En caliente ni se siente, Maggie Colin Callejas

  • Alejandra Fonseca
Una “terapia” practicada por una persona sin escrúpulos y con engaños y charlatanería

Dice ser médico especialista en Medicina Biológica; le hace también a una psicología que no es la Psicología, a la Numerología y a una incipiente homeopatía en un menjurje difuso que atiende en Equilibra Clínica de Regeneración Celular ubicada en algún punto de la recta a Cholula en Puebla.

Una joven mujer que tuvo desajustes físicos por la aplicación de la tercera dosis de la vacuna AstraZeneca contra el COVID-19, fue referida con ella para la aplicación de la terapia de regeneración celular mediante el tratamiento metabólico que se da a través del suero vitaminado con glucosa e insulina adicionado con potasio, magnesio y vitamina C, antioxidantes que nutren el sistema nervioso y al nutrir la célula regenera tejidos; pero NO es un tratamiento mágico que cure todas las enfermedades, a un módico precio de mil ochocientos cincuenta pesos la sesión. Esta paciente acudió a cuatro sesiones y en cada una empeoró debido a que la ‘doctora’ Colin de inicio, contraviniendo toda evidencia científica, le suspendió los fármacos recetados por el médico alópata.

Después de las sesiones, la paciente se sintió cada vez peor por lo que su médico le mandó hacer estudios de laboratorio cuyo margen pueden no dar un diagnóstico real y ultrasonido para identificar hasta dónde había llegado el daño por la falta de medicamentos. Ahí fue cuando le solicitaron a Maggie Colin presentara su cédula profesional como Médico especialista en Medicina Biológica y mostrara su Currículum Vitae para conocer su experiencia, pero Colin no respondió a llamado alguno, convenientemente desapareció del espacio físico y sideral y puso punto final al asunto.

El tratamiento metabólico del suero para Colin es un pretexto de que hay una cura mágica para todo, pero lo de ella realmente es la Numerología con una muy primitiva e incipiente homeopatía y sobre todo adivinanzas, ya que a través de éstas diagnostica al paciente no sin antes haberlo confesado en referencia a su fecha y hora de nacimiento, así como otros datos numéricos de su vida que, haciendo algunas operaciones matemáticas, les muestra que ella posee la ¡‘Sabiduría del Universo’!

Al terminar la aplicación de suero que por las sustancias del mismo el paciente está tranquilo, con gran ceremonia Colin lo recuesta boca arriba, lo toma de los tobillos, agita sus piernas a lo alto y adivina lo que a ella y sólo a ella el cuerpo del paciente le dice: así y ahí es donde presagia sus problemas psicológicos, mentales y sobre todo espirituales y lo diagnostica sin mediar más nada; además presiona y manipula para que el paciente continúe con terapias sin interrupción mismas que oferta de diez pagadas por adelantado porque si no lo hace, ‘le afectará a su espíritu’.

De lo más delicado que se sabe ha hecho con descomunal soberbia es cuando en una ocasión atendía a una persona de la cuarta edad, a quien acompañaba una de sus hijas, y le dijo que era una madre manipuladora de quien sus hijas debían independizarse emocionalmente y que esa terapia la ayudaría. No está por demás decir que la mujer cayó en una depresión tal que se aisló de la familia y no quiere salir de su cuarto.

Mi pregunta en mi mente calenturienta de este curioso caso es: ¿acaso la interpretación que Colin realiza de los problemas ajenos son proyecciones de su propia vida personal? Y el colmo por si se puede más: a una paciente joven, Colin le dijo que debía dejar de ser la fuerte de la relación de pareja ya que ¡por querer ser el hombre sus senos estaban desapareciendo! ¡Zas!

Aclaro: creo firmemente en que la medicina alópata acompañada de medicina homeópata y/o alternativa aplicada por especialistas puede dar magníficos resultados; pero, ¿cómo se le puede llamar a este grado supremo de engaño y charlatanería practicado por personas sin escrúpulos?

Yo no encuentro el nombre…

alefonse@hotmail.com

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes