El Tik Toker y el activista

  • Rafael Reyes Ruiz
El encuentro con quien me apoyó en una colecta para los más necesitados y la falta de justicia

Era la tercera semana de noviembre del año pasado. Con todo el corazón del mundo, desde principios de ese mes había organizado una colecta de ropa, zapatos, cobijas y despensa para beneficiar a personas de extrema pobreza de las periferias de la ciudad de Puebla.

La meta era ir a dejar la ayuda el primer fin de semana de diciembre. Mis nervios, mi tristeza y mi angustia iban al alza pues a una semana del evento, la recaudación era paupérrima. Mi intención era beneficiar a cientos de personas, y con lo que llevaba recaudado hasta el momento, apenas llegaría a unas cuántas. Con esa carga de emociones negativas, me puse a hacer lo que suelen hacer muchos contemporáneos en situación difíciles: sentarme a ver Tik Tok.

Al momento de deslizar y revisar los videos cortos, aleatoriamente llegué a uno que me hizo soltar una carcajada. Era la cuenta de Bernardo Fernández Tanús. Unos años atrás, lo había conocido en un evento donde se me dio un reconocimiento por mi activismo; en esa ocasión se portó de lo más amable conmigo y se mostró con toda la disposición para ayudarme en mis actividades de altruismo, tanto que me dio su teléfono personal. Ahora, tenía poco tiempo que me había enterado que su cuenta de Tik Tok superó el millón de seguidores.

En mi contexto de necesitar ayuda para aumentar la colecta que organizaba, decidí llamarlo, y le marqué. En ese instante entre que se presiona el botón verde de llamar y que suena el primer tono de la llamada, pensé: "Es un empresario destacado con muchas ocupaciones, con importancia social, seguro no me responderá; mejor le escribo. Sí, le voy a colgar y le envío un mensaje". Pero era demasiado tarde, pues llegó ese primer tono e ipso facto respondió la llamada.

Gran sorpresa me llevé cuando la primera frase que escuché de esa llamada fue: "Hola Rafa, buena tarde, dime, a tus órdenes". No solo tenía mi número, sino que se portó igual de amable que cuando lo conocí. Le expliqué la situación y sin miramiento se comprometió a ayudar. Al día siguiente hizo una transmisión en vivo donde promocionó mi actividad, e igual la difundió en sus demás redes sociales. El resultado, más allá de la gran cantidad de ayuda que llegó, fue el poder beneficiar a cientos de personas de extrema pobreza.

Hoy Bernardo está preso. Está preso siendo violentado en la presunción de inocencia que todo ciudadano debe gozar. Está preso sin haber tenido un juicio ni tener una sentencia. Está preso con enormes faltas al debido proceso. Incluso, está preso cuando los delitos de los que se le acusan ameritarían fianza.

Bernardo está preso, y al momento de su detención, muchas cuentas bot en Twitter salieron a celebrarlo y decir que se hacía justicia. ¿Quién pagó esos bots? ¿Con qué fin? No soy experto en Derecho Penal, ni analista político, pero no se necesita serlo para saber que con la detención de Bernardo se buscan muchas cosas, pero la justicia no es una de ellas.

Como ciudadano, como activista y como amigo de Bernardo, lo que pido es que se respeten sus derechos, que se siga el debido proceso y que paren los atropellos a alguien que, me consta, es una excelente persona.

Rescoldos

Que la ciudad de Puebla y la entidad estén desbordados por el crimen y centren atención ejecutiva, judicial y mediática en Bernardo Fernández Tanús despierta el sospechosismo. Pero peor, pues sí él que es una persona con recursos no puede acceder a la justicia de seguir el debido proceso, qué le espera a uno que es ciudadano de a pie.

Rafael Reyes Ruiz
@RafaActivista
rafaactivista@gmail.com
 

 

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Rafael Reyes Ruiz

Activista social dedicado a brindar ayuda integral a grupos de alta vulnerabilidad. Fundador de Fundación Madai, que apoya a niños con cáncer y sus familias. Miembro de grupos y colectivos de la sociedad civil. Escritor, articulista, conferencista. Desarrollador y promotor del emprendimiento social.