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Paseo Bravo: ¿De dónde salió el reloj de El Gallito? Conoce su historia

  • Beto Fong
El Paseo Bravo tiene más de 100 años de historia y es un lugar emblemático de la ciudad.
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El Paseo Bravo es uno de los lugares más emblemáticos de la Ciudad de Puebla. Tan es así, que hasta la fecha sigue siendo el punto de reunión de muchas personas y el corredor principal de una de las avenidas más concurridas de la zona.

El Paseo Bravo  inicia en la Avenida Reforma y termina alrededor de la 13 Poniente. El corredor está decorado con diversos árboles con decenas de años de antigüedad, así como con fuentes, bancas y pequeños monumentos.

Justo al inicio del Paseo Bravo se encuentra la “Villita” de Puebla, a la cual muchos feligreses asisten cada 12 de diciembre de manera simbólica, en vista de que no pueden ir a la Villita de la Ciudad de México. En esta se rinde homenaje a la Virgen de Guadalupe.

 

En el mismo se encuentra el famoso reloj de El Gallito, punto de reunión de muchos poblanos y reloj tradicional de la capital.

Pero ¿cuál es la historia del Paseo Bravo  y por qué es una de las avenidas más famosas de la ciudad?

El inicio del Paseo Bravo

El Paseo Bravo (se fundó en 1840 y tiene el nombre del general insurgente Miguel Bravo, sobrino de Nicolás Bravo, quien fue fusilado por los realistas.

En este lugar, en el siglo XIX, existía la Plaza del Parral, en la que se localizaba una horca para ejecutar a los traidores de la nación; posteriormente, fue removida a petición de fran Vicente Magor. Hasta la fecha, el mercado de El Parral se encuentra a dos calles de distancia.

Fue en 1819 cuando Ciriaco del Llano, gobernador de la entidad, propuso al Paseo Bravo como un corredor público.

Para 1830, colocaron un busto de bronce en honor a Miguel Bravo. Para ese entonces el corredor ya tenía una afluencia considerable. Además, se mandó a adornar el lugar con árboles y jardineras.

El Paseo Bravo  fue rebautizado en 1840 como “La Alameda” o “Paseo Nuevo”. Esto en alusión a la avenida que se encuentra en la Ciudad de México, con la cual guarda similitud este corredor poblano.

 

Al igual que en la Avenida Reforma en la Ciudad de México, este corredor también fue rebautizado en 1864 como “Paseo de la Emperatriz”, durante el mandato de Maximiliano de Habsburgo.

No fue hasta 1870 que oficialmente se le concede el nombre de Paseo Bravo. En esta época se retiró la estatua de Miguel Bravo y se sustituyó por una escultura de Nicolás Bravo. Todas estas acciones fueron emprendidas por el entonces presidente Porfirio Díaz.

Durante esta época, al paseo se le añaden fuentes y bancos de hierro para convertirlo en una avenida principal.

Las piezas del Paseo Bravo

Algunos elementos destacan del Paseo Bravo , como el kiosko y el reloj de El Gallito.

El famoso kiosko del Paseo Bravo, localizado al final de la avenida, fue construido en 1899 por mandato del presidente Díaz. Durante esa época, también se erigió un monumento a Gabino Barreda y otro a Esteban de Antuñano, aunque este fue retirado en 1990 y trasladado al Paseo de San Francisco.

Por otro lado, El Gallito, monumento icónico de El Paseo Bravo se inauguró en 1921. Este monumento fue cedido por la colonia francesa en Puebla y el motivo de la cesión fue el centenario de la consumación de la Independencia de México.

 

El nombre de El Gallito lo recibe por el animal que se encuentra en la parte superior del reloj, el cual es un gallo que indica los puntos cardinales de la ciudad.

Actualmente, el Paseo Bravo  es una de las avenidas más concurridas de la ciudad, en la zona céntrica. Además, es el punto de encuentro de manifestaciones y de individuos.

La zona conserva los árboles que fueron sembrados hace más de 100 años, así como los monumentos y bustos que se erigieron durante la época del porfiriato.

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