“Aquí estoy, dispuesto a llegar hasta donde la ciudadanía lo demande; pero ésta no es obra de un hombre, ni siquiera de un puñado de estupendos líderes. Ésta es una portentosa obra que corresponde al pueblo entero, será la propia ciudadanía la que deba tomar en sus manos la construcción del futuro”
Maquio

Acción Nacional tiene un propósito para México: por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos. Sin duda es la forma más resumida en la que nuestro lema partidista encierra el quehacer político. Por generaciones quienes tenemos el privilegio de militar en sus filas debemos encontrar las maneras más adecuadas para hacer de este lema los objetivos que conduzcan las transformaciones de la vida pública y política del país, así como nuevas y mejores realidades para las y los ciudadanos.

Hoy es momento de interpretar el presente para proyectar las acciones a futuro en favor de todas y todos los mexicanos, ante una realidad que jamás esperamos y ni imaginamos: el país retrocede a pasos agigantados. Luego de las cifras aterradoras de inseguridad, los análisis preocupantes de la economía y la tragedia que se ha convertido la salud, por la pandemia que atravesamos. Morena ahora prepara una estocada a la democracia del país pretendiendo desaparecer al Instituto Nacional Electoral.

La ciudadanía espera que una fuerza política trace el camino y enderezar las cosas, lo que  ha dejado ver en las pasadas elecciones quitando la mayoría absoluta al partido en el poder y la opción fue Acción Nacional, ese pudo ser un primer avance y a pesar que la popularidad de quien ocupa hoy la silla presidencial va cayendo poco a poco, aún no es suficiente, pues no solo se trata de derrotar al poder en turno en las urnas, sino ganar para lograr un cambio, con un proyecto inteligente y con sensibilidad.

El PAN debe estar preparado para el 2024 porque la cuenta regresiva sigue su marcha y los tiempos son justos en la construcción de la alianza con las y los ciudadanos libres para transitar con éxito a la cita con la democracia de nuestro país que hoy tambalea. Nuestro partido debe cuidar minuciosamente su actuar para no perder ni el paso ni el tiempo necesarios para resultar vencedores de la mano de las y los mexicanos. Por eso he levantado la voz hacia el panismo poblano para no desatender la misión que nos ha traído, misma que no es personal sino comunitaria; no es por poder sino por servicio, electoral, sino democrática y no es temporal, sino determinante para el futuro del país.

Requerimos que quienes conducen al PAN tracen el camino a seguir para que en la medida de nuestras posibilidades y con la exigencia de nuestras responsabilidades nos encaucemos y allanemos el tránsito en la dirección correcta. Ya es momento de darnos cuenta que todos los panistas estamos del lado del PAN, desde diferentes trincheras y diferentes formas de llevar a la práctica los ideales, mística y objetivos del partido. Dejar atrás las competencias internas y potenciar la fuerza que da la unidad, y no ante una persona, equipo o cargo, sino a la misión que desde su fundación tiene nuestro partido.

Se requiere trazar cómo es posible presentarnos ante las y los electores con un pasado reciente que nos enorgullezca, con una trayectoria política, gubernamental y representativa que genere confianza, con un discurso soportado por acciones. Esto es lo que sigue, porque el que se detiene se atrasa, y no hay tiempo para eso; todo el que se diga azul debe encontrar las coincidencias que nos hacen estar en el PAN y trabajar en las diferencias que estoy seguro jamás estarán por encima de nuestros ideales.

Porque México no soporta más división y desacuerdo, atendamos con valentía, responsabilidad y firme compromiso nuestra cita con la historia y como lo hicieron nuestros antecesores, encontremos las acciones que hoy nos permitan acercarnos a nuestro ideal: la Patria ordenada y generosa, es ahora. ¡Vamos a lo que sigue!

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