El ocaso de un líder sindical

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El líder sindical, vive y disfruta de la fuerza y glamur que otorga el poder y dinero, mientras la clase trabajadora así lo quiere.

Es el caso del sempiterno dirigente sindical de los trabajadores del Ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco Velázquez, quien sufre ya la soledad y abandono de quienes hasta hace pocos meses lo veían con respeto y acataban sin protestar sus órdenes, la mayoría de ellas arbitrarias. Los abusos y el desplome en los afectos de quienes los “apadrinaban” lo tienen en la lona.

La aprobación por parte de los diputados locales de la nueva Ley de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento del municipio de Puebla, que indudablemente tuvo como propósito debilitar y minar el poder de Pacheco Velázquez, alborotó a la gallera que ahora ya se organiza para renunciar a su actual organización, -sin riesgo a la pérdida de su base, antigüedad y derechos laborales-, y crear un nuevo sindicato, que de acuerdo con las reformas establecidas en el capítulo X Sección 1 artículo 93, se puede constituir hasta con un mínimo de 20 trabajadores sindicalizados, una situación por demás delicada que puede provocar mucho ruido a la próxima administración municipal.

Los excesos llevaron a esta situación a Israel Pacheco Velázquez, sin dejar atrás el aderezo de grilla política que le pusieron desde Casa Puebla.

Entre los desproporcionados abusos se anotan las constantes “cooperaciones” que obligatoriamente tienen que dar los sindicalizados para comprar el regalo  para el líder sindical con motivo de su cumpleaños, -la última coperacha fue de 360 pesos-, la cuota de 750 pesos para los festejos por la guadalupana y el aporte obligatorio de 350 pesos para las celebraciones de fin de año. Además tienen prohibido asistir a los eventos festivos que ofrecen las autoridades municipales en su honor.

Todas estas arbitrariedades lastiman económicamente a los 2,200  trabajadores sindicalizados, principalmente aquellos, cuyo salario no rebasa los 5 mil pesos mensuales.

Cansados de esta situación, los sindicalizados no tuvieron de otra, más que pagar la cuota exigida,  pero para expresar su enojo, más de la mitad de ellos no asistieron al festejo del pasado fin de año, que se celebró en el salón J.P., con la participación de la Sonora Dinamita, que no logró prender por la escaza asistencia.

Ahora, con los sindicalizados encima, exigiendo a Israel Pacheco rinda cuentas de las cuotas sindicales, el dirigente  que hasta hace algunos años presentaba informes trimestralmente, se esconde y, lo que antes era una costumbre, ya ni siquiera convoca a asambleas ordinarias. Ni hablar, se advierte ya el ocaso de la vida sindical del otrora combativo e intransigente Israel Pacheco Velázquez. SALUCITA DE LA BUENA.

fomca_49@yahoo.com.mx

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