Ser mejores para ser iguales

Ricardo Adair Coronel Robles desde su nacimiento, ha demostrado que debe de ser mejor, para ser considerado como igual.

Cuando nació, el médico le diagnosticó un retraso mental irreversible, ante el cual no había nada que hacer. Sin embargo, sus padres decidieron que sí había mucho por hacer, y no abandonándole, comenzaron una travesía que incluyó el inscribir a Ricardo en una escuela privada. Y si bien, fue víctima del bullying en la secundaria, dada su condición, esto no le afectó como a otros chicos de su edad, sino al contrario, fortaleció su espíritu.

Fue hasta los 18 años, cuando estaba por entrar a la universidad, que le diagnosticaron síndrome de Asperger, un trastorno que afecta la interacción social y la comunicación con las personas. Fue en ese punto crítico que decidió estudiar turismo, a la par que junto con sus padres, solicitaron a la autoridad el declararle en estado de interdicción, con el fin de protegerlo de cualquier potencial amenaza a su integridad.

Pero al paso del tiempo, Ricardo se dio cuenta que el sí podía ser responsable de sus estudios, de su persona, y también podía ser responsable de sus acciones  y de decidir jurídicamente por él mismo. Ante ello, hace dos años promovió un amparo en contra de la interdicción, mismo que hasta ahora fue atraído por la Suprema Corte de Justicia.

Ricardo, hoy con 25 años, acaba de obtener el fallo a su favor por la Primera Sala de la Suprema Corte Justicia de la Nación, el cual no sólo favorece su decisión, sino que abre las puertas para que las personas con discapacidad en nuestro país puedan ejercer un mayor número de derechos.

Ricardo Coronel se encontraba en estado de interdicción, esto es, legalmente estaba incapacitado para firmar contratos, comprar bienes inmuebles o adquirir créditos, y sus padres eran quienes tenían tanto los derechos como obligaciones de su persona y sobre su persona. Ahora, con esta resolución, su capacidad de ejercicio legal será ampliada, aunque antes para ello, un juez civil deberá valorar en qué áreas Ricardo requiere el apoyo de un tutor y en dónde puede valerse por sí mismo.

El ministro Zaldívar, ponente de la resolución analizó diferentes preceptos de la legislación mexicana y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (misma que entró en vigor en México en 2007). Así, tomando en cuenta el derecho internacional en materia de derechos humanos, subrayó que las personas con discapacidad física, sensorial y/o intelectual deben gozar de la libertad que la Ley les otorga en la toma de sus propias decisiones.

En materia legal, el amparo concedido emite una visión jurídica moderna e integral, donde las personas con discapacidad no ven disminuidos o anulados sus derechos civiles. Sin embargo, este fallo sólo beneficiará a quienes acudan de manera expresa a los tribunales, pues dicha resolución no declara inconstitucionales los artículos que solicitaba Ricardo en su demanda. Queda mucho por hacer, dado que los familiares pueden solicitar que una persona con discapacidad sea declarada en estado de interdicción sin una evaluación correcta para caso. Quedaría apoyarles jurídicamente y sopesar los casos en que si requieren asesoría o apoyo de un tutor.

Hoy, Ricardo es becario en un museo. Estudia un diplomado en una universidad y disfruta los partidos de sus Pumas, tiene también, como cualquier joven de su edad, muchos planes y sueños por delante. Ricardo se ve en cinco años, trabajando en una agencia de viajes y tal vez hasta con una pareja. Sabe que tiene que ser mejor cada día para ser igual a los otros. El mencionado fallo a su favor, ha demostrado que no sólo es mejor, sino ha logrado un paso más hacia una igualdad anhelada para muchas personas que se saben iguales y la sociedad prefiere tenerlas en un inexplicable estado de interdicción.

Así, en un mundo donde las malas noticias nos abruman, siempre es reconfortante aprender de personas como Ricardo que saben que lo único prohibido es no intentar lo que queremos.

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