• Cultura

¿Quién fue Kingo Nonaka, el samurái que marcó la Revolución Mexicana?

  • Lizzette Vela
Conocido como el "Samurái de la Revolución", luchó junto a Madero y Villa y dejó un legado cultural en México
.

La historia de Kingo Nonaka, el "Samurái de la Revolución Mexicana", es un relato de valentía y transformación cultural. Nacido en Fukuoka, Japón, en 1889, llegó a México en 1906 huyendo de una vida rural. Adoptado por Bibiana Cardón en Chihuahua, recibió un nuevo nombre, José Genaro, y la oportunidad de estudiar enfermería, profesión que lo llevaría a desempeñar un papel clave durante la Revolución.  

En 1911, el joven enfermero atendió al líder revolucionario Francisco I. Madero, herido en combate. Este encuentro lo unió al movimiento maderista, donde ganó reconocimiento como un hábil médico de campaña. Su apodo de "Samurái" surgió tanto por su origen japonés como por su valentía en el campo de batalla.  

Tras el asesinato de Madero en 1913, Nonaka se unió a la División del Norte, liderada por Francisco Villa. Durante dos años, participó en 14 operaciones militares, incluidas importantes batallas en Torreón, Zacatecas y Chihuahua. Sus experiencias quedaron plasmadas en el libro "Kingo Nonaka, Andanzas Revolucionarias", escrito por su hijo, Genaro.  

Finalizada su participación militar, Nonaka se trasladó a Baja California, donde desarrolló su pasión por la fotografía. En Tijuana, capturó la vida cotidiana de la ciudad, dejando un archivo invaluable con más de 300 imágenes que documentan la transformación de la región. También combinó esta actividad con su labor como policía, capacitándose en criminología en Estados Unidos.  

La Segunda Guerra Mundial marcó otro capítulo en su vida. Como medida preventiva, fue trasladado a la Ciudad de México junto a otros japoneses. Allí, contribuyó a la fundación del Instituto Nacional de Cardiología, reafirmando su vocación de servicio.  

Reconocido como héroe revolucionario, recibió condecoraciones del presidente Adolfo López Mateos y del secretario de Defensa Marcelino García Barragán. Falleció en 1977, dejando un legado de valentía, humanidad y arte.  

Kingo Nonaka no solo luchó en los campos de batalla, sino que también forjó un puente cultural entre Japón y México, convirtiéndose en un símbolo de la diversidad en la historia nacional.  (LV) 

Tags: 

Comentarios de Facebook: