Alito y la crisis de la alianza

  • Rodrigo Rosales Escalona
El fracaso neoliberal trae a la alianza Va Por México esperando que caiga el hacha

“Una sociedad puede tener la apariencia formal de una democracia y no serlo en absoluto”
Noam Chomsky

Por más que la tecnocracia aliada de la oligarquía más insultante se esforzó en vendernos la idea de que el neoliberalismo es una caja de pandora. Conforme avanzan los sexenios, el barco resulta que carece de hélices como de timón, siendo la sociedad en su conjunto quien resiente los embates de la tormenta económica y de servicios sociales que se hunden al abismo de la corrupción. Entre tanto, como antiguamente los capitanes de barcos que al ver que su nave se hunde, el honor de un marino obliga a irse al fondo con él. Gesta heroica en tiempos pasados.

Los tecnócratas y oligarcas mezquinos se resisten a la catástrofe. Se niegan a aceptar sus culpas de ir dejando a la nación en quiebra; desfondada en finanzas con una industria petrolera y eléctrica que dejaba ganancias nacionales, así como se traducía en aplicación en construcción de escuelas, hospitales y un largo etcétera, que la población, si bien no gozaba de un sueldo saludable, al menos no estaba en condiciones de precariedad ni despojada de calidad de vida justa.

Cada sexenio desde Salinas de Gortari a Peña Nieto, el canto de las sirenas neoliberales engañó y cometió fraude al pueblo y nación. La trama no era gratis, porque ese poder usó a la mayoría de medios de comunicación para que sirvieran de tapadera, ponderar virtudes de “grandes emprendedores y magos en el Estado-gobierno”, medios y sus periodistas que se conjugaron con una secta de “intelectuales” que doraban la píldora “benefactora”, evadiendo, escondiendo, disfrazando y mintiendo la realidad. A su vez, justificaban toda represión en nombre del desarrollo.

Su verdad absoluta neoliberal fue dogma, que se encargaron de convertir a multimillonarios a una casta divina minoritaria, al beneficiarlos con contratos, con venta fraudulenta de empresas del Estado, condonarles impuestos, y un sin fin de jugosas ganancias: todo al amparo del poder.

Ese poder privatizó violando la Constitución y leyes que derivan. Claro que al amparo del poder mediante la complicidad de los aparatos legislativos, justificaron todo. Ahí tenemos el Fobaproa, que los “honorables” barones banqueros salieron ganadores. Ferrocarriles y puertos ni se diga.

El pueblo simplemente es considerado un producto hacedor de plusvalía, a quien se le manipuló de que también participaría de la feria sin aclararle que lo haría detrás de una barrera sin poder subirse a los juegos, contemplando a los barones cómo gozan indiscriminadamente, quienes ni siquiera saben o enteran que ese pueblo trabajador es quien los nutre de capital, ¿y los derechos constitucionales, laborales y más? Bien gracias.

El amasiato y orgía era festín glorioso y sin restricciones, bajo el manto protector del poder, que legisladores como Diego Fernández de Cevallos y Ricardo Anaya del PAN, junto con los del PRI, forman parte de esa orgía que cínicamente se dicen “demócratas”. Más adelante invitan al PRD, a que atienda la mesa y sirva los manjares, más vinos espumosos, porque es el hijo putativo de la fiesta.

Es ya con panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, donde se confirma la farsa y entramado del amasiato, quienes simplemente sirvieron para justificar esa “democracia a secas”, quienes son la extensión corrupta de la desgracia nacional.

En 2016, Ricardo Anaya, muy ufano, declaraba que:

“Las elecciones son lecciones y los ciudadanos enviaron un mensaje el 5 de junio, porque para nosotros, el reto es en sí entender el mensaje de que la gente quiere rendición de cuentas. No habrá venganza, pero sí justicia, que se revise con puntualidad las administraciones salientes y que quienes cometieron delitos se vayan a la cárcel”.

Anaya se refiere a que ganaron siete gubernaturas. Asimismo, se ufana al decir que: “Lo primero es dimensionar el triunfo”, ataja, “el PAN nunca había ganado más de tres gubernaturas en una sola jornada. Nunca llegamos a ocupar 11 gubernaturas de manera simultánea, ni con Vicente Fox. Si comparamos los votos del PAN de 2015 a 2016, el crecimiento es de 50 por ciento”. Le faltó decir que no fue gratis sus triunfos, fue como respuesta a que él tuvo lugar destacado a la hora de votar por una “Reforma Eléctrica” que beneficia al capital extranjero y nacional, no a la nación y mucho menos al pueblo.

Ricardo mantiene una guerra en Twitter contra la actual administración, en el que redacta que el país va en quiebra, que la gasolina es cara, que el narco está infiltrado en el gobierno, etcétera. Olvida que está prófugo por corrupto. Similar papel en redes lo hacen Vicente Fox y Calderón.

De 2018 a principios de 2022, la oligarquía y la tecnocracia del PRI y PAN, se convencieron de que la lucha por el poder para 2024 debería ser de guerra sucia, también obstaculizando las acciones de gobierno usando el aparato judicial mediante amparos. Un mar de acciones que también el aparato legislativo ha tenido su juego, sin olvidar que el aparato mediático y de “intelectuales”, también ejercen presión mitómana.

Todo parecía ir de las mil maravillas, hasta que se presentan las elecciones donde van perdiendo estados, municipios y poder, por más que la andanada mediática y de infodemia se lanza como hienas.

¿Quiénes son los actores principales de esa guerra? Son los empresarios Míster X. González y Gustavo de Hoyos, como cabeza oligarca, quienes compran al PRI, PAN y PRD, para que sirvan como ariete político, sin olvidar a medios. La guerra sucia es permanente hasta que audios salen a la luz, donde Alito resalta por su corrupción, derivando que la militancia exige su renuncia. Misma situación ya ocurre contra Marko Cortés con Gustavo Madero y militantes que también declaran revisar el papel del panista.

Previo a esto, Míster X. González, al ver el desastre que cometen la Triada PRIAND, así como desesperarse porque su creación de Golem como que no encaja, también siente que si el PRI y PAN, principales gazapos, no son respuesta de la guerra sucia, porque carecen de legitimidad ante el pueblo. El PRD, si antes era quien atendía la mesa, hoy simplemente es el guarura de la puerta, sin que tenga partido; es cuando en un acto desesperado en Guadalajara ante empresarios, lanza su proclama de que si Movimiento Ciudadano no se une a la orgía, perderá lugar político. Después, Marko hace lo mismo ante militantes al insistir en la misma tesis con MC, pero, va más lejos al acusarlos de que si no se unen, serán considerados los “judas”. Así quién los entiende.

No entienden ni comprenden que esos sexenios de corrupción son los mismos que el conjunto social determinó en el voto alzar la voz, marchar hombro con hombro por y para él mismo, haciendo del hartazgo un proceso de convicción solidaria contra ese pesado acto de canibalismo.

“Siempre me he preguntado si la gente que tiene gran poder y recursos es capaz de razonar lógicamente”: Noam Chomsky

2022 y 2023, tal pareciera que el muro que divide a la opulencia tecnócrata y sociedad se está derrumbando. No es otro Berlín, no es el 9 de noviembre de 1989, es el presente. Lo encontramos en América Latina donde los pueblos inician por reencontrarse y luchar por ir construyendo su propia democracia, a pesar de que se acuse de ir al “populismo comunista”, como reciente lo hizo el escritor Mario Vargas Llosa, integrante de la Fundación Internacional para la Libertad (sic), quien analiza el resultado de las elecciones en Colombia en tres palabras: “(Los colombianos) han votado mal”. Ya sea Bolivia, Chile, antes México; Vargas Llosa, lo mismo que Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Sergio Sarmiento, Raymundo Riva Palacios, Carlos Marín, Sergio Sarmiento, Amparo Casar, Pablo Hiriart, López Dóriga, los empleados de Ricardo Madrazo con Loret y Brozo, son corta mecha y embudo perdido de ganancias.

Ante el extravío de su Triada PRIAND, la fiesta de la corrupción ya no encuentra el camino diseñado de origen. Hasta esos medios en televisión, radio y medianamente impresos, ponen en evidencia a la Triada y sus dirigentes, acusando a Alito y Marko de ineptos. Así de claro, vamos, hasta Dóriga, Loret y los que participan en el programa del canal de Las Estrellas, Tercer Grado, también lo hacen.

No es Morena, es el pueblo quien está aprendiendo a caminar por sí mismo, el que emprende un nuevo derrotero después de esas dictaduras blandas, tal como las calificó Vargas Llosa en un coloquio en México que dirigió Octavio Paz, hace años. Latinoamérica camina, quienes vieron con gusto cómo un presidente mexicano va recuperando con dignidad su espacio perdido como hermano ante y frente al títere OEA o en la Cumbre de las Américas, siendo que esos sexenios enterraron la Doctrina Estrada.

La apuesta está echada.

Entre narcos y Comisión de la Verdad
El asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el del guía de turistas Pedro Palma en la localidad de Urique en el estado de Chihuahua, por parte del narcotraficante José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, responde a una historia donde la presencia del crimen organizado crece y fortalece con Vicente Fox, así como engrandece con protección durante el mandato de Felipe Calderón y Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública que se encuentra preso actualmente en Estados Unidos por narcotráfico, quien en su momento fue más poderoso que el mismo presidente Felipe Calderón Hinojosa debido al control que ejercía sobre la prensa y su relación con el crimen organizado. Cabe mencionar que García Luna también trabajó con Fox.

La ola criminal también ha asesinado a periodistas como Miroslava Breach Velducea, y a muchos más, que además del crimen organizado, también lo son políticos de varios partidos. El panista Hugo Amed Schultz Alcaraz, exalcalde del municipio de Chínipas, Chihuahua, quien ayudó a que narcotraficantes al servicio de Crispín Salazar cometieran el asesinato de Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada en esa entidad, fue detenido por la Fiscalía General de la República (FGR).

En esa línea el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó, una vez más, al exmandatario Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) sobre Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante su sexenio, quien se encuentra preso en Estados Unidos acusado por supuestos vínculos con el narcotráfico.

“Imaginen los medios que se dedicaban a aplaudirle a [Genaro] García Luna. Ahora están callados y por eso repito que le reconozco a [Carlos] Marín que salió a la defensa porque otros no dicen ni pío, como si no lo conocieran, entre ellos, el Presidente [Felipe] Calderón”, señaló en su rueda de prensa diaria.

El Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el 6 de octubre de 2021 el decreto para crear una nueva Comisión para el Acceso a la Verdad, que tendrá la tarea de investigar los abusos y violaciones graves a los derechos humanos que tuvieron lugar entre 1965 y 1990.

Esta Comisión tiene el objetivo de que se haga justicia por 25 años en los que cuerpos policiales y militares torturaron, asesinaron y desaparecieron a cientos de personas, y que se repare a las víctimas por esos crímenes de Estado.

Según Clausewitz, la violencia “es el medio adecuado para alcanzar el objetivo político”. Por eso para el Estado y sus apologistas, la violencia institucional, es por regla general “legal” y “legítima”, en tanto es el medio más eficaz para el objetivo político de preservar y consolidar el poder del Estado.

Casi todos los registros históricos sobre los abusos del Ejército mexicano en un siglo han tenido una dirección conocida: el Campo Militar Número 1, en la capital mexicana. Detrás del portón que deja fuera a los ciudadanos se esconden historias que quizás nunca sabremos aunque, a fuerza de la valentía de testigos y víctimas, se han podido medianamente dibujar. Fue un centro de tortura durante la “guerra sucia”. Fue un limbo para violar derechos humanos y se mantuvo cerrado décadas y décadas. Hasta ahora.

“¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, retumbó un reclamo que no es nuevo, que se escucha en las calles y que ha sido ignorado por todos los gobiernos. Sin embargo, la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador decidió abrir las instalaciones militares para facilitar las investigaciones sobre las atrocidades cometidas por el Estado mexicano en contra de los luchadores sociales.

“Soy hija de Lucio Cabañas. En noviembre de 1974 fueron aprehendidos mis abuelos, mis primos, mis tíos y yo. Fuimos apresados y traídos al Campo Militar Número 1”, dijo Micaela Cabañas.
“A penas cumplía dos meses de edad. Mi madre fue torturada, violada y ultrajada. En algún lugar de este campo militar yo aprendí a caminar, aprendí a correr”, agregó.

En la ceremonia del anuncio de la apertura del Campo Militar Número 1 y acceso a los archivos de la represión, familiares de víctimas de la “guerra sucia” interrumpieron al titular de Sedena para exigir justicia y la presentación de sus desaparecidos. “¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!”.

El principal actor de torturar a la familia de Lucio Cabañas lo fue Rubén Figueroa Figueroa, gobernador de Guerrero entre el 1 de abril de 1975 al 31 de marzo de 1981. Se le conocía también como el “Tigre de Huitzuco”, quien se caracterizó por su mano dura y fue ligado con asesinatos y con el narcotráfico. En 2002, por ejemplo, fue procesado por vínculos con grupos del crimen organizado y posteriormente fue exonerado.

A 27 años, la masacre de Aguas Blancas, Guerrero, sigue impune: “la justicia no llega y los responsables continúan sin ser castigados”, acusó la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS). A un día de la conmemoración del atentado – ocurrido el 28 de junio de 1995 y que dejó como saldo 17 campesinos muertos y más de 14 heridos–, recordó que los autores materiales e intelectuales son agentes estatales

Para la organización, se “sigue pretendiendo el olvido y la conformidad social con verdades a medias, maniobras políticas y supuesto castigo a encarcelados ya liberados, chivos expiatorios”, dado que sólo ocurrió la destitución de un cargo público. 

La organización ubica como principales responsables al expresidente Ernesto Zedillo; al exgobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer; al general Arturo Acosta Chaparro –ya muerto–, y como cómplices señalan al Poder Legislativo local y federal y un aparato judicial federal y local, los cuales garantizaron la impunidad

Cada acto de criminalidad contra el pueblo por parte del Estado, debe ser sometido a juicio, sin impunidad. Es cuanto.

Fuentes
Chomsky. N. Secretos, mentiras y democracia. Ed. Siglo XXI, México,2002

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

 

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.