Muy pocas veces la expresión “luchar por la vida” había tenido un sentido más literal.

Silver Sun y Galack Extreme, enmascarados profesionales poblanos, no se conocen entre sí. Tampoco comparten cartelera y no son del mismo peso. Ni siquiera luchan para la misma empresa.

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Sin embargo, poseen muchas cosas en común. Principalmente porque ambos deben dividir sus preocupaciones y responsabilidades en más de dos.

Ser luchador en Puebla tiene tantos momentos gloriosos como carencias esenciales, una lesión es preocupante no sólo por la naturaleza de ésta, sino porque no hay un seguro que los atienda médicamente.

Desde colectas hasta funciones de lucha a beneficio, estos deportistas deben apoyarse entre sí. Incluso en varias ocasiones se ha emprendido la idea de un sindicato local que les garantice derechos laborales, porque luchar no solamente significa una función espectacular, luchar también es trabajar.

Promotor de ventas de una reconocida compañía de alimentos y chiles enlatados, Galack Extreme, no solamente debe preocuparse por cumplir con sus ocho horas de jornada laboral para recibir pago quincenal. Como representante de ventas en más de cuatro tiendas de autoservicio de la ciudad de Puebla, debe aplicar su desempeño para un cierre año óptimo y a la altura de los estándares que exige la empresa de enlatados.

El esquema corporativo para empleados como él impone que las ganancias, son ganancias para la empresa, pero los faltantes, son pérdidas para los trabajadores. Un error en los procesos de conteo se verá afectado en sus bolsillos.

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Alrededor de las 6:00 de la mañana debe estar saliendo de su casa para alcanzar a checar puntualmente su entrada a las 7:30. Llegar tarde podría convertirse en descuentos por retardos y faltas, además de comprometer sus bonos.

En la hora y media de trayecto al trabajo, Galack reflexiona acerca de sus próximas funciones: para los primeros días de este enero está contratado en tres carteleras de lucha libre. Dos en Veracruz y una en Tijuana.

“Es complicado y satisfactorio a la vez. Este deporte me ha ayudado mucho. Mientras no tuve empleo fijo, mi esposa, mis dos hijas y yo tuvimos de comer gracias a los pagos que recibí por cada función en la que me presenté”.

La encrucijada en la que el enmascarado poblano se encuentra casi todos los días redunda en la misma situación. A pesar de su pasión por la lucha libre y si no fuera por su empleo fijo, Galack no contaría con prestaciones de ley, vacaciones, bonos. Irreverentemente. Dado lo riesgoso del deporte, tampoco contaría con servicio médico o seguridad social.

“A pesar de las satisfacciones, el tiempo que te vas y dejas de ver a tu familia, nunca regresará, esto lo hace aún más complicado. Hay veces en las que de verdad pensamos como luchadores en que, si cuando nos despedimos de nuestras esposas e hijas, lo estamos haciendo por última vez”.

Como muchos otros jefes y jefas de familia, Galack Extreme tiene muchas aspiraciones para el próximo año, el sustento de quienes dependen de él es el principal motivo.

Héroe en el ring y en las calles, luchador y policía a la vez

Para Silver Sun, también en su condición de luchador local, el enfoque de sus prioridades navega en su deber como servidor público, pues ser policía municipal lo hace cargar con una gran y delicada responsabilidad.

Está convencido fervientemente de ser un ejemplo a seguir tanto arriba del cuadrilátero como en las calles de la ciudad de Puebla. No es producto novedoso la enunciación de llevar a espaldas la mala reputación de muchos otros policías.

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Comandante de la Policía Municipal de Puebla, Silver Sun sale todos los días a ser corresponsable con la ciudadanía para mantener el orden y la seguridad en las calles.

Como luchador siempre será un héroe. Cuando se presenta en las funciones de lucha para las que está programado, familias enteras, niñas y niños, lo reciben con faenas dignas de esa algarabía inherente en la cultura popular mexicana.

La ironía radica en que, en su otra personalidad, en la de uniformado, en la que también se esmera para ser héroe, no es recibido con aplausos.

“Sí hay quienes agradecen por nuestro trabajo, pero la mayoría de las personas no ven la parte buena de el actuar de la policía. Tenemos que cargar con la mala reputación de muchos otros policías”.

Cada vez que hay una función de lucha libre, Silver Sun es acompañado por su esposa e hijas, quienes en algunos periodos de su vida como profesional de la lucha libre, han sufrido por verlo enfrentarse con otros gladiadores.

"No solamente debo estar al pendiente de mi familia, también debo estarlo por la seguridad de la ciudadanía, así como de mis compañeros de patrulla, elementos policiacos bajo mi cargo. Todos en conjunto son mi responsabilidad”.

El paso del gladiador y policía poblano en el servicio público también le ha dejado momentos amargos y difíciles de superar, como aquella ocasión en la que uno de sus compañeros uniformados murió en cumplimiento de su deber, con el cuál había desayunado dos horas antes.

“Me gusta ser policía y luchador, pero hay momentos muy difíciles. Desayunar con tu compañero, despedirte de él por última vez sin saberlo, y recibir a las dos horas la noticia de que murió cumpliendo su deber, en verdad deja un trago muy amargo”.

Para 2023 tiene previsto terminar su carrera universitaria. Mientras dividía su tiempo entre los deberes policiacos y luchísticos, Silver Sun terminó su bachillerato e inició con sus estudios profesionales, los cuales han tenido retrasos dados los gastos económicos que representa ir a la escuela, no solamente él, sino también sus hijas.

Con información de José Ramos