Facu y “síganme los malos”

  • Ruby Soriano
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La idea de que Puebla era territorio de “protección para hijos y familias de narcos” parece haber subido el denigrante escalafón de convertirse en una capital donde ya es una realidad la operación del crimen organizado.

“Que si entregaron la plaza”, “que si Facundo pactó”, “que si la plaza es rentable”, de todo hemos escuchado; sin embargo, la realidad es que a todo esto y a la ola de asaltos, atracos y secuestros en el interior de la entidad, hay que agregarle algo con lo que los poblanos estamos aprendiendo a lidiar, esquivar y denunciar.

Es alarmante el incremento que en los recientes meses registran las llamadas de extorsión a teléfonos fijos de casas habitación, comercios y empresas. El mismo fenómeno se presenta con los teléfonos móviles.

Desde supuestos secuestros, montajes de torturas, camuflajes de personal bancario que solicitan datos de las cuentas personales, hasta supuestos premios de viajes y automóviles, de todo echan mano los delincuentes para timar a algún despistado y consumir el atraco tranquilamente desde sus celdas en algún reclusorio del país.

Los números telefónicos desde los que se intenta consumar el hecho delictivo varían, aunque en particular abundan los códigos y claves del norte del país, seguidos por los del DF.

Si bien se emprendieron campañas nacionales para advertir que cuando se reciba este tipo de llamadas se evite entablar comunicación con el interlocutor y se evite entablar comunicación con el interlocutor, aún hace falta mucha información y difusión para orientar a la población de cómo actuar ante el acoso telefónico delictivo.

Como generalmente sucede, los ciudadanos rebasan el actuar lento de las autoridades. Afortunadamente, para estos casos, las redes sociales han instrumentos de excelente difusión, donde se han creado perfiles exclusivos para prevenir y aconsejar qué hacer en caso de recibir estas llamadas de extorsión.

Como si fuera un mapa binario, cada vez son más los números telefónicos que se suman a la lista de números extorsionadores, desde donde se hacen las llamadas para emitir amenazas y amedrentar a ciudadanos.

Aquí van algunos de ellos:

5550621915; 6691230165; 6691160520; 8616116010; 8332844133; 8311136219; 6677590210; 8181223990; 8343075234; 8331520045; 8331562597; 8992150353; 5552563780; 5517777314;  8332921765; 8333339286; 8333339360; 8311079059; 8333093508; 8331218595; 8331922189.

El acoso e intento de extorsión telefónico en cifras es muy revelador y deja al descubierto la necesidad de intensificar las campañas de información para prevenir y proteger a la ciudadanía, quien debe estar preparada para saber actuar en estos casos.

Aquí algunos números aterradores:

Más de mil bandas delictivas realizan los intentos de extorsión en diferentes penales del país.

Datos del Consejo Ciudadano para la Ley y los Derechos Humanos AC señalan que cada 24 horas se intentan cerca de 6 mil 700 extorsiones desde 800 mil teléfonos móviles.

En los últimos 10 años se han intentado más de 18 millones de llamadas de extorsión.

Después del Distrito Federal, Estado de México, Michoacán y Jalisco, Puebla se ubica en la quinta posición como una de las entidades donde crece a pasos  agigantados los intentos de extorsión telefónica.

“Que no cunda el pánico” –dirían algunos-, aunque esperamos que el buen “Facu” no nos salga con la frase de “Síganme los malos” porque entonces a parir chayotes en Puebla.

@rubysoriano    rubysoriano@gmail.com   http://mediatikos.worpress.com/

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Ruby Soriano

CEO Mediatikos Consulting. Ganadora Napolitan Victory Award como Mujer Influyente de la Comunicación Política 2019. Consultora y Estratega en Comunicación Política, Gubernamental y Campañas Electorales. Periodista y Analista Política en medios digitales