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El Canto del Cisne (Swan Song, EUA, 2021)

  • Gilberto De Lara García
El director nos plantea una futura sociedad hiperdesarrollada que apuesta por el diseño de la Inteligencia Artificial y la prolongación indefinida de la vida humana
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Hoy en día, el hallazgo del mapa del genoma humano y la posibilidad de modificaciones orgánicas en animales de laboratorio o la capacidad de clínicas comunes para obtener nuestro ADN son avances que ya no nos sorprenden.

Los desarrolladores de la ingeniería genética apuestan por el diseño de la Inteligencia Artificial e incluso la prolongación indefinida de la vida humana. Sobre estas disyuntivas de la ciencia y sus alcances se crea el universo de la película “El Canto del Cisne” (Swan Song, EUA, 2021) del realizador irlandés Benjamin Cleary.

En las primeras secuencias, a través de los recuerdos del protagonista Cameron Turner (Mahershala Alí), sabremos que la compañera ocasional de viaje Poppy (Naomie Harris) será su esposa y madre de su hijo; sin embargo, los días felices se interrumpirán, debido al diagnóstico del avance de una enfermedad terminal que lo obligará a tomar pronto una decisión que será irreversible.

El director nos plantea una futura sociedad hiperdesarrollada que ya cuenta con la posibilidad de firmar contratos que brindarán al cliente alternativas de vida o trascendencia: grandes consorcios médicos provistos de una atmósfera aséptica y minimalista prometen, a quien no tenga conflictos morales y sí la cartera suficiente, “nuevos horizontes” de la ciencia más avanzada.

Son impersonales gigantes de la salud que se presentan con un frío discurso preconcebido, ad hoc a situaciones como las que enfrenta Cameron.

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La interpretación de Mahershala Alí le ha valido estar nominado como Mejor actor de drama en la reciente entrega de los Globos de Oro y vuelve a mostrar el nivel al que ya nos tiene acostumbrados.

Sin embargo, “El Canto del Cisne” a mitad del camino pierde fuerza dramática debido a la tendencia amelcochada en algunos tramos, particularmente en el acartonado papel de Poppy Turner, cuyas vicisitudes a las que se enfrenta daban para una mujer con un perfil más poderoso (quizá llamarse Poppy augura demasiada miel).

A medida que la cinta avanza, se nos vienen a la memoria personajes inolvidables como aquella sensibilísima Rachel (Sean Young), ignorante de ser una “replicante” en el clásico “Blade Runner” (R. Scott, 1982) o el incomprendido David (Haley Joel Osment en la actuación de su vida) capaz de conmovernos por el infinito amor a su madre en “A.I. Inteligencia Artificial” (S. Spielberg, 2001). Al igual que en ellas, B. Cleary establece la ilimitada posibilidad de desarrollar creaturas que sienten y se emocionan y, más aún, capaces de ejercer el libre albedrío.

En “El Canto del Cisne” las metas de la ciencia ficción convencional serán superadas: en un futuro indeterminado la interacción social entre lo humano y lo no humano serán la constante, la inserción imperceptible de “otro yo” en el seno familiar será un hecho “normalizado”, justificado en aras de la armonía y la felicidad.

Al respecto, el filósofo contemporáneo Yuval Noah Arari en su libro “De Animales a Dioses. Breve historia de la Humanidad” (2014) señala: “La mayoría de los argumentos de ciencia ficción describen un mundo en el que sapiens idénticos a nosotros gozan de una tecnología superior, como naves espaciales que se desplazan a la velocidad de la luz. . . Pero el potencial real de las tecnologías futuras es cambiar al propio Homo Sapiens, incluidas nuestras emociones y deseos, y no simplemente nuestros vehículos y armas”.

Ciertamente, “El Canto del Cisne” no es el melodrama futurista más acabado, ni menos aún, la obra de ciencia ficción que permanezca en el recuerdo de los espectadores; es un híbrido sobre el valor de los detalles cotidianos, sobre el dolor y el sacrificio, y de cómo ellos, en conjunto, amalgaman los lazos más indisolubles de la vida.

Aun con claroscuros, la riqueza de este viaje intimista del mañana la constituyen: la capacidad artística de su protagonista para pulirla pacientemente hasta el final y el reto lanzado para debatir y cuestionarnos sobre ¿cuáles serán los límites éticos, ideológicos y religiosos de la eugenesia?, ¿hasta dónde topará la ciencia para que el hombre juegue a ser Dios?   

FICHA TÉCNICA

·         Título original: Swan Song

·         País: EUA

·         Duración: 112 min.

·         Género: Drama, ciencia ficción

·         Director: Benjamin Cleary

·         Guión:  Benjamin Cleary

·         Música: Jay Wadley

·         Fotografía: Masanobu Takayanagi

·         Reparto: Mahershala Alí, Naomie Harris, Glenn Close, Awkwafina, Adam Beach, Lee Shorten 

·         Disponible en Apple TV+

Foto Swan Song Movie

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