Puebla segura puede quedar como insignia de un marketing agotado y rebasado no sólo en la capital, sino en diferentes puntos de la entidad, donde los hechos hablan por sí solos.
Las críticas, los tintes políticos, las confrontaciones y todo tipo de artimañas que arguyen sobre el tema de la inseguridad en Puebla, nos llevan a mirar una cruda realidad que hoy vivimos los poblanos.
En menos de una semana, los hechos delictivos y de relumbrón policiaco han volteado los ojos hacia nuestra entidad, donde además de polémicos suscesos como el de un feminicidio, se han sumado desde la detención de un peligroso narcotraficante, el secuestro y homicidio de una funcionaria federal y los delitos que desafortunadamente empezamos a escuchar todos los días, tales como los robos con violencia.
Lo más indignante es cuando se trata de atentar contra la inteligencia de quienes habitamos en Puebla y de pronto escuchamos en medios nacionales esas declaraciones que son eso, mera y pura palabrería, propias de políticos que insisten en tapar la realidad y priorizar “grandezas” en obra, inversiones y mucha “obra social” que no justifica la falta de acciones para frenar el alza de las estadísticas de inseguridad en Puebla.
Desde hace un buen rato que hemos dejado de ser la ciudad de paso para algunos capos y toda pléyade de la delincuencia organizada, que igual corremos el riesgo de encontrarnos en un centro comercial, restaurante de la avenida Juárez o haciendo tranquilamente sus compras en Angelópolis.
La realidad supera a la ficción en muchos sentidos, sobre todo cuando la crudeza de la inseguridad se hace presente en nuestro diario acontecer.
Los argumentos son múltiples cuando se trata de defender lo indefendible; y aunque se diga que la detención de Daniel Fernández “El Pelacas” se pudo haber dado en cualquier otra entidad del país, lo real es que desde hace meses se movía como Pedro por su casa en nuestra grandiosa ciudad
La pasividad de nuestras autoridades judiciales, quedó una vez más expuesta, sobre todo cuando ya vimos que fueron olímpicamente ignoradas para poder concretar un operativo exitoso con la detención de un pez gordo.
El secuestro y desafortunada muerte de la sub delegada norte del Instituto Mexicano del Seguro Social, Janette Campos Díaz refleja la presencia real de esa delincuencia que hoy nos tiene en vilo a los poblanos.
A todo esto, agreguemos los asaltos violentos en diferentes zonas de la capital y es innegable que la presencia de esa delincuencia no es “local”, sino foránea y cuya forma de operar está avanzando de manera paulatina, en una ciudad, donde prevalecen otro tipo de circunstancias como el lucimiento político y la verborrea gubernamental.
Víctor Carránca, procurador de justicia y Facundo Rosas, secretario de Seguridad Púbica en el Estado una vez más revelan su ineptitud y falta de oportunidad en el manejo de crisis, donde simplemente han sido expuestos como dos personajes que gustan sólo de la palabrería y muy poco de las acciones reales.
@rubysoriano rubysoriano@gmail.com http://mediatikos.wordpress.com/
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CEO Mediatikos Consulting. Ganadora Napolitan Victory Award como Mujer Influyente de la Comunicación Política 2019. Consultora y Estratega en Comunicación Política, Gubernamental y Campañas Electorales. Periodista y Analista Política en medios digitales