funcional, de esta situación se derivan niños o jóvenes inconformes orientados a un logro que no disfrutan, pero que de acuerdo al condicionamiento social es lo que debería de ser; los padres deben  sustituir el miedo de hacer bien o no su rol, tienen que transmitir seguridad y capacidad para enfrentar cualquier situación, formar hijos libres e independientes, en muchos casos las enfermedades o limitaciones son somatizadas por los papás, un niño o joven proyecta lo que ve, de lo que se rodea, transmite lo que tiene en la mente y en el corazón y no podrá ser una buena persona si sus padres no lo son. Lo que un hijo proyecta es una educación acumulada: valores y actitudes aceptadas en casa, prioridades de su familia, sentimientos permitidos, acciones manifestadas; nunca van a demostrar algo que no conozcan o en lo que no se vean involucrados, no se trata de enseñar algo que no se vive, un hijo solo será el reflejo de lo que son los padres y si de manera inconsciente no se percibe de este modo es un buen momento de tomar consciencia de los actos y contextos que nos permiten vivir sanamente.

Cuando una persona manifiesta una mala actitud y/o comportamiento, es conveniente cuestionarse ¿Qué está viviendo o sintiendo para reflejarlo de esa manera? Como padre no todo es corregir, sino crear estilos de vida.

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP