Desastres naturales o vulnerabilidad económica y social

  • Nicéforo Rodríguez Gaytán
.

Los nombres de “Mitch”, “Stan” y “Dean” permanecen en el recuerdo de las poblaciones que padecieron los efectos de estos huracanes provenientes del Atlántico y del Caribe. En el estado de Puebla estos nombres son referencia de problemas que un fenómeno natural ha dejado en su territorio y en población, especialmente la más marginada y aislada del estado. En 1999, después del terremoto de junio de ese año, en octubre, se produjo el impacto más desastroso del cual algunas comunidades de la Sierra Norte aun se recuperan. El Mitch en el 2005 dejó un saldo negativo en lo económico, social y humano y, nuevamente, en 2007, el “Dean”  denotó, una vez más, la vulnerabilidad de la zona más pobre del estado de Puebla.

La paradoja de los cambios climáticos es que en la actualidad se prevén los desplazamientos de los huracanes con mayor anticipación y exactitud. Ello permite avisar con antelación a las autoridades y estas a la población para evacuar y preparar los medios necesarios para atenuar los devastadores efectos que estos fenómenos traen consigo. Sin embargo, a pesar de este instrumento de conocimiento y anticipación los efectos son realmente devastadores, a pesar de que el fenómeno como tal solo impacta con lluvias torrenciales.

Para entender los desastres naturales y poder prevenirlos y recuperarse, una vez que se han producido, es necesario desprenderse de una serie de interpretaciones erróneas que impiden actuar acertadamente. Una de las deformaciones más comunes es suponer que el desastre se debe a fuerzas naturales poderosas o sobrenaturales que actúan irremediablemente contra los humanos.

También forma parte de esta deformación el superponer dos términos completamente diferentes: "fenómeno natural" y "desastre natural", los cuales se utilizan como sinónimos. No son iguales, ni siquiera el primero supone el segundo.

Un "fenómeno natural" es toda manifestación de la naturaleza. Se refiere a cualquier expresión que adopta la naturaleza como resultado de su funcionamiento interno. Los fenómenos naturales de extraordinaria ocurrencia pueden ser previsibles o imprevisibles dependiendo del grado de conocimiento que se tenga acerca del funcionamiento de la naturaleza.

La ocurrencia de un "fenómeno natural" no necesariamente provoca un "desastre natural", los fenómenos deben ser considerados siempre como elementos activos de la geomorfología terrestre. Así, una lluvia torrencial puede ocasionar erosiones o sedimentaciones cambiando el paisaje natural, pero estos resultados no pueden considerarse desastrosos o catastróficos.

Lo expuesto indica que los efectos de ciertos fenómenos naturales no son necesariamente desastrosos. Lo son únicamente cuando los cambios producidos afectan una fuente de vida con la cual el hombre contaba o un modo de vida realizado en función de una determinada geografía.

¿Cómo se Produce un desastre natural? Es la correlación entre fenómenos naturales peligrosos (como un terremoto, un huracán, un maremoto) y determinadas condiciones socioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable, mala ubicación de la vivienda). Se puede decir entonces que hay un alto riesgo de desastre si uno o más fenómenos naturales peligrosos ocurrieran en situaciones vulnerables.

La vulnerabilidad se manifiesta y está presente de forma evidente cuando:

  1. la gente ha ido poblando terrenos no adecuados para vivienda, por el tipo de suelo, por su ubicación inconveniente con respecto a avalanchas, deslizamientos, inundaciones.
  2. la gente ha construido casas muy precarias, sin buenas bases o cimientos, de material inapropiado para la zona y que no tienen la resistencia adecuada.
  3. no existen condiciones económicas que permitan satisfacer las necesidades humanas (dentro de las cuales debe contemplarse la creación de un hábitat adecuado). Esta falta de condiciones socioeconómicas puede desagregarse en desempleo o subempleo y, por tanto, de falta de ingreso o ingreso insuficiente, escasez de bienes, analfabetismo y bajo nivel de educación, formas de producción atrasadas, escasos recursos naturales, segregación social, concentración de la propiedad.

Las precarias condiciones económicas son, por sí mismas, también condiciones de vulnerabilidad, ya que la magnitud de daño real es mayor si la población carece de los recursos a partir de los cuales pueda recuperarse (recursos económicos, ahorros, seguro, propiedad de tierras; recursos naturales: formación, criterios técnicos, elementos básicos de seguridad, conocimientos sobre las funciones de cada organismo de ayuda; recursos sociales: organización, experiencia de trabajo conjunto, participación comunal).

Las condiciones de vulnerabilidad que una población presenta no son condiciones que se hayan dado independientemente del hombre. Muy por el contrario, es el mismo hombre quien las ha creado, y al hacerlo se pone de espaldas a la naturaleza, corriendo el riesgo de resultar dañado si ocurriese un fenómeno natural determinado.

Las condiciones de vulnerabilidad se van gestando y pueden ir acumulándose progresivamente configurando una situación de riesgo (que muchas veces no se advierte, se trata de minimizar o se menosprecia temerariamente por los gobernantes).

En conclusión, hay condiciones de vulnerabilidad física detrás de las cuales hay causas socioeconómicas. Hay pueblos que han sido construidos desde su origen sin ningún o con muy poco criterio de seguridad y puede llamárseles vulnerables por origen, y adicionalmente hay pueblos enteros, casas, canales de riego, reservorios, puentes, etc. que con el tiempo van envejeciendo y debilitándose, debido a los factores señalados, a lo cual se denomina como vulnerabilidad progresiva.

El estado de Puebla, incluido el municipio capital tiene zonas de riesgo, de alta vulnerabilidad, que cualquier fenómeno natural que ocurra pondrá en compleja situación a las autoridades gubernamentales y locales así como a la población precaria… los fenómenos naturales continuaran aun hasta octubre de este año y en los años siguientes, donde lluvias e infraestructura no pueden disociarse para fincar responsabilidad social a los gobernantes.

nish76@hotmail.com

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Nicéforo Rodríguez Gaytán

Líder estudiantil. Miembro del PSUM, PMS, PRS y PRD. Estudió de nivel medio, superior y Posgrado en la BUAP. Doctor en Ciencias Políticas UNAM. Profesor investigador, Facultad de Derecho y C.S. BUAP