Obediencia o voluntad

  • Ricardo Velázquez Cruz
Aunque la obediencia parece someter, hay ciertos momentos en que la rebelión es legítima.

Mucho se habla de los derechos humanos, los valores, principios, normas morales y de cortesía; sin embargo, su comprensión por la ciudadanía muy probablemente no sea la adecuada. Ahora, es muy poco común ver a la infancia tener un comportamiento respetuoso de su entorno. Siempre he pensado que todos somos ejemplo para alguien más, cualquiera que sea nuestra situación, siempre hay alguien que nos tomará como ejemplo y eso es una gran responsabilidad que tenemos todos, cada uno desde su trinchera, así como la responsabilidad de tomar los mejores ejemplo de nuestro entorno; sólo con ello podremos, cada uno, aportar un poco para vivir en el mundo que realmente deseamos.

Aquel mundo, lo hemos soñado todos, como padres, hijos, ciudadanos, profesionistas, empleados, servidores públicos; sin embargo, las circunstancias nos han llevado a dejarlo así, como un sueño para el que no hemos trazado el camino. Indudablemente creo que volver a ese tiempo en que el respeto, amabilidad y agradecimiento era parte de la vida cotidiana de todas las familias, no es un momento lejano si deseamos hacerlo.

La obediencia como forma de vida, indudablemente lleva no sólo a la ciudadanía, sino a la sociedad en general, a vivir con sometimiento hacia algo o alguien; mismo sometimiento que nos hace no defender nuestros ideales, por miedo. Ese gran enemigo de los grandes cambios, pero además está acompañado de inmensas consecuencias imaginarias. Ocasionalmente la gente cree que no respetar las normas establecidas en todos los entornos es parte de una buena rebeldía como protesta al estar en contra del sistema y no querer ser como los demás, querer sentirse únicos, fuera de las grandes masas; sin embargo, las normas tienen una vasta importancia en todos los entornos; toda sociedad debe tener límites, pero respetarlos no por temor, es la diferencia. El respeto y cumplimiento de las normas nos llevará a vivir en entornos socialmente saludables, y hacerlo por convicción sabiendo que tiene buenas consecuencias  es muchos mejor que hacerlo por temor. La obediencia lleva a la gente a sentir sometimiento y cuando siente no poder más es cuando llegan los grandes revuelos sociales; aquellos que sí tienen consecuencias no sólo personales, sino con terceros; consecuencias que afectan a una sociedad que lo único que ha hecho es ocultar sus males por temor. Esta desobediencia, la que ha causado grandes rebeliones sociales es la misma que hoy nos invita a respetar las normas, las leyes, los dogmas; primero conociéndolos para comprender que nos benefician, no por temor a su incumplimiento y a la vergüenza social; sino con la firme convicción de los beneficios sociales que conlleva. Igualmente, es aceptable que no estemos de acuerdo en ciertos puntos pero debemos encontrar las formas legítimas de hacerlo saber a quien le corresponde, únicamente a él, respetando las estructuras instituciones en cualquiera de los entornos.

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Ricardo Velázquez Cruz

Es abogado notario y actuario egresado BUAP. Diplomado en Análisis Político Escuela Libre de Ciencias Políticas de Puebla. Especialidad en Derecho Agrario UNAM; Maestría en Derecho Constitucional y en Juicio de Amparo UAT.