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El Breve Espacio celebrará su 20 aniversario como espacio cultural en Puebla

  • Jipsy Herrera / Andrea Domínguez
El Breve festejará con la presentación de la obra de teatro "Brecht en ascensor" y un brindis
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Todo amante del arte y la cultura en Puebla seguramente conoce el Breve Espacio, un lugar ubicado en calle 7 Norte, número 8, en el Centro Histórico de la ciudad, que impulsa el talento local de manera independiente y que el próximo lunes 18 de marzo cumple 20 años, fecha que celebrará con la puesta en escena de la obra "Brecht en ascensor".

En entrevista para e-consulta, Carlos Orduña, Sonia Marrufo y Sergio González nos hablaron de la historia del Breve Espacio que se inauguró un 18 de marzo, pero del 2004 con apenas cuatro mesas que les dieron en aquel entonces la agrupación musical poblana “Los Patita de Perro”.

Según contaron los fundadores, el Breve era una librería y con el tiempo se abrió y adaptó a las nuevas necesidades; dando un giro a la librería debido a la llegada de los monopolios y acercándose al mundo artístico que incluyó a las artes plásticas, música, teatro y más.

Obra para celebrar al Breve Espacio Puebla

En este tenor, este espacio cultural independiente en Puebla festejará su 20 aniversario con la puesta en escena de "Brecht en ascensor", una obra que fue una de las primeras producciones realizadas por el recinto.

La temática se desarrolla en el ascensor de un edificio, mientras ocurre la guerra, un tema que es abordado desde el punto de vista artístico y que invita a la gente a conmoverse desde el arte.

En esta presentación, se contará con la actuación de Carlos Marrufo, Oscar Rodrigo, Karla Flores, Ángel Lual, Macondo Jiménez, Rosario Maceda, Sergio González y Moisés Muñoz, quienes estarán bajo la dirección de José Bueno.

La obra se acerca al teatro físico y se presentará en formato arena, es decir, el público podrá estar alrededor de la presentación. Posterior a la obra, se hará un brindis en honor al 20 aniversario del Breve Espacio.

Importancia del Breve Espacio para la cultura en Puebla

Carlos Orduña expresó que además de ser un negocio, el Breve es un espacio en el que se abren las puertas al arte y a la cultura, y añadió: “se trata de un colectivo horizontal, donde los artistas tengan un foro donde puedan exhibir su trabajo y recibir el apoyo y valoración que merece su labor, se trata de un espacio que beneficie tanto al Breve como a los artistas”.

Por su parte, Sergio González Huerta mencionó que el arte se vuelve mágico, ya que la gente ha adoptado al Breve como su casa y como un espacio para presentar sus obras, lo que lo convierte en un puente entre las personas y la cultura.

Uno de los objetivos del Breve es diversificar el arte e incluir todas las formas de expresión, no solo la música y sus diversos géneros, sino que dar a conocer que este es un mundo infinito, que incluso ayuda a la formación de un público.

Texto sobre el 20 aniversario del Breve por, Carlos Marrufo

A nuestras hijas, a nuestros hermanos, a los amigos y colegas, a nuestras madres, nuestros ancestros, a los cuerpos que han dejado su vida dentro, en nuestro espacio, que es su breve corazón.

Por nuestros veinte años

Habla la vieja casa de la 7

Después de tantas hojas, montones de libros, de libretos, vino la música, la viva. Posé mis oídos atenta, cuando un piano vino a parar dentro de mí. Ya nunca faltó la alegría y el llanto, como en la vida. Entre más notas, aleteos. ¡Ay, cómo empezó a crecer! Porque si bien los intelectuales que compran libros son algunos artistas, no es lo mismo leer que pintar, y aunque quizás, una veta de madera dibuje el universo, mis venas de cemento fueron hojas de Ramonas, hojas con su verde vivo, como las que penden de mí suavemente, entrelazadas como víboras escuchando, imaginando el cielo mientras la música, mientras la grieta. Ellas, las hojas, serán mis testigos.

Me consta que las personas pueden, si las dejan o se lo proponen, alcanzar esa condición extraña que ellas llaman libertad. Las hojas no me dejarán mentir. Han pasado tantas.

Flores que de su danza, la del trabajo cotidiano, la del servir y sobrevivir, hacen una coreografía precisa, necesaria, la más bella imprescindible. Hubo una en especial de nombre Nohemí, quien un día fue arrancada de sus posibilidades. No han vuelto otras que después de mis confines recibieron la visita inesperada, dejando pospuesto el encuentro y de paso, húmedas las paredes, llenas de grato recuerdo.

Nadie ha muerto aquí dentro, nos consta. Aquí se habla de la vida de frente, se canta, se sopla, se inventa, se equivoca, se ensaya, se intenta. Aquí se muere la vida mientras nace más vida. Aquí dentro se pare. Entonces tenemos hijas por todas partes, ahí van regadas las ramas que alegran la Calle, ahí van regados los siempre niños que treparon estantes, que tienen la valentía de creer, croar y crear. Ahí vienen, a veces tristes, a veces confundidos, los que se lanzan al abismo, las que de una guerra hacen su canción; animosas, amorosas; como la mañana.

II

Ayer llegaron cantarines, cantando me despertaron y cantando he de recibir el canto de los grillos. En esta vecindad los conflictos se disipan cuando el arpa convoca a reunión por el cuidado del agua. Mis techos, suelos que vieron vidas crecer su infancia, son guaridas de consenso. Los cacomixtles se dan cita para escuchar el musitar de los ratones quienes ya saltan un nuevo ritmo que viaja desde el África. Las polillas prefieren comerse las vigas del departamento vacío, aquí se dan cita para ser público cautivo, para pasar zumbido que es mentira que los humanos sólo destruyen. Cuentan que de pronto aquí la gente, como las abejas, va de flor en flor, fecundando.    

Hubo otra más viejita que en vida no se enteró que la barra se llamaría Elia... como ella. ¡Si supieran lo que significa tener un corazón como Elia! La idea de uno como pócima; aquella bufonzuela que hace regocijar al más enjuto de los de corazón duro y hace volar a los que de por sí ya viven abiertos como fuegos y se perdonan llorando y riendo de sí mismos. Uno no se cansa. Una no para de bailar. Úne, no pares de tejer. Era una dicha cada vez que ella venía, la mejor promotora. A ella se le olvidó llevarse su pulso como se le olvidaban las llaves. Nos dejó suministro de latidos por un siglo, se fue dejándonos su corazón como memoria. ¿Sabrá que ya soy sala de payasas? ¿Que siento ahora lo que siento? Que aquí la nariz es sagrada porque se cura la lengua, la palabra y la herida. Porque para reírse no hay que traicionar y traicionarse. Porque para decir no bastan las letras. Porque para hacer no se hace desde la venganza. Porque no hay lugar para el victimismo. Porque la cobardía no puede ser regla de juego. Porque ese tablero es de los viles de arriba, de los futuros conspiradores de las migajas del fascismo. Porque el error también es un espejo. Porque el teatro refleja pero no destruye al compañero, denuncia pero no difama, se responsabiliza. Porque el Teatro es verdad, no mentira.

Entre mis paredes es Elia quien vela congruencia, porque todo arte independiente viene de abajo y del sacrificio. Porque quien me clava un argolla. Quien me resana arañazos. Quien limpia un polvo con una escoba malherida. Quien me taladra un conducto para sostener un telón o una estructura. Quién sino el trabajo conjunto de obreros que lo hicieron posible. Quién sino el sueño compartido de la experiencia y el aprendizaje, de la sabiduría contenida en su ser de cielo. ¿Quién sino la suma de confianzas, de luchas, de fracasos, de condenas, de esperanzas?

III

Entonces se dan cita los cuerpos que decidieron ya no estar muertos. Gritan 43, gritan Palestina, gritan madres buscadoras, gritan la revolución es mi cuerpo, gritan; no es suficiente.

Una se da cuenta que alguna vez jugaron cuando los noes todavía no llenaban el catálogo de lo permitido. Son cuerpos casi siempre que recuerdan, que descubren, que honran, que convocan al tacto, que me tocan distinto cuando posan sus dedos en mi historia. Son cuerpos que de tanto temer ya no temen, ni su desnudez, ni su movimiento auténtico, ni su felicidad. Son cuerpos chamánicos, con manos por todas partes, de todas épocas y civilizaciones, capaces de animar objetos que de tanto decir dicen. Se dislocan; escuchan, se entretejen, son zoomorfos, resuenan, son eternos; perdonan, son conscientes de su diversidad, son infinitos: son libres.   

Y si como dice Galeano, a quien resguardo sereno desde las alturas del librero:

...Cuando Irak era Babilonia y con el paso del tiempo algunas casas tuvieron mostrador y los invitados se hicieron clientes. Y nació la taberna. Y fue lugar de encuentro y espacio de libertad ese reino chiquito, esta extensión de la casa donde la mujer mandaba...

Si como dice mi viejito, que eso fue hace más de cuatro mil años, antes que sus casonas fueran escombros de guerras genocidas, sépase que nuestra cuenta es larga. Que somos yo, mis muros, mis ventanas y mis puertas, con todos mis insectos y mis plantas; nido de preguntas, cascada de respuestas.

Que aquí han pasado una suma de los siglos y los que nos faltan...

...

Foto de la inauguración del Breve Espacio en Puebla como un espacio cultural independiente, el 18 de marzo de 2004.

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