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Considera CEEY a Puebla el caso más grave de deuda oculta

  • Redacción / SinEmbargo
Análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) incluye a Tabasco y Michoacán como estados que también escondieron deuda con ayuda del fideicomiso del exsecretario de Hacienda, Pedro Aspe
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Más de la mitad de los estados han reportado montos de deuda ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) menores a los reales, al no incluir recursos provenientes de esquemas como fideicomisos “privados”, no auditables y que comprometen ingresos fiscales locales hasta por 20 años, alertó un análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

“La problemática de la deuda estatal no sólo está lejos de resolverse, sino que esconde muchos problemas de legitimidad, opacidad, corrupción y, quizás, de financiamiento ilegal de campañas electorales. Se trata de un problema nacional. Si el Sistema Nacional Anticorrupción se implementa como se debe, impondrá barreras a la proliferación de la corrupción”, dijo.

De acuerdo con el diagnóstico “Deuda estatal, un problema público nacional”, el caso más grave es el del estado de Puebla: el gobierno reportó a la SHCP y a la sociedad en general en el último informe del Gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, una deuda de 8 mil 609 millones de pesos al 31 de diciembre de 2015, mientras que el total de pasivos en realidad es de 24 mil 655 millones de pesos

Los pasivos son el financiamiento provisto por un acreedor y representa lo que la persona o empresa, en este caso gobierno, debe a terceros.

El segundo caso más grave es el de Tabasco. Su deuda ante la SHCP es de 4 mil 344 millones de pesos, pero sus pasivos totales alcanzan los 10 mil 790 millones de pesos. El tercer caso grave es Michoacán: la deuda es de 17 mil 473 millones, pero el total de pasivos llega a 31 mil 414 millones de pesos. En ese orden siguen Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Zacatecas, Yucatán, Nayarit, Durango y Tamaulipas.

El endeudamiento estatal registrado ante la Hacienda, explicó el CEEY, sumaba 529 mil 719 millones de pesos al primer semestre de 2016, mientras que un año antes se ubicaba en 511 mil 719 millones, lo que representa un aumento de 3.5.

“Sin embargo, si agregamos a estos datos los ‘otros pasivos’ reportados por primera vez por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que consideran las cuentas públicas estatales, la cifra es muy distinta”, destacó.

Se trata, señaló el reporte, de recursos destinados a proyectos de inversión, que no pasan por la aprobación de los congresos como deuda, que no son auditables y que comprometen ingresos fiscales locales hasta por 20 años.

“Estas operaciones, que en ocasiones se concentran en fideicomisos ‘privados’, representan una caja negra: no se pueden auditar, no hay escrutinio público y sus magnitudes pueden ser enormes”, alertó.

Enrique Cárdenas Sánchez, director ejecutivo del CEEY, explicó que algunas entidades contrataron a la firma transnacional Evercore para que diseñara la ingeniería jurídica y financiera del mecanismo.

“Lo que sucede con estos fideicomisos es que son de garantía de pago, es decir, por un lado el Gobierno decide qué proyectos se van a financiar y por el otro lado el fideicomiso compromete los ingresos locales que normalmente tienen dos fuentes a nivel estatal, o el impuesto sobre la nómina o el impuesto sobre la tenencia, estos impuestos entran al fideicomiso y de ahí se pagan los proyectos de inversión previamente definidos por el Gobierno estatal”, detalló.

Relación Evercore-gobiernos

En al menos diez estados de la República (Durango, Sonora, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Querétaro, Coahuila, Tamaulipas y Puebla), Protego, hoy Evercore, realizó transacciones y en algunos de ellos participó en la ingeniería jurídica y financiera, reveló el CEEY.

De acuerdo con documentos oficiales presentados ante la Securities Exchange Commission de los Estados Unidos, citados en el reporte, Evercore México obtiene una parte significativa de sus ingresos de la asesoría que provee a gobiernos estatales y municipales. Otras instituciones participaron como fiduciarios en otros casos.

En el caso de Puebla, de acuerdo con declaraciones del Jefe de la Oficina del Gobernador, Roberto Moya Clemente, los pasivos de este fideicomiso alcanzan los 22 mil 554 millones de pesos, a pagarse en los próximos 25 años.

“Todo parece indicar que estos pasivos no están considerados en la Cuenta Pública del Estado, pues no cuadran las cifras. De no estar considerados los pasivos del Fideicomiso F/0144 en ese total, la suma de pasivos reales de Puebla alcanzaría los 47 mil 209 millones de pesos”, advirtió el CEEY.

Deuda pública de Puebla en la opacidad

En noviembre pasado, SinEmbargo publicó una investigación donde informó que la deuda pública del Gobierno de Puebla ha permanecido en la opacidad y, oficialmente, se muestra como una de las bajas del país. Sin embargo, en la medida que el Gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas se extingue en esa entidad, han comenzado a saltar cifras con miles de millones de pesos.

Como sucedió en Coahuila, en el Gobierno de Humberto Moreira Valdés, el Gobernador poblano presume una cifra y las consultorías y calificadoras de riesgo hablan de otra que es mucho mayor. Uno de los hilos que comienzan a desatar la madeja de ese entramado financiero en la entidad apunta a Evercore, empresa de Pedro Aspe Armella que administra recursos de ese estado y, además, a funcionarios públicos de primer nivel en la Secretaría de Hacienda que, antes trabajaron para Aspe: Luis Videgaray Caso, el ahora ex titular de la dependencia hacendaria; Fernando Aportela, hoy Subsecretario de la SHCP, y Marcela Andrade Martínez, quien se desempeña como Jefa de la Unidad de Coordinación con las Entidades Federativas de Hacienda.

El reporte del CEEY detalló que los pasivos totales de los estados aumentan más de 50 mil millones de pesos, de 536 mil 249 millones de pesos a 586 mil 733 millones de pesos en diciembre de 2015.

Esto significa, de acuerdo con el CEEY, una diferencia de 9.4 por ciento por la inclusión de los pasivos no registrados. Es decir, “varios estados no habían reportado una desmesurada cantidad de los pasivos que ya tenían, pero que no se conocían”.

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias se mostró preocupado porque en promedio, la deuda estatal, al igual que la federal, va en aumento más rápido que el Producto Interno Bruto (PIB), “lo cual es preocupante”.

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