El hundimiento del PRIAND

  • Rodrigo Rosales Escalona
La prepotencia y odio conducen al hundimiento del PRIAND en medio de derrotas electorales

“…tan pronto como la democracia muestra la tendencia a olvidar su carácter de clase, convirtiéndose en instrumento de los verdaderos intereses del pueblo, la propia burguesía y su representación estatal sacrifican las formas democráticas…”
Rosa Luxemburgo

La derecha no cree en la democracia, simplemente le es un instrumento para hacerse del poder. También cosifica, es decir, el desarrollo del capitalismo genera toda una serie de procesos de cosificación: la forma mercancía se configura como modelo de toda forma de objetividad y de subjetividad. Ello ocurre cuando “esa forma penetra todas las manifestaciones vitales de la sociedad y las transforme a su imagen y semejanza”.

En una sociedad en la que se alcanzara esta situación se tendería a una realización en su plenitud de la forma de aparecer de los procesos sociales propia del capitalismo. Por lo que claramente en qué consiste esta forma de apariencia social: en el fenómeno social la realidad aparecería desligada de todo proceso, de toda historicidad; lo real aparecería cosificado, velando su historicidad intrínseca. Por otra parte, se mostraría con una pretensión de substancialidad fuerte, con una intensa afirmación de autosuficiencia negando su pertenencia a cualquier tipo de totalidad. Es decir, dicho sistema cosifica a la sociedad negándole capacidad de racionalizar el sistema de explotación, porque la identidad del capitalismo es el dinero, no los derechos sociales ni la misma democracia.

La derecha en América Latina logró desterrar a la democracia por diversos mecanismos, ya sea mediante golpes de estado o imponiendo gobiernos que violentaban los derechos sociales y justicia de sus pueblos, bajo intereses extranjeros, haciendo de las naciones dependientes de intereses de aquellos en contubernio con las oligarquías criollas.

En México, el modelo dependiente no fue ajeno en cuanto a que como fue el periodista y escritor Luis Spota, quien acuñó la frase (que pasó a la historia): “La revolución se bajó del caballo y se subió al Cadillac”.

Así resumió su opinión sobre el triunfo del exgobernador de Veracruz, Miguel Alemán Valdés, como nuevo presidente de México en la elección del 7 de julio de 1946. De ahí en adelante el proceso de nación se supedita a otras reglas que se acomodan a intereses compartidos entre la oligarquía, política y extranjero. Claro que no fue absolutamente carnívora, en el entendido de que el Estado puntualizaba cierto desarrollo nacional y social, garantizando que paraestatales se mantuvieran bajo la Constitución, sobre todo con Adolfo López Mateos y la nacionalización de la electricidad, que se conjuntaba a el energético petrolero de Cárdenas.

Ya con Miguel de La Madrid se inicia el proceso neoliberal donde Carlos Salinas le brinda todo el andamiaje “legal” para imponer el desmantelamiento de nación, sometiendo a la sociedad al despojo de sus derechos todos, bajo el estigma de cosificación de la “democracia”.

Salinas a lo largo de otros cuatro sexenios extendió su poder con un manto de poder, consciente que el amasiato con la oligarquía, tendería un manto de impunidad y corrupción a gran escala; sin olvidar un sistema de represión disfrazada de “legalidad para el desarrollo”, cuyos resultados negativos se siguen padeciendo.

Si la migración a los Estados Unidos para lograr una mejor vida de miles de mexicanos se incrementó, parte de los cambios constitucionales en los artículos 24, 25 y 27, bajo el mito de que los ejidos puedan vender sus tierras, los campesinos e indígenas fueron perdiendo oportunidad de competir en su producción frente a monopolios nacionales y extranjeros, transformados en jornaleros con precarias condiciones de vida. Fugarse al “sueño americano”, la opción a la incertidumbre, a la explotación, racismo y a morir en el camino.

El amasiato político del PRI y PAN y oligarcas en sus orígenes salinistas, permanece con la natural impunidad, confiados en que es un instrumento cosificado, carente de valor frente a una sociedad aparentemente alienada. Sin embargo, a lo largo de sexenios esa sociedad se manifestaba y protestaba, exigiendo que el aparato de justicia actúe conforme a la Constitución. Entre ambos poderes que se protegen con medios de comunicación que sirven de cortina de humo, jamás dieron cuenta de esos reclamos sociales, evadían, ocultaban o deformaban los hechos, al grado de que hacían sentir que las movilizaciones sociales lo eran violentas y sin apego al derecho. La cosificación de la protesta cara de la prepotencia.

Cientos de ciudadanos desaparecidos o ejecutados y en la cárcel por esa democracia secuestrada. Ante el aparato judicial, no cabe la inocencia de protesta: eres culpable y ya.

Aguas Blancas, Acteal, El Charco, La Parota, los 43, no importa el orden y muchos casos, ese sistema confiaba en tener la razón criminal, porque ese amasiato estaba sólido y emprendedor, en cuanto a que a la sociedad se le marginó y excluyó de su razón de ser, y sin emprender por una democracia social y para la sociedad.

El desgaste del PRI obligó al poder a pasar la estafeta con Vicente Fox, para simular que ahora sí, ha llegado la mentada democracia, pero, únicamente cambiaron siglas y color; por dentro permanecen las termitas de las polillas carcomiendo y destruyendo a la nación junto con Felipe Calderón y Enrique Peña, que logran la ansiada privatización de la energía.

Ese amasiato descubre que su aparato ya no da para más, siendo 2018 cuando su prepotencia imperial es derrotada por ese pueblo marginado. De inmediato inician conformando un sistema de guerra sucia, de agitación al estilo Chile contra Salvador Allende o en cualquier país que impusieron dictaduras, forzar la derrota con desprestigio, vituperios, mentiras.

Lo paradójico resulta que Mister Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, como cabezas visibles de ese entramado, desde que forman su frente con Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Beatriz Pagés, Alazraki y otros más, crearon que el nuevo gobierno es “populista, comunista” y un desastre. A su vez, Mister X. adopta a tres huérfanos, siendo PAN, PRI y PRD, para transformarlos en una Triada, convencidos de que serían un solo ariete de choque y porros, de que aún podrían conjuntar a núcleos sociales para enfrentar elecciones y otras acciones en una especie de “Blitzkrieg”, como Alemania nazi emprendió en la Segunda Guerra Mundial. El tiempo demuestra que su guerra los conduce al hundimiento, como si fueran los dos barcos famosos Bismarck y Titanic, que por razones de pésima construcción y mando de sus capitanes fueron a parar al fondo del mar.

“Los fascistas del futuro no van a tener aquél estereotipo de Hitler o de Mussolini. No van a tener aquél gesto de duro militar. Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. En esa hora va a surgir el nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo”.
José Saramago

Pobre Triada, desde el inicio demostró que son tres tristes tigres de papel, porque no logran aceptación social, al contrario, pérdidas electorales. Lo peor, que por esas razones, además de desprestigio histórico, Mister X. los fuerza a emitir guerra de odio, junto con los orgánicos. Resultado en picada y cada vez más solos. En cuanto a Mister X. intentó condicionar y amenazar al partido MC de que se unen o perderán, la respuesta fue negativa. Quien le ordenaron hacer lo mismo es a Marko Cortés, quien se atrevió a acusar a Movimiento Ciudadano de que se unen o serán Judas. Con ambas posturas lograron rechazo rotundo a los Titanic, tal como sentenció el dirigente de MC, Dante Delgado.

Para acabarla de amolar, cada audio filtrado sobre las acciones y palabras de Alito, lo acorralan como corrupto y violador de leyes. Si cada audio demuestra esos actos, se supone que Lorenzo Córdova, al frente del INE, debe actuar: silencio sepulcral. Vamos, los exdirigentes del PRI le exigen renuncie, y Alito no los pela.

Aún más, él se pone la soga al cuello cuando lanza una proclama nacional de que la ciudadanía se arme contra el mal; cuando lo dijo junto con su club, frente a la prensa, los rostros de su equipo mostraban que estaban impávidos sin saber qué hacer para hacerse patos. En los estados del país, Alito confía en que los encargados de despacho, como Néstor Camarillo, avalaron armarse, incluso, el edil Eduardo Rivera también de manera simulada declaró que sí y no.

Únicamente Alito y Marko usan reflectores para hacer sentir que aún respiran, en cuanto a Chucho de los chuchos de Zambrano, permanece como portero, esperando órdenes para ir por los chescos.

De tigres pasan a algo similar a zebras, más bien burros disfrazados de tan noble animal africano.

Fuentes
Luxemburgo, Rosa (1900). Reforma o Revolución. Buenos Aires, Argentina, 1969; pág. 89.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.