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Advierte el Papa que la pobreza es un caldo de cultivo para el narco
Durante el encuentro que sostuvo con 3 mil trabajadores y empresarios, el Papa sostuvo que la pobreza y la marginación son un caldo de cultivo para que las personas caigan en el círculo de violencia y el narcotráfico.
El Papa Francisco sentenció que Dios les pedirá cuenta a los esclavistas de hoy y criticó la ilegalidad laboral y la mentalidad que busca ganancias a cualquier costo.
“El lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común. Y, cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso se llama exclusión”.
“Desgraciadamente, el tiempo que vivimos ha impuesto el paradigma de la utilidad económica como principio de las relaciones personales. La mentalidad reinante propugna la mayor cantidad de ganancias posibles, a cualquier tipo de costo y de manera inmediata”, dijo.
Indicó que la mejor inversión es invertir en la gente, crear oportunidades, y no ceñirse a un sistema que pone a las personas al servicio del flujo de capitales.
“¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿Quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral? ¿O quiere dejarles la cultura de la memoria de trabajo digno, del techo decoroso y de la tierra para trabajar?”.
“¿En qué cultura queremos ver nacer a los que nos seguirán? ¿Qué atmósfera van a respirar? ¿Un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza o, por el contrario, un aire capaz de generar alternativas, generar renovación y cambiamiento?”, dijo.
El Papa Francisco subrayó que los peores flagelos para los jóvenes son la falta de oportunidades de estudio y la falta de un trabajo con salario justo.
Precisó que la iglesia no quiere que las empresas se conviertan en organizaciones de beneficencia o instituciones de filantropía, sino que velen por la integridad de las personas.
“Cada vez que la integridad de una persona es violada, toda la sociedad es la que, en cierta manera, empieza a deteriorarse. Y esto no es en contra de nadie, sino a favor de todos. Cada sector tiene la obligación de velar por el bien del todo; todos estamos en el mismo barco”.
“Quiero invitarlos a soñar en México, a construir el México que sus hijos se merecen; el México donde no haya personas de primera, segunda o cuarta, sino el México que sabe reconocer en el otro la dignidad del hijo de Dios”, dijo.