Medios se desgarran vestiduras por su candidato
Aunque parezca mentira, el día de ayer no faltaron los apasionados que defendieron a capa y espada el triunfo de su candidato en el debate por la presidencia municipal de Puebla.
No faltaba más, para ellos cualquier gesto, cualquier expresión y hasta un bostezo era suficiente para definir al ganador de la parodia que ayer presenciamos los poblanos.
Era como acudir a un concierto de Luis Miguel, en donde pese a la deficiencia del sonido, las escuinclas se desmayan con cada grito de su ídolo.
Así exactamente fue el debate de ayer.
Lo relevante del caso no fue ver a los fans desbocarse por su favorito, sino ver a los medios periodísticos desgarrarse las vestiduras por su candidato.
Fue patético ver a cada medio entregar su primera plana al candidato oficial, como si determinar al ganador de un debate dependiera de las ilusiones personales del director o dueño del medio.
En el colmo del cinismo periodístico, el periódico Milenio tituló a ocho columnas: “Gané el debate con compromisos: Gali”.
Vaya joya periodística del “aguerrido” director editorial de este medio, Pablo Ruiz, quien además aprovechó su primera plana para presentar la foto donde Actívate por Puebla equilibró a cada candidato con banquitos de alturas distintas para “evitar” que a cuadro se vieran las diferentes estaturas, como si ese elemento fuera determinante para definir al mejor de los debatientes.
En un auténtico contrasentido, la —casi ilegible— columna de Pablo Ruiz cuestiona a Actívate por el formato del debate, aunque terminan dándole la primera plana a uno de los candidatos, cuando se promulga ganador del debate.
Lamentablemente, Pablito Ruiz —no el cantante— se convirtió desde hace mucho en un palero del morenovallismo, no sólo por su entreguismo como director de Milenio, sino por su faceta de “oreja” del gobierno en los eventos oficiales.
Cómo olvidar que fue Pablito Ruiz quien se encueró ante un grupo de comensales al haber platicado al vocero del gobierno estatal todo lo que se dijo en una mesa en la que estuvimos presentes un grupo de periodistas a los que el director de Milenio Puebla acusó con el vocero morenovallista.
Sin duda, el trabajo periodístico que hace Milenio nacional a través de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva se ve seriamente dañado por quienes están al frente de la edición local.
Me consta que Marín es un férreo defensor de la esencia periodística; lamentablemente, Pablito Ruiz se ha encargado de pisotear el esfuerzo de quienes han levantado el nombre de Milenio.
Ojalá que el entreguismo de Milenio Puebla obedezca a un compromiso personal de Pablito Ruiz, y no a un acuerdo económico de Milenio nacional, lo cual dejaría muy malparados a Carlos Marín y a Ciro Gómez Leyva.
Me resisto a creerlo, pero hoy el único que paga los platos rotos es el nombre de este rotativo nacional.
No hay más.