- Sociedad
Miguel Maldonado, ganador del premio de Poesía Xirau del Colmex
Cuando vivía en Montreal y era estudiante de Ciencias Políticas, el escritor Miguel Maldonado, fue cocinero, obrero, campesino, reparador de ventanas y recogedor de nieve, experiencias que lo llevaron a escribir “El Libro de los Oficios Tristes”.
La obra escrita por Maldonado fue designada ganadora del Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza en su edición 2016, premio que busca reconocer a los poetas jóvenes y apoyarlos. Adolfo Castañón y Juan Villoro, jurados del concurso, seleccionaron entre 37 participantes la obra del poblano para otorgarle el reconocimiento del Fondo Xirau Icaza y el Colegio de México.
Tras conocer la noticia, Miguel Maldonado expresó su emoción y recordó que la idea de escribir la obra surgió de sus experiencias y vivencias.
Comentó que a lo largo de su vida fue parte de los oficios que más tarde se convirtieron en poesía: “El lava platos”, “El minero”, “El vendedor de puerta en puerta”, “El globero” y otros oficios que aparecen en su obra.
Recordó que Salvador Novo realizó ejercicios similares con una mirada más inusual con respecto a oficios como el de ferrocarrilero, chofer o mecánico; mientras que el poeta Juan José Arreola, habló sobre el panadero y el zapatero.
Resaltó que en su obra aborda los oficios tomando en cuenta el entorno social pero, sobre todo, los problemas personales y la angustia que aparece en el interior de las personas.
Señaló que se colocó en el interior de un trabajador, para lo cual, recurrió en algunos casos, a su experiencia personal en diferentes etapas de su vida.
“El libro inicia con lo que alguna vez fui, lo que alguna vez viví. Fui lavaplatos, asistente y obrero. Después de que se agotaron mis oficios, decidí escribir sobre los que me rodean, sobre los que había conocido y eran cercanos a mí. Más tarde, empecé a buscar más lejanos, los de las personas invisibles pero que gracias a ellos muchas cosas marchan bien en nuestra vida”, destacó.
De acuerdo con el dictamen del Fondo Xirau Icaza y el Colegio de México, la obra del escritor poblano “es dueña de una musicalidad atenta a discernir en las minucias de lo cotidiano el pulso invisible de la ciudad y sus trabajos”.