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La nueva vida de Cecilia Giménez, la octogenaria que “restauró” el Ecce Homo

  • Rolando Lino Mina
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Un año después del fenómeno “Ecce Mono”, la octogenaria “restauradora” Cecilia Giménez es una persona completamente distinta. Cecilia es la mujer de 86 años que realizó la fallida restauración del Ecce Homo de Borja (Zaragoza, España); una obra pictórica calificada por expertos como de “escaso valor” artístico. El desastroso trabajo de Cecilia resultó ser también bastante cómico, y se convirtió en uno de los fenómenos de internet y redes sociales más importantes del año 2012.

No existe certeza absoluta acerca de la fecha en que el profesor español Elías García Martínez pintó la obra original, pero se cree que ocurrió durante la primera década del siglo XX. García Martínez acostumbraba pasar sus vacaciones en Borja, y fue en uno de esos viajes cuando realizó la pequeña pintura mural en el Santuario de Misericordia.

Este trabajo fue descrito por el propio autor como “el resultado de dos horas de devoción a la Virgen de la Misericordia”. No fue una obra original, ya que Elías García se inspiró para realizarla en el Ecce Homo del pintor boloñés Guido Reni y en otras estampas religiosas derivadas de la misma obra. La pintura se realizó al óleo sobre el muro seco y sin imprimante previo.

El Centro de Estudios Borjanos fotografió este Ecce Homo en el año 2010; y le dedicó un espacio en su boletín informativo para comentar sus posibles fuentes de inspiración. Dos años más tarde (alrededor de junio de 2012) volvieron al lugar y constataron que la obra había sufrido deterioros graves causados por la humedad.

Poco después de esa visita, Cecilia Giménez entró en escena. Los descendientes de Elías García comentan que en ocasiones anteriores, Cecilia había ya retocado la túnica. El detrimento que había sufrido la pintura motivó a Cecilia para intentar la “restauración”; pero cuando emprendió el arreglo del rostro de Cristo, la situación se le salió de control

Cecilia ha narrado que de manera completamente intencional “manchó” la obra. Este término sugiere que aplicó una plasta de color para intentar recuperar el rostro de Jesús prácticamente desde cero. Pero –según su relato- en aquel momento le surgió un viaje imprevisto; y tuvo que abandonar la restauración en su etapa inicial, con la promesa de finalizarla cuando regresara a Borja.

Mientras estaba fuera de su localidad la “bomba” estalló en la red. De hecho sus familiares se enteraron de la polémica casi desde el comienzo, pero evitaron mencionárselo para no generarle angustia. Cuando Cecilia regresó a Borja, el Ecce Homo ya era un tema del que se hablaba en todo el país; y se encontraba en proceso de cruzar las fronteras como un fenómeno de redes sociales.

El fenómeno inició cuando algunos miembros del Centro de Estudios Borjanos realizaron otra inspección (mientras Cecilia se encontraba de viaje) y se toparon con el desastre. La noticia apareció publicada por primera vez el 7 de agosto de 2012, en el blog que el referido centro tiene para difundir información Fue tan solo cuestión de días para que el tema llegara a medios internacionales como el New York Times y la cadena BBC.

A la anciana le tomó completamente por sorpresa el furor provocado por el desperfecto que había causado. En las primeras entrevistas se le puede ver con un atuendo modesto, avergonzada y sin muchos deseos de salir a cuadro.

Pero después de la indignación inicial, vinieron los memes que acapararon las tendencias en Twitter y Facebook; y también apareció el viralizado tráiler de parodia llamado “Ecce Homo Reloaded”. La situación dio un giro total porque la fallida restauración acarreó hasta Borja a miles de visitantes, cuestión que nunca antes había ocurrido en la historia del pueblo. La pifia de Cecilia Giménez puso a esa pequeña localidad de 5 mil habitantes en el eje del mundo virtual.

Así que la catástrofe causada por Cecilia, terminó por transformarse en el mayor acierto de su vida. Para comenzar, una petición en la red sumó 20 mil firmas en 24 horas para que su “restauración” fuera respetada. Los turistas se tomaban fotos al lado del cuadro; y se vendieron playeras, se crearon figuras del Ecce Homo y hasta disfraces.

Las cosas no quedaron ahí. Alrededor de Cecilia se formó una fundación para promover otras de sus obras a lo largo de toda la península ibérica, con miras a llevarla a otros países. También se creó una marca de vino llamada “Cecilia Giménez”; y ella misma diseñó la etiqueta con una nueva versión del Ecce Homo, tal y como “hubiese quedado” si las autoridades no le hubieran prohibido finalizar la restauración.

De todo esto sólo puede decirse que hace exactamente un año, Cecilia no imaginaba el giro tremendo que iba a dar su vida. Hoy tiene un “look” mucho más cultivado: actúa con simpatía y naturalidad cuando está frente a las cámaras; y su vestimenta es mucho más opulenta y cuidada. Un “antes y después” de los que sólo pueden ser posibles cuando se genera un “fenómeno de redes sociales”. Una transformación tan dramática y radical, como la del Ecce Homo que hace más de un año intentó fallidamente restaurar. (Twitter: rolandolino)

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