Saturación reformista

  • Víctor Reynoso

El país parece estar saturado no solo de agua, sino de propuestas de reformas. La cantidad y complejidad de reformas propuestas han rebasado a la opinión pública y a la clase política. No se sabe por dónde seguir, ni en el análisis y la discusión ni en las decisiones. Y no parece que el fin de las lluvias ni la civilidad de la CNTE, si llegara a darse, acabarán con esta saturación que confunde prioridades y lleva a la parálisis. Hay necesidad de que alguien dentro de las instituciones políticas ponga orden.

PRD y PAN presentaron esta semana sus propuestas de reformas políticas, pero no han encontrado espacio en la opinión pública. Poco o nada se han difundido y discutido. La reforma energética no da muestras de avanzar, no se ven puntos de consenso entre los principales partidos.

PAN y PRD han insistido en realizar primero la reforma política, y luego pasar a otras como la energética. Si no se ha hecho así, es seguramente porque el PRI no ha estado de acuerdo. Por otro lado es notable la coincidencia entre las propuestas panistas y perredistas.

La que más han enfatizado ambos partidos es la creación de un Instituto Nacional de Elecciones. Una nueva institución que sería algo así como una ampliación del IFE, que organizaría ahora las elecciones locales (gobernadores, ayuntamientos, diputados locales). El argumento de ambos partidos coincide: tal como es ahora el sistema, en el que las elecciones locales son organizadas por organismos locales, los procesos electorales son dominados por los gobernadores. Éstos tienen la capacidad de nombrar a la mayoría de los consejeros de dichos organismos y con ello contralar a las instituciones electorales.

El consenso se da no solo entre los partidos distintos al PRI, sino también entre observadores y académicos, que en general ven muy mermada la autonomía de los órganos electorales en los estados. El argumento de que el nuevo Instituto vulneraría al federalismo no es muy fuerte: hay ya un padrón electoral y una credencial electoral federales, por no hablar de otras instituciones como el ejército y el Banco de México que son también federales sin que nadie se preocupe porque violan el federalismo mexicano.

Quizá más complicada sea la propuesta de que el gabinete del ejecutivo sea ratificado por el poder legislativo, lo que podría incluir el derecho de veto de diputados y senadores hacia las propuestas que el presidente de la República hiciera de sus Secretarios de Estado. Es lo que algunos llaman el acercamiento a un régimen “semiparlamentario”.

Es complicada porque quizá lejos de fortalecer a nuestras instituciones las debilitaría. El presidencialismo mexicano destaca hoy más por su debilidad que por su fortaleza, a pesar de que muchos crean, atrapados por ideas del pasado. Subordinar el gabinete del presidente a las cámaras, en un ambiente de poca cooperación, o de abierta confrontación, sería minar a nuestras instituciones y restarles la capacidad para la eficiencia que tanto se requiere.

Claro que si el ambiente fuera de cooperación, como lo imaginamos que es en países como Suecia y Finlandia, por ejemplo, el mecanismo podría resultar muy positivo. Pero quizá estemos lejos de esto, y el sistema “semiparlamentario” serviría para que la oposición al presidente minara sus facultades y para que incrustara sus propios intereses en el gobierno federal.

Otra reforma polémica, pero que une ahora, creo que por primera vez, a panistas y perredistas, es la reelección inmediata de legisladores. Tiene también el consenso de la academia. Claro que si se  hiciera una consulta nacional, como quieren algunos para otros temas, la reforma no procedería. La mayor parte de la población del país está atrapada por la creencia de que la reelección inmediata no llevaría a una dictadura, a lo que ellos imaginan como los horrores del régimen porfirista.

Hay otros muchos puntos, polémicos, difíciles, pero en los que los consensos son posibles y necesarios. Claro que se requiere de buenos artesanos políticos capaces de construir los consensos, de negociar y ceder, de jerarquizar y calendarizar los cambios. Lo que por ahora no parece ser una realidad.

Profesor de la UDLAP

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.