De acuerdo con el informe por la organización Violence Policy Center (VPC) casi 75 mil hispanos, en su mayoría jóvenes, murieron entre 2001 y 2021 en Estados Unidos en incidentes con armas de fuego, y el 63 por ciento de esas muertes fue por homicidio.

Durante este periodo, 47 mil 119 hispanos murieron en homicidios con armas de fuego, 23 mil 686 murieron en suicidios con armas de fuego y mil 184 murieron en tiroteos involuntarios. El porcentaje de víctimas hispanas de homicidio muertas con armas de fuego subió del 64 al 78 por ciento en esas dos décadas, afirmó VPC.

“Las armas de fuego cobran un precio letal entre los hispanos en Estados Unidos y en especial entre los jóvenes”, señaló John Sugarmann, director ejecutivo de ese grupo que trabaja para prevenir las muertes y heridas por esas armas.

“Lo peor es que, debido a las insuficiencias en la forma en que se recoge información sobre los hispanos en nuestro país, la extensión de esta crisis sigue sin determinarse”, añadió.

Sugarmann además señaló que la industria de las armas apunta a los latinos como un mercado potencial, lo cual sólo servirá para incrementar las muertes y heridas en esta comunidad que comprende alrededor del 19 por ciento de la población del país.

Los datos más recientes acerca de los homicidios en los cuales la víctima fue hispana y se usó un arma de fuego indican que el 64 por ciento de esos incidentes involucró un arma corta, lo cual, según VPC, es el porcentaje más alto entre todos los grupos raciales y étnicos.

De acuerdo con el informe, la tasa de víctimas de homicidio entre los hispanos en 2021 fue de 6.9 por cada 100 mil personas en comparación con una de 4.3 entre los blancos.

Para los hispanos con edades de 15 a 24 años el homicidio es la segunda causa de muerte, mientras que el suicidio es la tercera y en 2021 entre los hispanos que cometieron suicidio con armas de fuego, el 88 por ciento fueron hombres.

Las recomendaciones que incluye el reporte señalan que se deben realizar esfuerzos adicionales para apoyar los programas y actividades actuales de reducción de la violencia, así como identificar nuevas estrategias de reducción de la violencia, mejorar el acceso a los recursos para las víctimas y sobrevivientes de la violencia doméstica e identificar medidas contra la trata para ayudar a interrumpir el flujo de armas de fuego ilegales hacia comunidades impactadas. (JC)