Sin más futuro que mirar al norte, miles de niños y adolescentes centroamericanos se siguen sumando a la estampida migrante infantil que ha llegado a Estados Unidos, o bien que se queda en territorio nacional, en búsqueda de los llamados polleros que les ayuden a brincar el cerco fronterizo.
Invadidos por la miseria de sus países y buscando salir “como sea” de una precaria vida que tienen en Guatemala, Honduras y El Salvador, los infantes se lanzan sin pensarlo mucho, al lomo de “La Bestia”.
Tal parece que en México no se quieren mirar las verdaderas dimensiones de este problema, que hoy es una realidad lastimosa e indigna para quienes habitamos este país, y sólo nos quedamos como espectadores.
La cifra de 40 mil niños inmigrantes que han cruzado México y 10 mil en espera de ser repatriados por Estados Unidos a sus países de origen, debe lanzar la alerta de emergencia internacional.
Y es que no es un asunto menor garantizar el resguardo de garantías y derechos humanos para estos infantes, que en total orfandad son retenidos en las estaciones migratorias mexicanas, o lo que es peor, las condiciones que enfrentan al ser detenidos en la Unión Americana y confinados en celdas que más bien son jaulas.
Mientras autoridades mexicanas y norteamericanas le entran a la declaracionitis de blindar fronteras, fortalecer la vigilancia, garantizar el buen trato para los niños, etc, la opinión mundial empieza a preguntarse dónde están los organismos internacionales.
A caso la Organización de las Naciones Unidas, la Unicef, la Organización Mundial de la Salud van a permanecer impávidas ante un conflicto que se torna con tintes humanitarios, no sólo por el trato, sino también por la salud y las condiciones de subsistencia que enfrentan estos miles de niños centroamericanos.
Es una realidad la alta vulnerabilidad de todos estos infantes quienes están en un franco riesgo de ser presa fácil para las redes de pederastas, prostitución y crimen organizado.
¿Cuántos de estos niños que serán deportados a sus países volverán a intentarlo?.
¿Cuántos conseguirán cruzar y permanecer en territorio norteamericano?
¿Cuántos más tendrán la buena fortuna de encontrar a familiares?
¿Cuántos otros caerán en manos devastadoras, o lo que es peor, encontrarán la muerte?.
Los gobiernos de Barack Obama y Enrique Peña Nieto tienen una bomba de tiempo en las manos. El conflicto de la migración infantil ha tomado un curso altamente peligroso, sobre todo, cuando ambos gobiernos se han limitado a hablar de fronteras y seguridad, ignorando que miles de niños sin protección alguna, siguen arribando a México y Estados Unidos.
Ignorar no cuesta nada, sin embargo, la alerta internacional está a la vista por el peligro en el que se encuentran miles de niños centroamericanos, cuyo futuro es incierto.
@rubysoriano rubysoriano@gmail.com http://mediatikos.worpress.com/
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CEO Mediatikos Consulting. Ganadora Napolitan Victory Award como Mujer Influyente de la Comunicación Política 2019. Consultora y Estratega en Comunicación Política, Gubernamental y Campañas Electorales. Periodista y Analista Política en medios digitales