De cara a la elección presidencial en EE.UU

  • Laura Carreto Tirado
La retórica que lo favoreció en las elecciones de 2016, la misma que hoy puede llevarlo a la derrota

En vísperas de la reelección del presidente de Estados Unidos: Donald Trump en 2020, hay algunos factores que se deben tomar en cuenta para esta próxima elección. En primer lugar que su desempeño ha tenido un gran cuestionamiento, como nunca antes visto, sus escándalos mediáticos han superado a los de sus antecesores, desde su campaña hasta ahora se le ha acusado de tener relaciones con el gobierno ruso, lo cual es bastante grave pues pone en cuestionamiento la soberanía estadunidense.

Por otra parte las promesas de campaña que enaltecieron su figura nacionalista y radical, como la construcción de uno muro, hoy se desvanecen, gracias a las fuerzas legislativas que han impedido aprobar el presupuesto para este, incluyendo la declaratoria de “Emergencia Nacional”. Los senadores: tanto demócratas y hasta republicanos, consideraron exagerado el discurso que suponía una “crisis fronteriza”. La retórica que lo favoreció en las elecciones de 2016, es la misma que hoy puede llevarlo a la derrota; sus argumentos racistas han sido su mejor y peor apuesta en estos casi cuatro años de gobierno.

Y por último y no menos importante, es que se ha ganado muchas enemistades políticas; como bien se mencionó, los mismos republicanos bloquearon la salida de recursos para la construcción del muro, y algunos gobernadores de su país: como Michelle Luján de Nuevo México retiró la Guardia Nacional de la frontera de este estado, ya que Trump había ordenado su desplazamiento ante la llegada de las “Caravanas Migrantes”, Luján no sólo se negó a acatar las órdenes, sino puso personal especial para ayuda humanitaria. También el gobernador de California: Gavin Newsom retiró parte de las tropas de la frontera.

Según la cadena CNN el nivel de desaprobación del presidente de EE.UU es del 54% frente a un 41% que aún lo apoya; su “arma secreta” son la gente mayor que fueron los que votaron por él, es decir personas mayores de 65 años: que son los que más ejercen su voto, a diferencia de los jóvenes. Este sector de la tercera edad seguramente le refrendará su voto en la próxima elección, aunque no es garantía para que gane, además de que la elección de este país no es directa.

En 2016 los votantes de Trump fueron la mayoría hombres y del total: 87% proviene de raza caucásica, la mayoría sin licenciatura. Algunas de las razones que llevaron al triunfo de Trump en 2016 es que desafiaba ya los ocho años de gobierno demócrata (El Financiero, 2016) y su discurso que rompía los esquemas establecidos.

Estados Unidos es un país de inmigrantes, pero también con buena parte de su población con un sentimiento nacionalista basado en las armas y en las acciones bélicas. Por lo cual sería riesgoso una intervención directa en Venezuela, sería una moneda al aire, por lo poco que queda para la elección presidencial, pues el gobierno de Maduro obviamente haría frente a la ofensiva.

El partido demócrata, la contraparte, usará en 2020 sus argumentos a favor de los migrantes, como siempre los ha utilizado en épocas electorales, es el momento adecuado (ahora más que nunca)  ya que su planteamiento será en contra de las medidas promovidas por Trump y de las políticas fallidas como “Tolerancia Cero” y las separaciones de los niños migrantes y sus padres en la frontera. Incluso podrían proponer de nueva cuenta una “Reforma Migratoria”, la eterna promesa demócrata, que se quedó en el aire en el gobierno de Barack Obama. Su discurso será en relación a las políticas a favor de los migrantes en el gobierno de este ex presidente como el tema de los “Dreamers” y “ObamaCare” dos programas que favorecieron a los migrantes; el primero que evitó la deportación de jóvenes que llegaron a los EE.UU siendo muy niños, y el segundo benefició a los migrantes con menores ingresos, a los cuales protegió con este programa de salud.

Los perfiles que están en la lista de las elecciones primarias demócratas son muy interesantes, en especial los “rostros nuevos” como el de Julián Castro, un líder joven con experiencia política: Secretario de Vivienda en el gobierno de Barack Obama y ex alcalde de San Antonio, Texas. Su origen mexicano podría ser su mejor herramienta a explotar, quien, de ser candidato a la presidencia tendrá seguramente la empatía de la gente de los estados sureños por sus raíces texanas y mexicanas. Sería un contrapeso perfecto para la figura y discurso de Donald Trump pues representa a un “hispano” que rompe los moldes prejuiciados de este presidente.

Otros posiblemente que competirán en las primarias serán Bernie Sanders, quien compitió contra Hillary Clinton en 2016 en las elecciones primarias y que tiene una amplia trayectoria en la política, sus 77 años no serán impedimento para el “progresista” (como el mismo se llama); otros nombres que suenan son Kamala Harris, hija de inmigrantes de la India y Jamaica y senadora por California; Elizabeth Warren senadora por Massachusetts y Joe Biden ex vicepresidente de EE.UU en dos ocasiones en el gobierno de Barack Obama y con una amplia trayectoria en el partido. Dentro de estos personajes, estaría muy interesante que de nueva cuenta que Trump compitiera con una mujer dadas las condiciones actuales, donde las mujeres cada vez ganan espacios en todas las áreas, pero también por su ya tan conocido comportamiento misógino. Durante su campaña llamó a las mujeres con palabras denigrantes, lo cual fue recalcado en un debate presidencial por su contrincante Hillary Clinton a quien en muchas ocasiones minimizó por su calidad de mujer. La escasa cultura de Trump, que se expresa en una postura machista, llevará a las mujeres estadunidenses a replantear su voto, sobre todo a aquellas que pasaron por la universidad.  

Las dos ventajas del partido demócrata es su postura pro inmigrante y además no haber estado en el poder en casi cuatro años, más aún: teniendo en cuenta que las elecciones de EE.UU se mueven al bipartidismo, a pesar de que existen otros partidos, aunque son pequeños. En este tiempo los demócratas demostraron que han sido un contrapeso muy grande ante los caprichos de Trump. Definitivamente influirán los temas migratorios y del muro fronterizo, pues fueron promesas incumplidas y los demócratas no dejarán pasarlos para polarizar el ambiente político.

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas