El gobierno de Puebla gastó 30 por ciento más en salud de lo presupuestado para el ejercicio fiscal 2020, mientras que hubo un subejercicio del 32 por ciento de los recursos para seguridad, reveló el Informe Estatal del Ejercicio del Gasto (IEEG) del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)

De acuerdo con el análisis con datos de cuentas públicas e información financiera, el estado priorizó su presupuesto para la educación, luego para salud y, en tercer lugar, para seguridad y justicia. 

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Según información de la Secretaría de Planeación y Finanzas, para educación fueron asignados 14 mil 384 millones 70 mil 806 pesos, sin embargo, el 1 por ciento no fue utilizado al concluir el año. 

El IMCO señaló que un incremento sería positivo si el gasto se destinó a adaptar el modelo educativo a distancia o en casa; no obstante, un subejercicio podría deberse al cierre de las escuelas por motivo de la pandemia. 

En cuanto a salud, el gobierno de Puebla tuvo que reorientar recursos, lo cual derivó en un aumento del 30 por ciento de los 852 millones 987 mil 137 pesos que se tenían en el presupuesto de egresos del 2020, es decir, que terminó por ejercer 1 mil 108 millones, 883 mil 278 pesos.

Tlaxcala, por ejemplo, elevó su presupuesto en salud 86 por ciento; en segundo lugar se ubicó Coahuila, con 48 por ciento; seguida de Tamaulipas, con 47; Tabasco con 34; Zacatecas con 31 y Puebla en el sexto lugar nacional.  

Gobierno no ejerció 32% de recursos para seguridad 

Para seguridad y justicia, Puebla fue la entidad que más subejercicio ejerció durante la pandemia, pues de los 4 mil 253 millones 087 mil 419 pesos asignados a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), no se gastaron 1 mil 360 millones 987 mil 974 pesos, es decir, el 32 por ciento.

En contraste, Coahuila invirtió 24 por ciento del recurso que tenía asignado hace dos años para seguridad; Nayarit y Tamaulipas crecieron su presupuesto un 16 por ciento; y Durango 13.

En promedio, las 32 entidades federativas destinaron en 2020 el 34 por ciento del total de sus recursos para el rubro de educación, 14 por ciento para la atención de programas de salud y 9 por ciento para seguridad y justicia.

El IMCO señaló que los estados subestiman sus ingresos porque aquellos ingresos excedentes pueden gastarlos de forma discrecional.

“Las finanzas públicas estatales tienen grandes deficiencias en su planeación presupuestal. Esto sucede ya que una vez aprobados los presupuestos y las leyes de ingresos, los congresos locales se desentienden de su cumplimiento”, advirtió.