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Viaje, sol y una sombrilla para las beneficiarias acarreadas de Prospera

  • Efraín Núñez
Les pidieron porras para Peña Nieto y confesaron que el apoyo que reciben cada dos meses es bueno pero insuficiente
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Con la promesa de una sombrillacomida y otros apoyos, beneficiarios de Prospera de todo el estado acudieron al acto de entrega de apoyos que conmemora el aniversario del programa, realizado en el Tecnológico de Puebla.

Antes de iniciar, beneficiarios del municipio de Amozoc abandonaron el acto, presidido por el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, molestos porque “ni una sombrilla les tocó”.

En entrevista, beneficiarias de distintos municipios, principalmente campesinos indígenas, denunciaron que no les alcanza con los 900 pesos que reciben bimestralmente.

“Gracias,  por nada”

Mujeres provenientes, en su mayoría, de Amozoc y municipios aledaños formaron una fila que se extendía unos 200 metros en el estacionamiento del Tecnológico de Puebla.

Pasaron toda la mañana en espera del acto hasta que recibieron la orden por parte de los operadores del programa de regresar a los autobuses que los trasladaban.

Gracias, por nada. Ni una sombrilla nos tocó”, era la queja recurrente de las madres de familia que junto a sus hijos soportaban el sol que caía a plomo en la capital del estado.

Entre el “no nos alcanza” y el “viva Peña Nieto”

El sillerío pronto se abarrotó. Un grupo de indígenas de Tepetzingo, perteneciente al municipio de Tlapanalá,no alcanzaron lugar. Se sentaron en el pasto a bordar, mientras una de ellas reflexionaba: “con 900 pesos cada dos meses, no nos alcanza. Con mil 500 tal vez sí, por los niñosHoy no nos tocó apoyo, solo nos dijeron que viniéramos porque nos iban a dar algo pero no han dado nada”.

Una de sus vecinas agregó que con el recurso compran maíz, frijol y otros enseres, pero se le acaba en una semana.

Otra mujer, de Canoa, manifestó que fueron obligadas a asistir al acto ya que se los “iban a tomar en cuenta como asistencia a los talleres”.

“Nos trae Prospera. Hoy no nos van dar nada, solo nos dijeron que necesitaban contar con nuestra presencia para este aniversario”.

Sentada en un piso de cemento, donde custodiaba el sueño de su bebé, esta beneficiaria era ajena al bullicio que organizaban los operadores del programa, quienes con sus manos alentaban las porras.

Como lo ensayamos, digan todos: viva Peña, viva Peña”, decían los burócratas identificados con chaleco café”.

La promesa de una sombrilla

Mientras los oradores repetían una lista de cifras sobre los supuestos beneficiarios, los operadores repartían miles de sombrillas, asediados por la multitud, y las repartían por tantos. Se las querían quitar de encima pronto.

El sol provocó que las sombrillas blanco con rojo, parecidas a las que el PRI regalaba en campaña, se abrieran en medio de la ceremonia, mientras las autoridades entregaban de manera simbólica pólizas del Seguro Popular, becas y otros apoyos.  

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