El pensamiento crítico y la filosofía

  • Pluma Invitada
La vida cotidiana y su necesidad de pensarse. Hechos y opiniones. Relevancia de los docentes.

Juliana Guadalupe Vinay Águila

El pensamiento es una parte importante de las personas, aunque pertenece a nosotros y en ocasiones se realice sin esfuerzo, es de gran importancia en la vida diaria del ser humano. Entonces lo que abordaremos en esta colaboración es cómo el ejercicio de pensar influye en la vida de los estudiantes y el hecho trascendental de que los maestros dominen el pensamiento crítico para enseñarlo correctamente.

A lo largo de la vida del ser humano se encontrará con sucesos, actos o hechos que deben generar una opinión, ya sean situaciones banales de la cotidianidad o sucesos trascendentales en su vida. Entonces pensar es parte de la naturaleza del ser humano (Elder, 2007, citado en The Critical Thinking Community, 2015). Este pensamiento conlleva a una opinión y esta a una postura.

En temas polémicos las personas toman una postura, la cual podría no estar bien argumentada, o que estos no tengan una validez que los sustente.  Este grave error se observa en conversaciones comunes e incluso en debates nacionales, es decir, se encuentra en diferentes esferas de la vida. Según Elder (2007, citado arriba) dice que pensar de forma inadecuada es gravoso para la persona, afectando incluso su bienestar. Lo que nos indica la importancia de pensar bajo lineamientos estrictos, que nos lleven inevitablemente al intento de la búsqueda de la verdad, por ejemplo, una persona nos dice un hecho, nosotros podemos optar por aceptar el hecho, tomar una postura y actuar de acuerdo a ella, sin embargo, si nosotros ejercemos el pensamiento crítico podríamos darnos cuenta, que el hecho que nos han dicho pudiera no ser real, y hasta lograr comprobarlo o tener más certezas, aceptaríamos una postura, antes no.

El efecto siguiente de una postura se logra observar a través del comportamiento.  Nuestros actos son quizá el resultado de las posturas que hemos adoptado a lo largo de la vida, entonces si no tenemos un pensamiento crítico que evalúe dichas posturas, estaremos aceptando el pensamiento de otros, que no siempre es adecuado a nuestras necesidades, afectando nuestra vida.

Entonces no es suficiente pensar, o tomar una postura, porque también se debe ser crítico con la información que procesamos para establecer argumentos correctos que puedan ser verificados en su validez. Tarea nada fácil, pero no imposible de conseguir.  

Lo que se confirma cuando The critical thinking community (2015)  nos afirma que hay dos caminos intelectuales, el primero aceptar sin reflexionar, tomarlo como una verdad, y el segundo es cuestionarlo todo. Al realizarte ciertas preguntas de algún tema, es indiscutible que se logrará conocer más acerca de él, lo que inevitablemente ayudará a tomar una postura, esta podrá con base al conocimiento generar argumentos viables.

            De ahí que Elder y Paul (2003) preocupados ante la tendencia general de aceptar sin cuestionar, establecen la importancia de que los maestros y los alumnos se hagan expertos en el cuestionamiento, es decir, en el pensamiento crítico. Estos autores han dedicado su vida a difundir la importancia de dicho pensamiento. En su libro: La mini-guía para el pensamiento crítico Conceptos y herramientas establecen que el pensamiento crítico tiene un proceso que seguir, preguntas que contestar, características intelectuales que evitar para lograr un pensamiento crítico, asegurando también que no solo se debe usar en algún tema trascendental, sino que debe ser aplicado a todo lo que llega a las personas, que implique pensar, puesto que esta acción debe ser ejercitada, con la finalidad de volverse expertos en cuestionarlo todo (Elder y Paul, 2003).

            Imaginar a los alumnos ejercitando el pensamiento crítico en toda la información que reciben, podría traer consecuencias positivas individuales y sociales. Esta tendencia a cuestionar todo, a indagar la veracidad, puede alejarlos de situaciones riesgosas que limitarán sus expectativas de vida e incluso hasta desafiar al gobierno que intenta muchas veces convencer a las personas de algo inverosímil. En todo caso el pensamiento crítico sería una habilidad sana que desarrollar en los educandos.

            Cuando se logra ejercitar el pensamiento crítico, que colabore en la toma de una postura u opinión, es indispensable tener razones o argumentos que la respalden, estos deben tener un valor real. Rodríguez (2004) nos habla del modelo de argumentación de Stephen Toulmin  realizado en 1958. Este modelo establece que ante una evidencia la persona crea una opinión, la cual se sustenta por garantías o razones, estas deben tener un respaldo o la fuente de información confiable que amparen las garantías, también se asegura que se establezcan límites y contraargumentos de la opinión. Este modelo permite alejar a la persona de errores comunes de mala argumentación, que traen consigo un sesgo en el establecimiento de una postura.

            Mencionado lo anterior una postura sin pensamiento crítico, sin una adecuada argumentación, pone en riesgo al individuo, por ende a la sociedad. La existencia de posturas radicales defendidas con violencia son unos de los ejemplos de la falta de pensamiento crítico y ausencia de una argumentación sustentable.

            Es cuando el quehacer docente toma un papel trascendental en la sociedad. Ciertamente en la currícula podría no estar establecido que el alumno cuestione toda la información que recibe, e incluso dicho cuestionamiento implica que el docente debe haber previamente ejercitado su pensamiento crítico y ser un experto en el arte de la argumentación, lo que presupone que aleja al maestro de su estado de confort.

            Las ventajas de enseñar a los alumnos a pensar críticamente radican en las posturas que estos tomarán a lo largo de su vida, el simple hecho de no aceptar verdades absolutas o la apropiación de posturas de otros, sin cuestionarlas producirá inevitablemente un cambio personal que se trasladará al social, lo que pensando positivamente podría traer un cambio incluso gubernamental.

El trabajo del docente no solo es transmitir conocimiento, sino ayudar al estudiante a generar el suyo. El docente será el experto en su área, pero las necesidades sociales no solo le exigen dicho conocimiento, sino que los alumnos que toque en su vida, logren cuestionarlo todo de forma sistemática, y que al tomar una postura puedan argumentarla eficazmente, para así garantizar el bienestar de los educandos.

[La autora es licenciada en psicología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y maestra en desarrollo cognitivo por la Universidad Madero. Actualmente realiza una segunda maestría en pedagogía en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla].

Referencias

Paul, R. y Elder, L. (2003). La mini-guía para el pensamiento crítico Conceptos y herramientas. Recuperado de http://www.criticalthinking.org/resources/PDF/SP-ConceptsandTools.pdf

Rodríguez Bello, L. (2004, enero 21). “El modelo argumentativo de Toulmin en la escritura de artículos de investigación educativa” en Revista digital universitaria, 5(1), 1-18

The Critical Thinking Community. (2015). La definición de Pensamiento Crítico. Recuperado de: http://www.criticalthinking.org/pages/our-conception-of-critical-thinking/411

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