El cerro de San Miguel, cuyo nombre prehispánico es Macuilxochiltepetl, que significa cerro de cinco flores es un punto importante para el estudio del cosmos desde la época de los pueblos originarios de la región, pues cada 21 de septiembre y 12 de enero se conjuga con el volcán Popocatépetl y el cerro Mazatecatl para formar un calendario solar.

Gracias al movimiento de la bóveda celeste, el cerro de San Miguel se convierte en las manecillas de este monumental reloj natural y va marcando las horas sobre el valle de Atlixco, explicó el historiador Emir Tepepa Esquivel en el teatro Octagón.

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Y aunque este descubrimiento se hizo hace varios años, fue en el 2021 cuando se les explicó a las autoridades en turno, precisamente un 12 de febrero al mismo tiempo que se apreció el amanecer, esto con el objetivo de difundir este conocimiento, ya que pocas personas conocen cómo caprichosamente la naturaleza establece las dinámicas en un territorio.

La conferencia se denominó: “un antiguo calendario en el Valle de Atlixco” y se realizó en coordinación con la Secretaría de Cultura del estado de Puebla.

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El fenómeno astronómico que se genera este 21 de septiembre indica los solsticios de verano, invierno o como se le conoce al cuarto del sol.