Poco nos duró el gustito, el mismo con el que los vecinos de El Carmen, Huexotitla, la Gabriel Pastor y Zona Dorada recibimos el arribo de tantos restaurantes que de pronto aparecieron principalmente en la zona de la 43 poniente.

El gusto de contar con un nuevo corredor gastronómico, “céntrico” y accesible a varias rutas de la capital, se nos terminó rapidito.

Los recientes asaltos en negocios, han sembrado el temor en la zona; los restauranteros se dicen vulnerables, pues ya no es garantía la solitaria patrullita vigilante de “Huexo” que antes hacía sentir seguridad a los comensales.

Hoy sentarse en la terraza es un riesgo en cualquier negocio, algunos comensales prefieren las mesas “rinconeras”, para tener tiempo de aventar tarjetas o joyitas antes de entregar carteras o bolsos a la hora del atraco.

Esta es la realidad que vivimos en la Angelópolis, y aunque en el Ayuntamiento de Puebla, “los súper agentes” del presidente Eduardo Rivera se empeñen en atribuir el resurgimiento del tema de la inseguridad  a una campaña mediática, los señores que mueven los hilos de la seguridad municipal en Puebla (Amadeo Lara) evidencian una falta de sensibilidad, estrategias y sobre todo planes de acción para combatir la ola de asaltos en la capital poblana.

Los asaltos en restaurantes no son los únicos síntomas de inseguridad particularmente en esta zona de la ciudad; el pasado fin de semana un cuentahabiente fue atracado y despojado de efectivo en la Gabriel Pastor, a esto hay que sumarle el asalto a transeúntes, los robos de autopartes y los atracos a casas habitación.

Le serviría y mucho a nuestro Alcalde, darse una vueltecita por la 43 poniente; conversar con los empresarios restauranteros, con la clientela de estos lugares y por supuesto con los vecinos de la zona, quienes están aterrados ante el incremento de asaltos que se han suscitado en estas colonias en meses recientes.

Más allá de la grilla y las campañas mediáticas como acusan algunos funcionarios menores municipales, el tema de la inseguridad es y debería ser de alta sensibilidad para cualquier gobierno.

Preocupa y mucho, ver cómo las autoridades se hacen un  “coco-wash y se avocan a organizar eventitos de relumbrón para develar estatuas.

La ciudadanía exige sin duda resultados que no se ven en el trabajo que realizan los responsables de la seguridad en la capital poblana.

Aquí ya no son cifras señores, aquí son hechos, urgen acciones inmediatas para combatir no en discurso, sino con acciones reales a la inseguridad.

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