• Seguridad

Acusado de homicidio sale de prisión y reitera su inocencia

  • Diana Jiménez
Martín Quintanilla recuerda que fue una pantufla suya la que dio pretexto a las acusaciones en su contra
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Martín Quintanilla Solís, quien fue acusado de ser el asesino de Isabel Doger Corte en 2005, se presentó hoy ante los medios de comunicación, tras 15 meses de permanecer en el Cereso de San Miguel, para limpiar su imagen y desmentir la historia que la justicia de la administración marinista “inventó” en su contra para resolver el crimen.

En rueda de prensa, acompañado de su abogado Fernando Suárez Quintanilla, el ex reportero de Radio BUAP se dijo inocente y sostuvo la versión que dio en aquel entonces a las autoridades judiciales: que al llegar a casa de su suegra la encontró ya muerta.

En ese sentido, su defensor explicó que Martín fue vinculado con el asesinato porque el día de los hechos llegó a la vivienda con su esposa, -hija de la fallecida- pero al ver que Isabel no les abría, forzaron las puertas y al entrar descubrieron el cuerpo sin vida.

También aclaró que no se dio a la fuga ni estuvo refugiado en Europa como se difundió en los medios de comunicación, pues –dijo- todo el tiempo permaneció en casa de su madre, ya que su vivienda fue asegurada para las investigaciones.

“(…) Después de 10 años, de los cuales estos últimos 15 meses estuve en el Cereso de Puebla, termina esta terrible historia que la justicia poblana inventó sin pensar en el daño moral, psicológico, público, social, material y económico que me hicieron a mí, a mis hijos, a mi madre, mis hermanos y sus familias.”

“(…) Nunca estuve prófugo de la justicia, nunca abandoné mi estado y menos mi país y si no me presenté ante la autoridad fue por protección y por el acoso de la autoridad y de algunos medios de comunicación”, manifestó.

El abogado detalló que Martín caminó dentro de la casa para ver qué había pasado y pisó la sangre de la víctima, por lo que al acercarse al teléfono, para hacer una llamada telefónica y pedir ayuda al 066, una pantufla se le salió y ya no regresó por ella. Cuando los peritos y policías judiciales llegaron e hicieron la inspección del inmueble hallaron la pantunfla manchada de sangre y entonces ésa se convirtió en una prueba para inculparlo.

Quintanilla Solís expuso que se presentó voluntariamente ante la Procuraduría General de Justicia  (PGJ) para rendir su declaración, pues reconoció que en aquel tiempo no lo hizo porque no estaba preparado para enfrentar el proceso.

Relató que por voluntad propia primero acudió con el Juez Cuarto de lo Penal, Heliodoro Juárez Fernández. Sin embargo, a pesar de que se presentó tres veces, entre los meses de octubre y noviembre de 2013, el juez se negó a recibirlo y todo eso quedó asentado en constancias de hechos.

El 6 de mayo de 2014, Martín se presentó en la PGJ en compañía de su abogado y el procurador Víctor Carrancá Bourget los atendió personalmente. De esa manera se cumplimentó la orden de aprehensión en su contra y Martín fue ingresado al Cereso de San Miguel, de donde salió el pasado 13 de agosto.

El litigante explicó que, desde que Martín fue señalado de ser el probable responsable del homicidio, interpuso tres amparos ante el Poder Judicial Federal, de los cuales los dos primeros se los negaron y el último finalmente le fue concedido por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, con el número de expediente 132/2015.

A través de este juicio de garantías –que fue promovido contra el auto de formal prisión-, Martín Quintanilla pudo abandonar la cárcel.

El asesinato

Isabel Doger era catedrática de la Facultad de Contaduría Pública de la Universidad Autónoma de Puebla, hermana del entonces titular del Órgano Fiscalizador del Estado, José Doger, y prima-hermana del ex presidente municipal Enrique Doger Guerrero.

Su cadáver fue encontrado la noche del 3 de marzo de 2005 en su domicilio ubicado en 22 oriente 2408, casa número 2, de la colonia Xonaca.

De acuerdo con publicaciones periodísticas, la víctima presuntamente estaba desnuda y presentaba golpes y huellas de tortura, además de que habrían intentado estrangularla con una cinta y de asfixiarla con una bolsa de plástico que aún tenía en la cabeza.

Tras las primeras investigaciones, la -extinta- Policía Judicial detuvo ese mismo año a José Juan Marín Chagoya, a quien el Juez Cuarto le dictó una condena de 50 años de prisión; no obstante, sus abogados demostraron que era inocente y lograron que saliera en enero de 2013.

De acuerdo con una nota del periodista Alfonso Ponce de León, Marín Chagoya sólo fue un “chivo expiatorio” para que la PGJ pudiera esclarecer el crimen, “ya que la mujer fue asesinada y le robaron sus ahorros —80 mil pesos— que tenía guardados en un ropero, además de que la institución se negó, en su momento, a investigar a Vicente Enciso Teutle, quien fue pareja sentimental de la maestra y empleado de una de las hermanas del exgobernador Mario Marín Torres.”

Después de más de 10 años, el asesinato de esta mujer sigue impune.

 

 

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