El Club Britania Zavaleta rindió hoy jueves un pequeño homenaje a la extenista poblana Yolanda Ramírez dándole su nombre a la cancha principal ubicada en este recinto. ¿La razón?, ser nada menos que la mejor exponente mexicana en el deporte de la raqueta.

Yolanda, quien a mitad de año perdió a su compañero de vida, el también extenista Poncho Ochoa, pudo recibir otro reconocimiento en vida para hacer más ajustado su palmarés y ahora poder dejar todo un legado de tenistas que visitarán “su cancha” para forjarse.

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Doble homenaje; Yola no sabe olvidar

En su turno a la palabra la exatleta mexicana agradeció por el breve homenaje aun sin saber si el merecimiento era genuino, “solo me dediqué a jugar tenis”, dijo sorprendida. No obstante, aprovechó la oportunidad para dedicarlo a su fallecida pareja: “él siempre estará conmigo y siempre va a ser lo más lindo que me haya pasado en la vida”, dijo.

En el sitio lo acompañaron su hija Marnie Ochoa y su nieta, Marnie, quienes pudieron compartir la alegría de Yola una vez que develaron la placa de la extenista poblana.

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“A mi papá (Poncho) le hubiera gustado ver esto. Mi padre siempre dijo que con mi mamá (Yola) siempre hizo equipo, pero en algún momento debía de centrarse en mi mamá porque ella mejor que él”, comentó Marnie, según pudo recoger el periodista deportivo Alland Jhonnathan.

Cabe recalcar que recién el año pasado fue introducida al salón de la fama del deporte poblano en el Paseo de Campeones, además de ganarse un sitio en el recinto de los inmortales del tenis nacional.

¿Quién es Yolanda Ramírez?

Nacida en Teziutlán, Puebla, un 1º de marzo del año 1935, Yolanda Ramírez es considerada la mejor tenista mexicana de la historia. Este título se lo ganó gracias a que en 1960 y 1961 pudo disputar las finales del torneo de Roland Garros, en Francia, uno de los cuatro Grand Slam en la temporada tenística.

Si bien en ninguna de esas ocasiones pudo coronarse debido al azote de nerviosismo (como admitió este jueves), pudo retirarse como digna subcampeona de un torneo que hoy día cuenta con un prestigio de talla mundial.

Antes de su semi-hazaña, en 1958, se embarcó para llegar a Europa y luego introducirse en Francia, donde sí pudo salir con la mano en alto tras jugar los dobles en Francia junto a Rosa María Reyes.

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Entre el palmarés de Yola Ramírez se encuentra también haber disputado el torneo de Wimbledon y el Abierto de los Estados Unidos, donde puede jactarse de haber llegado hasta la fase de cuartos de final como su mejor resultado en la categoría de singles.