La espera por el contenido de la propuesta de Reforma Electoral ha llegado a su fin. El día de hoy los planteamientos del Presidente de la República han salido a la luz para ser discutidos en el Congreso de la Unión, cuestión que resulta de trascendencia histórica al ser una necesidad de nuestro sistema electoral.

¿Qué nos trae la Reforma Electoral?

El primero de los puntos es el cambio de nombre que se propone el nuevo órgano electoral para ser denominado como “Instituto Nacional de Elecciones y Consultas”, cuestión que afirma su vocación por instrumentar a la consulta como un instrumento de participación ciudadana, por otra parte, técnicamente hablando, podría generar cierta confusión en la ciudadanía, ya que hace no mucho en el 2014, tuvimos que adaptarnos a nombrar INE en lugar de IFE.

La desaparición de los OPLES, que no es otra acción que retirar estos organismos locales del sistema electoral mexicano, materia que hace sentido y da continuidad a una de las propuestas planteadas en el 2014, que era quitar la influencia de los gobernadores, si bien esta propuesta da respuesta a problemas complejos, como la duplicidad en las funciones electorales, también destapa el debate en dos aspectos esenciales, el primero es sobre el engrosamiento de la estructura burocrática del Instituto y el segundo es  la centralización de las elecciones en el ámbito federal, lo que puede considerarse una ruptura con la soberanía de los Estados, y se acerca al modelo electoral planteado en la Ley Electoral de 1946.

Eliminación de las diputaciones plurinominales y reducción de legisladores federales y locales, quizá ésta es una de las propuestas más polémicas, dado que toca  la representación política de los partidos, el primer argumento es el relativo a la disminución de los costos, propuesta que resulta benéfica para la hacienda pública, ya que el gasto que generan resulta alto para la hacienda pública; por otro lado, el aspecto negativo de esta propuesta es la retroactividad a lo logrado con la reforma electoral de 1977, que estableció la representación proporcional, la lógica era permitir la pluralidad y la creación de los primeros contrapesos. Retirar los llamados plurinominales podría impactar negativamente en la pluralidad política.

Finalmente destaco la creación de la Legislación Única en Materia Electoral, que concentrará la normatividad en la materia, facilitando el marco jurídico aplicable, cuestión que no puede tener mayor observación.

La propuesta de Reforma Electoral plantea intenciones que pudiesen considerarse positivas de primer momento, pero que deben ser estudiadas minuciosamente a fin de consolidar los instrumentos democráticos que permitan eficientar las elecciones, sin menoscabar la calidad en los procesos electorales.