Una reñida y cerrada competencia electoral en Puebla el próximo primero de julio, que representa un nivel de riesgo “muy alto”, anticipa la consultora Integralia, encabezada por el expresidente del INE Luis Carlos Ugalde.

Al presentar el informe “Riesgos del proceso electoral 2018 y problemas de gobernabilidad”, advirtió que la Reforma Electoral de 2014, que centralizó la organización de los comicios en el Instituto Nacional Electoral (INE), tiene vacíos que representan amenazas para la realización de las elecciones.

Las vulnerabilidades detectadas se basan en el escrutinio y cómputo de la jornada electoral, en la simultaneidad de las elecciones locales y federales, el cansancio de los funcionarios de casilla y en la presencia de los representantes de los partidos políticos en las mismas.

Cabe señalar que este miércoles el diario Reforma da un empate técnico en intención de voto por la gubernatura a los candidatos de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso Hidalgo (41%), y al de morena, Luis Miguel Barbosa Huerta (38%) 

http://www.e-consulta.com/medios-externos/2018-06-20/de-3-puntos-la-ventaja-de-martha-erika-sobre-barbosa-segun-reforma.

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Prevén margen estrecho en resultados de Puebla

Integralia identifica una elección cerrada en Puebla que dará márgenes estrechos de votación entre el primero y el segundo lugar, situación que podría replicarse en Veracruz y Yucatán.

Ese escenario constituye un nivel de riesgo “muy alto” para el desarrollo de la jornada electoral no solo en Puebla sino en todo el país, debido a la autoproclamación de victorias, desacato de resultados y protestas postelectorales, según se expone.

Además el ambiente previo a la jornada en Puebla está marcado por actos de violencia y asesinatos de candidatos.

Dirigentes de partidos políticos reconocieron riesgos para sus candidatos, sobre todo a alcaldes, en una veintena de municipios, donde han sido sujetos de amenazas, persecuciones y balaceras, lo que se acrecentó tras el asesinato de la aspirante a diputada por el distrito local de Huauchinango, Juana Maldonado, y la regidora de Juan Galindo, Erika Cázares, el pasado dos de junio.

Entre los puntos de riesgo figuran: Venustiano Carranza, Francisco Z. Mena, Tlaola, Quecholac, Palmar de Bravo, Teteles de Ávila Castillo, Santa Clara Ocoyucan, Hueytamalco, Chiautla de Tapia, Tecomatlán, Juan Galindo y Huauchinango.

Entre el ocho de septiembre de 2017 y el dos de junio pasado, sumaban 13 asesinatos de políticos que participaban en el actual proceso electoral, de los que cinco eran priístas, dos del PT, dos del PVEM, uno del PRD, uno del PAN, uno de Morena y uno independiente.

Por otra parte, según el Atlas Electoral que la semana pasada presentaron diversas organizaciones civiles, Puebla tiene un grado de vulnerabilidad social alto y un clima de violencia en 74 de sus 217 municipios.

El análisis establece que desde 2006 y hasta el ocho de mayo pasado, 292 personas, entre precandidatos, candidatos, dirigentes de partidos políticos, legisladores, alcaldes, líderes sociales y periodistas, han sido asesinados o desaparecidos en el país durante campañas electorales.

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