El canibalismo es una práctica ancestral que consiste en alimentarse de su propia especie, en este caso narcotraficantes comiendo humanos.

En nuestro país la subcultura que genera el fenómeno del tráfico ilícito de drogas presenta distintas práctica a saber:

Narcosatanismo.- Práctica seudoreligiosa para que las organizaciones criminales puedan obtener una supuesta protección, realizando rituales de origen afroamericano en los que se utilizan animales y/o personas para el sacrificio. Quienes deseen conocer un ejemplo de ello lean sobre el caso de Adolfo de Jesús Constanzo.

Malverde.- Culto sincrético que une creencias propias del catolicismo popular y otras que la iglesia católica considera supersticiones. Jesús Juárez Mazo más conocido como Jesús Malverde, tiene su capilla en Culiacán, Sinaloa, y es conocido como el santo de los narcos; se le han levantado varias capillas más en: Tijuana, Badiraguato, Aldama y en el extranjero en Colombia y Los Ángeles.

Santa Muerte.- Es una figura popular mexicana que personifica la muerte como objeto de culto, no es propia de la cultura del narcotráfico, sin embargo, muchas personas dedicadas a la actividad le tienen fe y se acogen a ella para su protección.

Narcocanibalismo.- Un interno del penal de Puente Grande afirmó que a “El Lazca” le gustaba la nalga y los chamorros, los consumía en tamales, pozole y como carne tártara, con lo que de ser cierto, se configuró un caso de canibalismo. Se puede leer más sobre estas afirmaciones en el enlace respectivo (Ver nota).

Como toda subcultura, las prácticas minoritarias que genera el tráfico del ilícito de drogas son contrarias a la cultura dominante y algunas de ellas se constituyen en ilícitos también.

El político estadounidense Robert Kennedy expresó: “Debemos dedicarnos a lo que escribieron los griegos hace tantos años: a domesticar el salvajismo del hombre y hacer amable la vida de este mundo”.

@EGAnguiano