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Minerva Calderón y el feminicida que se le escapó a la FGE en horas
Foto facebook
La última vez que Marcos Calderón abrazó y besó a su hija Minerva fue el 30 de septiembre de 2016. Ese día su familia y amigos la despidieron en la central camionera de Durango, desde donde viajó a Puebla. Había inmigrado antes a esta ciudad universitaria para estudiar con becas, la licenciatura en Derecho, una maestría y ahora iría por un doctorado.
La siguiente imagen que el padre de familia tuvo de ella fue atrás de un cristal del Servicio Médico Forense (Semefo) poblano, cuando en la madrugada del 22 de marzo de 2017 le tocó reconocer su cuerpo. Sólo lo aguantó por segundos. Ya en el féretro, o en la cajita como él le llama, no quiso volverla a ver.
Entre las 16:00 y las 18:00 horas de este 21 de marzo, se cumple un año desde que a la joven -que ahora tendría 29 años- la asesinaron en la casa que rentaba en el Fraccionamiento San José Vista Hermosa. A ella la mataron con más de 70 puñaladas, fracturas, golpes y desprendimiento de cabello.
Los testigos que respondieron tarde a los gritos con los que ella pidió auxilio, vieron de frente, sangrado y con arma en mano a José Rodrigo V., sospechoso del feminicidio. También lo registró una cámara de seguridad que vecinos pusieron porque les robaban autopartes muy seguido.
En cosa de horas, a la Fiscalía General del Estado (FGE) ya le habían entregado las evidencias. Las autoridades y los abogados de la familia de Minerva plantearon que él estaba plenamente identificado y que sólo era cosa de detenerlo.
Se les recomendó, sin embargo, mantener discreción ante los medios de comunicación para evitar que el asesino escapara. Pese a guardar silencio él huyó sin que hasta hoy se sepa de su paradero.
Antes de eso, los padres de José Rodrigo, una endocrinóloga y un pediatra reconocidos del Hospital Ángeles, lo llevaron a ese nosocomio para curarle los tendones que se cortó durante el asesinato.
Según la parte de la investigación a la que los deudos han tenido acceso, lo internaron hacia las 23:00 horas del 21 de marzo y fue dado de alta entre las 12:00 y las 14:00 horas del día siguiente.
Mientras tanto, a Minerva la velaron en Puebla a petición de ex compañeros de la Universidad Iberoamericana Puebla y de la Escuela Libre de Derecho, donde estudió la licenciatura y la maestría. Su cuerpo está en Durango. Desde el estado norteño su familia exige avances de la investigación.
Pese a contar con datos, la FGE lanzó una orden de aprehensión días después según relata el padre de Minerva. La misma dependencia hizo público un video en Youtube en el que daba cuenta de cateos que realizó hasta el 27 de marzo en dos domicilios vinculados con el sospechoso
"Ahí las autoridades debieron de haber actuado si ya estaba identificado por el video que subieron a las redes. Estaba identificado y las órdenes de cateo las hacen después, la orden de aprehensión la lanzaron días después.
“Pasaron por lo menos cuatro días en que lo pudieron haber atrapado y no lo hicieron", relató en entrevista telefónica desde Durango y en vísperas del primer aniversario desde el asesinato.
A un año la familia cree que José Rodrigo podría estar internado en una clínica para atender adicciones, resguardado en alguna propiedad de sus padres en algún punto de México o que estos le ayudaron a escapar al extranjero.
Para el padre de la joven, la FGE es una institución en donde probablemente no tienen recursos para hacer frente a los feminicidios, aunque también se pregunta si es que no tienen sensibilidad para entender lo que es perder a un hijo.
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Va familia por rastros de la historia
Entre marzo y noviembre las autoridades de Puebla no les informaron ningún avance.
En ese tiempo, sin embargo, la familia logró reconstruir con testimonios de cercanos, el vínculo laboral entre la joven y el sospechoso. Delinearon un perfil de quién era él, quiénes eran sus padres y qué peso podrían tener en ayudarlo a mantenerse como un prófugo a pesar de tratarse de una persona que puede representar riesgos para otras mujeres.
La conexión entre Minerva y José Rodrigo ocurrió por amistades en común que datan de la universidad. Él se acercó a ella con el pretexto de llevarle casos de derecho laboral y se ganó su confianza hasta entrar a su casa.
Ya le habían advertido que el aspecto del sospechoso era desaliñado y fuera de las normas sociales. Ella defendió que se trataba de un cliente con el que debía mantener relación.
"Le decía, 'Mine, ese tipo no es de mucha confianza, ve cómo viste, ve cómo es' y mi hija le decía, 'bueno, déjame ver, yo tengo asuntos qué tratar con él', se refería a casos que ganaba desde el punto laboral, los resolvía y ganaba algún dinero", detalló su papá.
Algunas amistades del sospechoso reconocieron que él sí sentía cierta atracción física por Minerva.
En otros aspectos de su vida se refirieron a él como un adicto a la cocaína, con una relación sentimental y dependiente económicamente tanto de su pareja como de sus padres. En el pasado ellos le pusieron negocios que tronó y por actitudes irresponsables en más de una ocasión tuvieron que dar la cara para pagar sueldos a ex empleados.
Además de trabajar en el Hospital Los Ángeles la madre de José Rodrigo figura en documentos de 2017 y años previos como médico del Hospital Para el Niño Poblano y funcionaria del gobierno del estado.
Ambos padres cuentan con publicaciones especializadas, son reconocidos en su ámbito y hay información que permite creer a los deudos que cuentan con recursos económicoscomo para apoyar a que su hijo a evada la justicia.
A recomendación de los abogados, los Calderón nunca han hecho contacto con ellos pues podría prestarse a situaciones que afecten el caso. Lo que conocen son declaraciones en las que aseguran que de saber del paradero de su hijo lo entregarían. El padre de Minerva no les cree.
"Si tuvieran valores, si tuvieran la ética que ellos comentan, desde el momento en que vieron que su hijo estaba herido debieron preguntar por qué razón lo estaba, de haberse dado cuenta lo correcto hubiera sido dar parte a la policía, seguir el proceso judicial”, comentó.
Al protegerlo, agregó, se mantiene el riesgo de que vuelva a atacar a otra mujer como se estima que lo hizo con Minerva según la evidencia de los testigos y el video. Dados los antecedentes, él cree que en el pasado pudieron también encubrir otras agresiones con el peso del dinero.
"Quizás un crimen no, pero una violación sí, golpear a alguna mujer y los padres como tienen solvencia económica salvaron el caso o indemnizaron a la víctima y frenaron el asunto. Si a él no se le castiga puede volver a cometer el acto en cualquier momento que tenga oportunidad", advirtió.
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Busca padre justicia y respuestas
Por ahora, explicó el padre de Minerva, su familia mantiene la esperanza de que alguien denuncie anónimamente
Tras el feminicidio de la universitaria Mara Castilla, también ocurrido en Puebla, él decidió cambiar y exigir justicia públicamente. Para estas fechas, pero en 2017, su hija fue el feminicidio 19. Ahora que sigue los casos de cerca se quedó en que en 2018 suman 25. Sabe que el problema va en aumento y se requieren acciones para frenar la violencia contra la mujer.
No hay día desde que se registró el caso de Mara en septiembre de 2017 y en que él abrió una cuenta en Twitter, que no envíe peticiones al gobernador Antonio Gali, a otras autoridades, políticos, organizaciones no gubernamentales, periodistas y medios de comunicación.
Ante el supuesto de qué le diría al sospechoso si pudiera leer sus demandas, no está la petición para que se entregue, pero sí una lista de preguntas.
Él quiere entender por qué tomó la decisión de matar a una joven que soñaba con ser una abogada exitosa y que, según constataron cuando en diciembre tuvieron acceso a sus pertenencias, leía libros sobre maternidad y crianza.
“¿Por qué le arrebataste su regalo de vida? ¿Qué te hizo mi hija para que, de esa forma tan cruel, tan cobarde, le hayas arrebatado la vida?, ¿Por qué? ¿Por qué le arrebataste esa vida?
“Tú no tenías ningún derecho de haberlo hecho, robaste una ilusión. No dejaste que ella se realizara profesionalmente, se casara y tuviera sus hijos. Le robaste sus sueños ¿Por qué lo hiciste?”, cuestionó.
Por meses tras el asesinato, recordó el padre de Minerva, sintió mucho dolor, le dio por llorar todo el tiempo, no pudo entrar a la casa donde ocurrieron los hechos cuando les permitieron el acceso a finales de 2017 y se rehusó a creer que fuera cosa del destino pues él cree que Dios hizo a las personas con libre albedrío.
Para este 21 de marzo participará en una misa que la familia realizará en el lugar de los hechos, pues como creyentes desean que el alma de Minerva esté en paz después de la violencia que vivió.
Al paso del tiempo siente que escucha la voz de su hija diciéndole que esté tranquilo, relajado y que no se preocupe. La recuerda llamándole ‘padre’, esa palabra que usaba cuando lo llamaba por teléfono o cuando le decía que se pusiera el cinturón si viajaban juntos en el auto.
Recuerda también los besos que le daba de niña, su cuerpo delgado, su sonrisa, su forma de caminar y que gustaba de escuchar música en su computadora y salir a comer. Con nostalgia y ternura también cuenta que ella decidió ser abogada inspirada en Elle Woods, el colorido personaje de Reese Witherspoon en Legalmente Rubia.
POR FAVOR DIFUNDE CON CIUDADANOS: 11 MESES DE IMPUNIDAD #FEMENICIDIO MINERVA CALDERÓN HDEZ 21MAR #PUEBLA MEXICO X JOSÉ RODRIGO VAZQUEZ BARRIENTOS PRÓFUGO X AYUDA PADRES MEDICOS PEDIATRAS TRABAJAN HOSPITAL ANGELES RT @EPN @TONYGALI @LUISBANCK @CNDH @ONU_DERECHOS @ARISTEGUICNN pic.twitter.com/ANPVnTYCJv
— Marcos Calderon (@naria1510) 13 de marzo de 2018