La Constitución obliga al gobernador a presentar ante la representación popular un informe del estado que guarda la administración pública estatal. No se trata de una fiesta de cumpleaños a la que se invita a los cuates para que, recíprocos por las veces en que él asistió a sus reuniones y les llevó regalos, escuchen los logros que se han hecho en los tres años de gobierno. Lo malo es que en la emoción del festejo cayó en los excesos mostrándose ante los invitados como “el hombre maravilla”, lo que pudo convertirlo en blanco de las chungas de sus congéneres.

El exceso de complacencia consigo mismo suele llevar a los políticos a incurrir en contradicciones, incongruencias y desde luego falta de tacto.

El caso es que Moreno Valle se olvidó de los compromisos adquiridos ante notario público. Dijo que los cumpliría y que en caso de no hacerlo renunciaría. Nada más para citar un ejemplo recordemos que nunca envió la iniciativa para legislar sobre el referéndum que permitiese a los ciudadanos votar sobre la aprobación o no de la gestión del gobernador, decisión popular basada en que el mandatario siguiera o dejara el cargo.

Además de truquear sus compromisos cambiándolos por obras de ornato, mismas que convirtieron a la ciudad de Puebla en un “bello” parque de diversiones que hoy y durante varias semanas compartirá el circo Atayde, señaló que tanto el Instituto Mexicano para la Competitividad como Transparencia Mexicana, habían validado el cumplimiento de los compromisos notariales de su gestión. Pero estos organismos rechazaron el dicho; incluso, el director del Instituto Manuel Molano, reconoció que el mandatario local manipuló los indicadores ya que en las tres propuestas cumplidas en las que citó a ese organismo, dio números posibles, además de indicadores actualizados hasta 2011 y 2012.

Durante su comparecencia en el Congreso del estado se mostró indiferente ante el posicionamiento de los partidos que criticaron su actuación; estuvo más atento a su teléfono celular por cual, supongo, enviaba mensajitos. Esta actitud lo mostró interesado en quedar bien con los de afuera ignorando a los miembros de poder Legislativo, la mayoría sus subordinados.

El CEN del PRI envió el discurso que leyó la diputada Silvia Tanus. El documento cuestionó el desempeño del gobernador: “En tres años de gobierno la pobreza se ha extendido, la inseguridad es una constante que se incrementa a ritmo acelerado y el campo ha sido olvidado”, leyó Tanús.  Quién sabe cómo lo obtuvo la Secretaría General de Gobierno porque de ahí salió la  línea a los partidos comparsa para que contestaran punto por punto y, además, usaran los mismos argumentos de ataque al PRI.

Las bancadas del PAN, PRD, Compromiso por Puebla y Pacto Social, se lanzaron a culpar al PRI de todos los problemas económicos y sociales del estado. La más patética de las intervenciones fue la de la “panista” Patricia Leal. Esto porque se olvidó del apoyo que tuvo del PRI en los días en que ella trabajaba con Melquiades Morales, partido al que atacó diciendo: “¿Que hicieron cuando tuvieron la oportunidad de resolver los problemas que dicen tanto les interesan? No tienen calidad moral para criticar el que no tenga contrapeso en el congreso el actual gobernador”. Tal criterio confirma que la política poblana está llena de personas dispuestas a traicionar a su partido si a cambio de ello hay una buena dieta.

Mientras eso sucedía afuera se oían gritos; decían: “Que Moreno Valle se vaya, porque su gobierno es una mentira, un fracaso, una pantalla”. Como parte del llamado “informe de la Realidad Ciudadana” se trataron temas como el campo, el trabajo, la seguridad social, la educación, la devastación, la entrega de la riqueza natural y el nivel de pobreza de Puebla que se ubica en el tercer lugar a nivel nacional y 9.1 de analfabetismo, la tasa más alta a nivel nacional.

Lo paradójico es que después de la obvia línea en contra del PRI ordenada por el gobierno, el gobernador haya pedido a la  secretaria de Salud, Mercedes Juan López, que sea el “conducto para reiterarle al Presidente Peña Nieto nuestro interés y disposición de hacer causa común y concretar dos obras de gran trascendencia regional: el segundo piso de la México-Puebla y la modernización del Periférico Ecológico. Para muchos estas obras parecen inalcanzables; sin embargo, tengo la plena convicción de que, con  liderazgo, con el primer mandatario de México las haremos realidad”. Después de esta lisonja y como una más de sus incongruencias de la “fiesta morenovallista”, al representante del partido del Presidente nacional del PRI no le dan su lugar, omisión o error preconcebido que, por dignidad y respeto a su instituto político, indujo a Guillermo Deloya a retirarse.

Hubo dos ausencias notables: una fue la de Fernando Manzanilla Prieto. El personaje que acompañó a Moreno Valle desde que éste se integró a la política estatal. Manzanilla había difundido a través de las redes, su negativa a protestar como diputado. Argumentó que por razones personales se dedicaría a buscar la felicidad. Ah pero para compensar su ausencia aparecieron resplandecientes los nuevos diputados, muchos de ellos “niños” y “niñas” cool e in, guapitos, bien vestidos y excelentes anfitriones y especialistas en relaciones públicas pero sin ninguna preparación, ideología y menos aún carrera política. Bueno, para obedecer órdenes sólo se requiere saber decir “sí señor”.

La otra ausencia fue la de Elba Esther Gordillo. Sobran los comentarios.

El partido Acción Nacional tendrá bajo su control el Congreso local durante el proceso de sucesión de Rafael Moreno Valle. La Junta de Coordinación Política será encabezada en 2014 por el PRI; el PRD lo hará en el 2015, mientras el PAN estará al frente en el 2016 y 2017. Los siguientes ocho meses estarán encabezados por Compromiso por Puebla. Así los panistas controlarán el Congreso durante el proceso de sucesión de Moreno Valle y desde luego favorecerán los intereses del gobernador. Es obvio que tanto los priistas como el Presidente Peña Nieto, ya se dieron cuenta del truco y que harán algo para evitar la tomada de pelo. Al tiempo.

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