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Analizan en la BUAP el tema de la alimentación como política pública

El Segundo Coloquio de Antropología y Etnografía de la Alimentación se llevó a cabo en el Colegio de Antropología Social
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El problema de la alimentación en México tiene que ver con las políticas públicas y el antropólogo, a través de su investigación de campo puede contribuir a que se tomen decisiones acertadas, afirmó la doctora Miriam Bertran Vilá, durante su conferencia “Del campo a la biblioteca: reflexiones metodológicas para el estudio antropológico de la alimentación”.

Al participar en el Segundo Coloquio de Antropología y Etnografía de la Alimentación que se llevó a cabo en el Colegio de Antropología Social de la BUAP, la profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, advirtió a los estudiantes que toda investigación que realicen debe estar basada en un problema antropológicamente relevante.

Habló de su primera experiencia en este campo cuando en Papalotla, un pequeño pueblo del Estado de México, decidió realizar su investigación sobre nutrición, tomando como punto de partida un puesto de hot dog y una academia de tae kwon do que halló cuando hizo su primera visita a la comunidad.

Justificar este “hallazgo” como parte de su estudio, le implicó una serie análisis y encontró que era una muestra de la transición de rural a urbana de esta comunidad. De esta forma, explicó, encontró que la comida puede ser reveladora de los cambios que se dan en lo económico, social y político.

Para la académica del departamento de Nutrición de la UAM-Xochimilco, atender el problema de la alimentación “no es sólo mandar mensajes como Coma frutas y verduras y ya. Va más allá, porque tiene que ver con las formas de producción, distribución y costo de los alimentos y que éstos tengan los nutrientes necesarios”.

En el aspecto de nutrición, reconoció la doctora Bertrán Vilá, mucho se tiene que analizar porque entra también el aspecto económico, porque no siempre da para los satisfactores de cada uno de los miembros de la familia y no es lo mismo las necesidades que tiene un pequeñito, un abuelito o bien una persona enferma, como tampoco es lo mismo la comida cotidiana que la fiesta familiar y la del pueblo, donde las relaciones sociales son importantes.

Los futuros antropólogos no pueden quedarse en el pasado haciendo descripciones de los alimentos, cómo se preparan, para qué y cuál era la receta. Se tiene que ir más allá, enfatizó.

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