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Cierran reclusorios de Zacatlán y Chignahuapan; un siglo de historia penitenciaria
Los centros penitenciarios de Zacatlán y Chignahuapan han cerrado de manera definitiva tras un siglo y seis décadas de operación respectivamente; a decir del gobierno estatal, se trata de una decisión que busca garantizar la protección de los Derechos Humanos de los internos y mejorar las condiciones de infraestructura.
El reclusorio municipal de Zacatlán, dejó de funcionar a principios de agosto de 2024. Este sitio se fundó en el año 1898, fue cerrado luego de 124 años y sus más de 100 internos ya fueron reubicados. El alcalde de Zacatlán, José Luis Márquez Martínez, anunció en el mes de julio, que se recuperará el espacio ubicado en el Palacio Municipal, pues las instalaciones estaban en estado crítico debido a la antigüedad y al deterioro de las estructuras, lo que ponía en riesgo la integridad tanto de los internos como del personal.
Cabe destacar que el penal de Zacatlán, a lo largo de su vida útil, atestiguó eventos como un incendio provocado en la década de 1860 por habitantes de Chignahuapan, que buscaban afectar a los conservadores de zacatlecos; fugas, suicidios y homicidios. Aquí también estuvo el alcalde de Zapotitlán de Méndez, Emiliano Vázquez Bonilla al verse involucrado en el homicidio del escolta y chofer del excandidato a la alcaldía de su municipio, Salvador Tino Martínez, ocurrido en 2024.
En cuanto al penal de Chignahuapan, cerró sus puertas el pasado 22 de agosto; durante un operativo se trasladaron a 46 personas privadas de libertad a diferentes centros penitenciarios como Huauchinango y Tepexi de Rodríguez, mientras que los adultos mayores fueron llevados a San Miguel en la capital poblana. En entrevista con medios regionales, la directora del penal, Nelly Mayo Vega, explicó que esta medida obedeció a deficiencias en la infraestructura y capacidad de las instalaciones, así como a su ubicación en una zona céntrica que no garantiza la seguridad adecuada.
Mayo Vega también destacó que, a pesar de la reubicación, se han brindado facilidades a los familiares de los internos a través de la página de Facebook “Sueños Artesanos”, destinada a proporcionar información y apoyo durante el proceso de traslado. Por otro lado, alertó sobre intentos de algunos abogados que buscan engañar a los familiares con promesas falsas de amparos o de que los internos regresarían al penal de Chignahuapan.
La decisión de cerrar estos penales también está vinculada a los resultados de los diagnósticos estatales de supervisión penitenciaria realizados por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla. En 2022, el penal de Chignahuapan recibió una calificación de 4.3, la segunda más baja de los 20 penales evaluados en el estado, mientras que el penal de Zacatlán obtuvo una calificación de 4.
En el reporte de 2023, aunque ambas calificaciones mejoraron, pues Chignahuapan llegó a 6.2 y Zacatlán a 7.5, todavía estaban en la escala de calificación amarilla, que refleja muchas áreas para mejorar.
Con información de Omar Arroyo.