La Revolución cancelada

  • Manola Álvarez S.

La cancelación de la celebración del desfile conmemorativo del inicio de la Revolución Social de México, deja un mensaje negativo y  decepcionante para los priistas que han hecho de sus postulados la base de su ideología.

La Revolución Social mexicana culminó con la expedición de la Constitución y sus preceptos fueron tomados como base para establecer los principios del Partido Nacional Revolucionario antecedente del PRI.

No se trató de un movimiento armado sin más razón que obtener el poder. No. La lucha la emprendió el pueblo de México contra la Dictadura de Porfirio Díaz, cuyo máximo crimen contra la nación fue otorgar a los dueños del suelo la propiedad del subsuelo; así dio la justificación legal para el saqueo de nuestro recurso energético efectuado por las compañías petroleras. Este antecedente es el origen de la desconfianza que se tiene a la apertura a la iniciativa privada  de la comercialización del petróleo cancelada por el artículo 27 de la Constitución de 1917, al recuperar la propiedad de la nación sobre los hidrocarburos.

Considerando que la Revolución Social fue la lucha por los derechos de los trabajadores, la no injerencia de la iglesia en política, la educación gratuita, laica y pública se entiende que al llegar al poder los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón mostraran su menosprecio por esta gesta histórica, ya que su partido nació para combatirla.

Así, los panistas centraron los homenajes en la figura del iniciador de la Revolución Francisco I. Madero, porque él con gran ingenuidad sólo pretendía que se estableciera la democracia, e incluso cuando triunfo en Ciudad Juárez aceptó la firma de un tratado del mismo nombre reconociendo la renuncia de Porfirio Díaz, a quien en el Plan de San Luis había desconocido, y la disolución del ejército revolucionario quedándose totalmente a merced de sus enemigos que terminaron asesinándolo.

Con el regreso del PRI a  la Presidencia de la República, se esperaba que los festejos del 20 de noviembre recobraran su solemnidad e importancia. Pero lo primero que nos dicen es que no habrá desfile; que no se cancela porque no se había anunciado.

El significado de esta claudicación puede ser el miedo a las bandas de la CNTE, que han demostrado que son incontrolables. En los últimos días hemos visto como sacan a pedradas a los padres de familia y maestros opositores de las escuelas de Oaxaca. También hemos escuchado de los gobernadores Gabino Cue  y  Miguel Ángel Mancera que “por ningún motivo” usarán la fuerza pública en su contra.

Los revolucionarios mexicanos, al escucharlos seguramente dirían: “Que bola de cobardes irresponsables. Las leyes son para aplicarlas. No es necesario llegar a extremos de fuerza, solamente hacer respetar el Estado de derecho y defender los derechos de las mayorías. Hasta los perros muerden cuando sienten el miedo”.

Lo que no conocían era la existencia de las redes sociales y de las organizaciones de derechos humanos que tienen asustados y medrosos a nuestros gobernantes.

Dignidad

Se conoce mundialmente que los Estados Unidos espían a nuestro presidente y mandamos una comunicación burocrática solicitando explicaciones. Cuando Plutarco Elías Calles supo que en la Embajada norteamericana se estaba gestando un complot contra México para invadirnos y lograr que se derogara el artículo 27 de la Constitución, porque el embajador Sheffield y el secretario de Estado Kellog eran accionistas de una compañía petrolera, inmediatamente organizó un contraespionaje.

Luis N. Morones contactó a un empleado filipino que le proporcionó las claves de la comunicación diplomática. Y José Álvarez y Álvarez de la Cadena, jefe del Estado Mayor Presidencial (mi padre), envió a sus subordinados a obtener información confidencial. La esposa de un agregado militar permitió la entrada a la recamara del embajador y obtuvieron información que le fue enviada al Presidente Coolidge con la amenaza de que todas las embajadas de México tenían copia de la misma y que la darían a conocer. Así se impidió la invasión y se logró el cambio de embajador ¿Alguna diferencia de actitud?

Los hombres de la Revolución no hablaban de pragmatismo, competitividad, productividad, sustentabilidad y todas las palabras con idéntica terminación, que nuestros actuales gobernantes repiten en cada intervención pública. Ellos  se basaban en la Soberanía Nacional y el respeto a la Patria, lo que  ahora seguramente les parecerá muy cursi a los tecnócratas en el poder.

Algunos priistas del “ala izquierda”, abandonaron su partido cuando se enfrentaron a Miguel de la Madrid. Y ahora, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, se encuentran en el PRD, algunos más en Morena y los que se quedaron ya no saben cuál es la ideología de su partido.

¿La Revolución Social mexicana habrá dejado de ser la bandera de los priistas y ahora pertenecerá a los grupos de izquierda?

alvarezenriqueta@hotmail.com

 

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Manola Álvarez S.

Licenciada en Derecho y en Ciencias Diplomáticas UNAM. Catedrática en la UNAM y en la UDLAP. Diputada en la L Legislatura del estado de Puebla.
Escritora y periodista.