Calladito se ve más bonito

  • Javier Cobos Fernández
Caro Quintero fue detenido a los tres días de la visita de AMLO a EU, y él se adjudica el logro

Tras las declaraciones inmediatas del Ejecutivo Federal en las que se adjudica el “triunfo” de haber detenido al Narco de Narcos, Rafael Caro Quintero el 15 de julio pasado, surgen las reflexiones en cuanto a la trascendencia de la adjudicación del mérito de manera impulsiva.

Si bien es sabido que la DEA llevaba alrededor de doce intentos por capturar al personaje, no tanto por su prominente colaboración en el tráfico de drogas en las últimas décadas, sino principalmente por su participación en la tortura y muerte de un conocido agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena; hecho, por cierto, ligado a la imposibilidad del exgobernador poblano y actual director de Comisión Federal de Electricidad (CFE), de ingresar a los Estados Unidos. Dichos intentos de captura fueron frustrados sistemáticamente por décadas a consecuencia de fugas de información en altos niveles del gobierno mexicano.

Sin embargo, no llama tanto la atención que haya sido capturado tres días después de la visita de nuestro presidente a Washington, sino que inmediatamente él declarara que el exitoso operativo se logró sin la colaboración estadounidense, versión que de manera elocuente The Washington Post desmiente.

¿Por qué? Calladitos nos vemos mas bonitos. Suponiendo sin conceder, que la versión del presidente respecto a la no colaboración la inteligencia estadounidense fuera cierta, está reconociendo abiertamente que la detención de Rafael Caro Quintero era un mero tema de voluntad política. En otras palabras, que lo podía detener por sus medios en tres días cuando no lo logró en años. Tres días después de que le mostraron comprometedores elementos, logró su detención después de más de 10 intentos en colaboración con la DEA.

Es decir, AMLO escogió declararse cómplice, mejor que inepto. Yo creo que le hubiera convenido la segunda. En primer término, porque no es algo que no sea del dominio público y en segundo término ser inepto no tiene implicaciones, la duda razonable de asociación delictuosa y delincuencia organizada.

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Javier Cobos Fernández

Economista por la UDLAP y maestro en Administración Pública por la Universidad de Columbia de Nueva York, con estudios de Maestría en Derecho en el ITAM. Investigador y consultor en análisis económico, transición energética, ESG e ingeniería legislativa en COBOS&ASSOCIATES.COM,