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Rafa y Serena, analgésico para un saqueado Wimbledon

  • Edwin García
Sin raquetas rusas ni puntos en disputa, el tercer Grand Slam del año se desarrollará con una de sus ediciones más insólitas
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En memoria de las ausencias.

La primera ronda en el cuadro principal de Wimbledon arrancó este domingo para vivir las primeras emociones sobre el césped británico. Pero todavía sin que botara la primera pelota, parece que esta edición será memorable sobre todo para quienes se quedaron -sin deberla ni temerla- sin oportunidad de disputarla.

El torneo, es cierto, tiene muchos alicientes como para no perderle la vista como lo es el regreso de Rafael Nadal y la también vuelta de Serena Williams, dos históricos que buscarán agrandar más sus marcas en una cancha que suele prestarse para brindar sorpresas. Pero hay un factor que no se puede de desdeñar: el torneo no permitirá la participación a raquetas rusas y, a raíz de esto y con el propósito de no afectarlos en el ranking, no se repartirán puntos.

Esta prohibición deja a tenistas como Daniil Medvedev, primero en el ranking mundial, sin oportunidad de presentarse por órdenes directas del All England Club, que marginó del torneo a las y los deportistas rusos y bielorrusos debido a la guerra que sostienen con Ucrania.

“Es un error”, dijo Martina Navratilova, integrante del Salón de la Fama, con referencia a este veto. “¿Qué se supone que deberían hacer? ¿Abandonar el país? Yo no desearía esto ni a mi peor enemigo”.

 

Todos tiene algo que decir

Dentro de las giras profesionales tanto de hombres como de mujeres han existido reacciones por lo anunciado en Wimbledon, además de la no repartición de puntos del ranking. Se trata de una sentencia sin precedentes en una disciplina que, por donde se le quiera ver, cobra sentido de acuerdo a cómo se compone el escalafón ATP y WTA.

Ante esto, algunos tenistas de plano optaron por no presentarse y a esta rebeldía se unieron algunas como la canadiense Eugenie Bouchard, finalista de 2014, y la japonesa Naomi Osaka, cuatro veces campeona de torneos “Major”. Para otros, en cambio, no hubo manera de dudar sobre si acudirían o no al torneo. Esto se debe a que Wimbledon, con su superficie única y de prestigio pleno, reparte decenas de millones de dólares en premios.

“Definitivamente, el hecho de que no haya puntos es difícil de asimilar. No voy a sentarme aquí para decirles que eso me alegra. Pero los naipes se repartieron ya. Al final, si yo le dijera a mi mamá que no voy a jugar en Wimbledon, me preguntaría: ‘¿Estás loco?’. Así que jugaré sin duda”, dijo Frances Tiafoe, el estadounidense ubicado como 24to favorito.

 

La reina, de vuelta

Entre los atractivos más grandes de Wimbledon 2022 se encuentra el regreso de Serena Williams, quien llevaba casi un año sin actividad dentro del circuito de la WTA y recientemente volvió a pisar las canchas para disputar el Torneo de Eastbourne, donde dio muy buenas sensaciones e incluso llegó hasta las semifinales en dupla con Ons Jabeur, quien finalmente se lastimó y a consecuencia de esto no pudieron jugar dicho partido.

La estadounidense ha levantado en siete ocasiones el trofeo dentro del All England Club y la edición pasada supuso su retiro temporal del tenis. Esto luego de sufrir una lesión en el pie dentro de la primera ronda, lo que supuso su eliminación y no volverla a ver sino hasta hace una semana.

Para la edición 2022 del tercer Grand Slam del año, Serena piensa igualar los 24 Grand Slams que ganó la australiana Margaret Court, que es nada menos que la tenista con más trofeos de “Majors” en la historia del tenis. La menor de las Williams ha fallado dos veces en su intento de adjudicarse Wimbledon, pues llegó a la final en 2018 y 2019, ambas después de su maternidad.

Ahora como la número 1.208 del ranking WTA, Serena buscará mantener el buen ritmo mostrado en Eastbourne para defender con fuerza la historia que la respalda.

 

Tres años después…

2019 fue la última vez que Rafa pisó el césped británico al llegar hasta las semifinales. Desde aquella ocasión han ya tres años y ahora volverá para buscar hilar el que sería su tercer Grand Slam de la temporada. Ganar los cuatro grandes del, algo que solo han logrado Rod Laver y Don Budge en la historia de este deporte, es la meta trazada por el español, quien no tomará a menos que se trate de un Wimbledon distinto y a si vez vacío.

El balear llegará al All England Club con una marca insólita debido a que es la primera vez en su carrera que trae en la bolsa los títulos de Australia (Australian Open) y Francia (Roland Garros), aunque es consciente de que no es el favorito. Hace 12 años que no consigue el título en Londres desde aquel título del 2010 que le arrebató en tres sets al checo Tomas Berdych. Por otro lado, hace once años que no alcanza la final y no llega en buen momento físico, aunque sí con mucho corazón.

Eso sí, su exigencia ha ido al máximo y tuvo apenas un par de partidos de exhibición en Hurlingham, además de ejercitarse varios días en Mallorca y tener una semana de entrenamientos en Londres. "Vamos en una línea claramente ascendente", dijo el manacorí al reconocer las dificultades de dar ese salto mortal que suele ser ir de la tierra batida al pasto.

Nadal tuvo que reconstruirse: habituarse a las bolas más pesadas que en el resto del circuito, acompasar sus movimientos, desempolvarse ya la tierra batida y prepararse para debutar este martes contra el argentino Francisco Cerúndolo, rival al que nunca se ha medido antes en su carrera. En caso de avanzar llegarán los pesos pesados con Sam Querrey, Marin Cilic, Felix Auger-Aliassime y Matteo Berrettini, aunque en el camino también se le podría cruzar un claro favorito del torneo, ese que también sabe muy bien lo que es ser vetado y es Novak Djokovic, quien tiene una historia distinta.

Novak, ahora número tres del mundo y tricampeón con las ediciones del 2018, 2019 y 2021, disputará su primer partido en la Cancha Central el lunes y también habló acerca de las ausencias, aunque fue más directo con respecto a que no entiende qué tendría que ver la guerra con el veto: “Cuesta decir lo que está bien o malo”.

“Como hijo de la guerra — tantas guerras durante los 90, sé lo que se siente estar en su lugar (los ucranianos)”, dijo el serbio de 35 años. “Por otra parte, no estoy de acuerdo en prohibirle a los tenistas rusos, a los bielorrusos, competir indefinidamente. No veo cómo han contribuido a nada de lo que está pasando. No me parece justo”.

Foto: Twitter

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