Inflamación crónica de estómago, dolor abdominal, diarrea, incluso afectaciones al hígado y pulmones, resultado de bacterias transmitidas por gatos y perros
La predisposición depende de la raza: en perros “chatos” o con nariz muy corta, como bulldog, pequinés o pug, las enfermedades de la córnea son más frecuentes
Si no modifican su alimentación y estilo de vida, podrían ser además pacientes diabéticos y obesos, alertó Mario Enrique Tapia, académico de la FES Zaragoza de la UNAM
Debe ser una prioridad el tratamiento de estos líquidos, que contienen patógenos no controlados, metales pesados y derivados de combustibles, señalan expertos