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Matilde Montoya: pionera de la medicina mexicana y defensora de los derechos femeninos

  • Lizzette Vela
Lafragua fue la primera médica mexicana, abriendo caminos para las mujeres en la ciencia y la medicina
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La vida de Matilde Montoya Lafragua, nacida el 14 de marzo de 1857 en la Ciudad de México, es un ejemplo de perseverancia ante un sistema que se negaba a aceptar a las mujeres en carreras profesionales.

Hija de José María Montoya y Soledad Lafragua, desde temprana edad enfrentó los prejuicios de la sociedad del siglo XIX. A los 12 años, quiso obtener el título de profesora de enseñanza elemental, pero le fue negado debido a su corta edad.

A los 14 años, Matilde se examinó como partera en Cuernavaca, tras estudiar un año en la Escuela Nacional de Medicina. Sin embargo, la falta de recursos y la muerte de su padre la obligaron a abandonar sus estudios. Con determinación, volvió a la institución a los 16 años y obtuvo el título de partera, marcando su primera victoria en un ámbito dominado por hombres.

Los años siguientes estuvieron llenos de obstáculos. En 1875, problemas de salud la llevaron a radicar en Puebla, donde ganó prestigio como partera. Sin embargo, enfrentó calumnias y críticas, siendo estigmatizada por su religión protestante y su simpatía por la masonería. Pese a ello, en 1880 se matriculó en la Escuela de Medicina y Farmacia de Puebla, donde combinó sus estudios con materias como física, química y botánica.

Matilde no logró terminar su carrera en Puebla debido a la oposición de algunos estudiantes y profesores, quienes consideraban inapropiado que una mujer participara en actividades como disecciones de cadáveres. Sin rendirse, regresó a la Ciudad de México y, con apoyo del gobernador de Puebla y una orden del presidente Porfirio Díaz, continuó sus estudios.

En agosto de 1887, Matilde Montoya presentó su examen profesional ante destacados médicos y académicos. Su tesis, “Técnica de laboratorio en algunas investigaciones clínicas”, impresionó al jurado, y Porfirio Díaz personalmente le entregó el título de Médico Cirujano Partero. Este logro fue histórico, ya que convirtió a Montoya en la primera médica mexicana titulada.

A pesar de su éxito, su graduación no fue reconocida por la Gaceta Médica de México, reflejando el machismo de la época. Sin embargo, medios como El Tiempo resaltaron su hazaña, consolidándola como un símbolo del feminismo y la igualdad de género en México. (LV) 

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