Las tribus de la ciencia de México

  • Lorenzo Diaz Cruz
Un retrato de los grupos que hacen ciencia en México según sus usos y costumbres

El presente texto es una continuación del artículo previo, cuyo título fue “Unos extraños llamados intelectuales I”, el segundo de la serie, pero decidí cambiar el título para hacer más explícito el contenido. Aquí se presenta una clasificación de los grupos que hacen ciencia en México, resaltando su parecido con las corrientes políticas que han influido en diferentes épocas de nuestro país, con los usos y costumbres de las mismas. Esta es una visión muy subjetiva, por supuesto, escrita por alguien que ha sido parte de la elite científica, pero que ha hecho su trabajo desde la periferia. El escrito no pretende ser riguroso; es más bien una mirada con un toque de humor, que siempre es sano el poder reírse de uno mismo. 

I. Los Porfiristas. Este es el grupo de la gente más nice que se dedica a la ciencia. Tienen apellidos con alguna K, W, X, Y o Z y pocas vocales. Puede que sean herederos de una empresa o posean bienes que les permite vivir sin presiones económicas, con un nivel de vida mucho más alto de lo que permitiría un salario de Titular C en cualquier universidad.  También puede que sean hijos de funcionarios, embajadores o de la burocracia dorada de las universidades, con lo cual siempre tuvieron información y facilidades para conseguir una buena plaza en los mejores centros o institutos del país. Desde niños dominaban una o dos lenguas, además del espanish, y en la prepa presentaron la obra de teatro Vaselina. Casi nunca están en sus institutos, viajan mucho y en los congresos ordenan los mejores vinos.  En su momento formaron parte del cuerpo de directivos y asesores de los gobiernos panistas. Añoran esos años pasados, pues ahora son enemigos de la 4T a morir. Puede ser que tengan un nivel académico alto, que hayan producido buenos papers y que le saquen el mejor provecho a sus conexiones con el MIT o Cambridge. En un universo alterno me hubiera gustado ser un poquito como ellos, como dice Chava Flores, “nomás pa’ ver que se siente”.

II. Los Carrancistas. En este grupo se incluyen a esos científicos que siempre tuvieron muy buenas conexiones con los políticos más influyentes del sistema priista, en sus mejores tiempos del siglo XX y parte del XXI. Cuando se escarba en sus biografías, se descubre que compartieron banca con quienes luego serían secretarios de estado o hasta presidentes de la República. Casi desde la prepa sabían que llegarían a ser directores de algún instituto o quizá hasta miembros del Colegio Nacional. Cuando se les pregunta donde trabajan, contestan “En el Instituto”. Tratan de ser amables con los macehuales de la ciencia, pero con frecuencia se les escapa un comentario o chiste sobre el color de piel, o el nivel de inglés de aquellos. En su vida social toman sus buenos whiskies con su grupo más cercano, pero en los congresos buscan a los del Poli, para poder hablar de sus trabajos más recientes.

III. Los Callistas-Obregonistas. Los miembros de este grupo son muy parecidos a los carrancistas, pero puede ser que tuvieran más impulso e iniciativa para hacer cosas nuevas. Cuando la rueda de la fortuna puso arriba a sus amigos de la prepa, hicieron labores de lobby para obtener fondos y establecer nuevos institutos, campus de la Universidad o del Poli en provincia; construyeron observatorios, y fundaron el mismo SNI. Algunas veces se les pasaba la mano y se apropiaban de la dirección de sus centros, que luego heredaban a otros miembros de su familia revolucionaria. No se conformaban con ser funcionarios importantes y poderosos, también querían pasar a la historia como buenos científicos, aunque nunca pudieron dejar el tema de su tesis doctoral.

IV. Los Republicanos. En este grupo se incluye a los hijos y nietos de los intelectuales que llegaron a México con la guerra civil española. Son gente educada, de buen nivel, que puede simpatizar con la izquierda, aunque ya no conocieron las dificultades de sus ancestros. Participando en la sociedad de ex-alumnos del Colegio Madrid y conocen a medio México. Cuando decidieron estudiar física no sabían que había otras instituciones además de su universidad, y fueron muy populares y felices en su facultad de ciencias. Tienen muy buenas conexiones que les ayudaron para formar parte de la administración federal durante diferentes sexenios. Ordenan vino de la Rioja.

V. Los Zapatistas. Se dedican más a las Humanidades, Ciencias Biológicas y de la Tierra, o incluso a la Ecología.  Creen que toda la ciencia que se hizo en México antes de la 4T era neoliberal, o que la Física Nuclear es propaganda imperialista y que la ciencia auténtica debería estar ligada a las necesidades de la gente. Proponen que los pueblos indígenas se mantengan puros, lejos del mundanal ruido para que sigan disfrutando de su paraíso y para que ellos los puedan seguir estudiando. Jamás han dormido en el campo, no saben usar un machete ni han convivido con campesinos de verdad, por lo que no saben que el tlacuache es un marsupial. Con la 4T por fin se les hizo llegar al poder, para susto del resto de la comunidad científica mexicana. En público toman mezcal de Oaxaca, en sus casas se sirven champagne.

VII. Los Villistas. Estos son los científicos que estudiaron en escuelas públicas desde la primaria.  Hicieron su licenciatura en las universidades estatales, o llegaron de la provincia para estudiar la carrera en la Ciudad de México. Fueron subiendo poco a poco, tal vez haciendo el doctorado y postdoctorado en Estados Unidos o en Europa. Cuando eran niños tenían que trabajar para ayudar en la casa y se perdieron la oportunidad de ir a clases de Taekwondo o de piano. En su juventud tampoco formaron un grupo de rock con sus cuates de la prepa. Algunos son de rancho, habladores; entrones, a veces muy críticos, quieren cambiar las cosas y por eso no caen muy bien en el centro, pero igual hacen amigos entre los más influyentes, que les tienen paciencia y los ayudan a sobrevivir en el sistema. Acompañan sus comidas y reuniones con una cerveza, ¿fría? no, helada.

Cierro con un chiste matemático: En la ciencia mexicana, hay de todo, de hecho, es una comunidad compleja… porque tiene parte real y parte imaginaria.

 

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Lorenzo Diaz Cruz

Doctor en Física (Universidad de Michigan). Premio Estatal Puebla de Ciencia y Tecnología (2009); ganador de la Medalla de la DPyC-SMF en 2023 por su trayectoria en Física de Altas Energías. Miembro del SNI, Nivel lll. Estudios en temas de educación en el Seminario CIDE-Yale de Alto Nivel (2016).