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Tomás Pérez, su familia exige justicia a 33 años de su desaparición
A más de 33 años de la desaparición de Tomás Pérez en su lucha por la defensa de la tierra en Pantepec, familiares acusan que las autoridades del estado de Puebla no han dado respuesta sobre su paradero, por lo que continúan exigiendo justicia.
En rueda de prensa este martes 8 de agosto en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Puebla, Guadalupe Pérez Rodríguez, hijo de Tomás, compartió que su abuela, María del Pilar Francisco, fue quien inició la búsqueda.
“No sólo era la mamá de mi papá, sino que también era una de las primeras peticionarias de la tierra allá en Ignacio Zaragoza; era partera, le tocó recibir muchas vidas de allá de Pantepec, pero se fue de este mundo sin volver a ver a su hijo”.
Detalló que parte de la decisión que tomaron en familia para iniciar este proceso fue que otras personas no tuvieran que pasar por lo que ellos vivieron al intentar saber algo de su familiar desaparecido y que se tomara como una especie de aprendizaje para no esperar menos de las autoridades.
“Pensamos que debe valer la pena tanto dolor, tanta tristeza y tantos años de espera, yo lo dejaría por ahí”.
Cabe señalar que Guadalupe Pérez ha recibido acompañamiento integral del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), así como de otros colectivos, como el movimiento campesino Tutunakú de Pantepec y la Coordinadora Regional de Acción Solidaria en Defensa del Territorio (Corason).
Desde el instituto se envió un documento a las autoridades poblanas que reúne las exigencias por verdad y justicia para Tomás y destaca los procesos deficientes y múltiples violencias que se han ejercido en el caso.
Desaparición forzada por defensa de la tierra
Tomás Pérez Francisco desapareció la tarde del 1 de mayo de 1990 en el municipio de Pantepec, parte de la Sierra Noroccidental del estado de Puebla, luego de la represión a la comunidad llamada La Sábana que existió hasta 1989 y que fue quemada por una incursión policiaca y de las guardias de la Asociación Ganadera local.
Posteriormente, se instaló un campamento como señal de resistencia, pero no tuvo éxito y sólo quedó en la mente de los pobladores, así como en los muros de la escuela primaria “Mariano Matamoros”.
Al respecto, Guadalupe Pérez indicó que estos hechos también fueron responsabilidad del entonces gobernador del estado, Guillermo Jiménez Morales y de su sucesor Mariano Piña Olaya.
“Para nosotros es importante poner eso sobre la mesa, sobre la discusión”, aseveró.