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Julián Haddad: luto por el primer gestor deportivo en Puebla
El deceso de Julián Haddad Férez vistió de luto a la comunidad libanesa en Puebla y también al sector del deporte en el estado el tratarse nada menos del primer dirigente del Instituto Poblano del Deporte. Con 71 años de edad, el también empresario perdió la vida el pasado sábado a mediodía al ser víctima de un paro cardiaco fulminante, como relató al Sol de Puebla el periodista J.L. Hermida Uscanga.
Lo deportivo siempre por delante
El paso de Haddad por diversas gestiones inició con su primer momento en el IPD, donde fue dirigente desde 1987 y hasta 1993. De este primer mandato surgió la frase “La sonrisa de un niño no tiene precio” que más tarde se convertiría en lema de apoyo hacia las y los más pequeños de la entidad.
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No obstante, fue precisamente después de 1987 que llegó el cambio brusco en el deporte poblano cuando el Instituto tomó el cargo de los grandes eventos deportivos, lo que quitó la responsabilidad al Departamento que hasta entonces los coordinaba, el de Educación Física del Estado.
Su segundo momento al frente del IDP llegó en el 2019 cuando entró en vigor el interinato de Guillermo Pacheco Pulido, tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo.
Esta gestión duró únicamente seis meses, aunque en ese lapso pudo resolver algunos de los pendientes traspapelados del Instituto del Deporte, donde se encontró con cuestiones más complicadas heredadas por dirigentes anteriores con la CONADE.
La trinchera política
A Haddad Férez también se le recordará por su paso dentro de la política en Puebla bajo esa mirada de impacto hacia la juventud. Dentro del Ayuntamiento de Puebla fue regidor durante el trienio 2008-2011 y, como ya mencionamos, en el gobierno del estado se trató del primer director del Instituto Poblano de Deporte, con Mariano Piña Olaya en la gubernatura.
Julián, el estrambótico
Además del paso político y su vida empresarial, Julián Haddad llevó el deporte como una forma de vida, encontrando en su práctica y promoción un medio que le permitiera conservar su salud. Hasta al final de sus días se dedicó a entrenamientos que se centralizaban en fortalecer los abdominales.
Prueba de ello fue la obra con causa que selló en 2020 al ser el primero en conseguir una marca de 8 mil abdominales en un tiempo de una hora con 54 minutos y 18 segundos. Pero esto no paró ahí, ya que para el mes de mayo de 2021 buscó mejorar su propio récord y aumentó el número de abdominales en el mismo tiempo.
En esta última ocasión, Julián realizó 8 mil 500 abdominales (ayudado por un aparato) en beneficio de los niños con cáncer del Hospital del Niño Poblano.
El propósito de esta obra fue ayudar a la obtención de medicamentos y diversos tipos de ayuda para niñas y niños que padecen cáncer y que necesitan asistencia médica en la ciudad.
Foto: Especial